Cincuenta y cinco días para la boda

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¿Lo de ser amigos funcionó? No, se fue a la mierda. Estaba claro que no iba a resultar, pero eso había pasado más tarde ese día.

Comenzó mal, por lo que debía partir desde que mi alarma no sonó y desperté con un vaso de agua en mi cara. Andie tampoco soportaba los atrasos, pero su forma de despertarme no era la más dulce del mundo.

-¿Qué mierda te pasa?

Le grité enojado mientras sentía como el agua helada corría por mi pecho hacia abajo.

-Tengo que dejar la cama ordenada antes de irme y tú me estas atrasando.

-¿No se te ocurrió despertarme?

Le dije mientras me levantaba y tomaba los pantalones que estaban a los pies de la cama. Ella ya estaba lista para irse, pero estaba furiosa.

-Sonó cuatro veces tu alarma, Harry. Si no sabes levantarte en la mañana no es mi puto problema.

-No te preocupes, voy a dormir en mi casa hoy.

Le hice un gesto dándole a entender que siguiera hablando, que me importaba poco que despertara con un humor de perros. Miré la hora en mi celular y eran casi las ocho de la mañana.

Volví para darle un beso en la mejilla y salir a toda prisa al trabajo. ¿Por qué me devolví para tener ese gesto lindo con ella? Porque había llegado a la conclusión que ya no podía discutir más, por lo que me iba a esforzar en no agrandar más las cosas si podía solucionarlas. Era un golpe directo en mi ego, pero no me importó.

Conduje hasta mi casa y corrí para cambiarme de ropa, para poder llegar a la hora, pero apenas crucé las puertas de vidrio de la empresa estaba quince minutos tarde. Genial.

Tomé el ascensor y revisé mi cabello mientras subía hasta mi piso. Linda ya estaba ahí, con un café para mí, por lo que le agradecí y le pedí el primer favor del día.

-¿Llegó James?

Ella miró su reloj y negó lento, por lo que entré solo a mi oficina, esperando a que apareciera.

Estaba trabajando en dos bosquejos que parecían iguales, pero tenían detalles que los hacían ser completamente diferentes, cuando escuché como golpeaban a mi puerta.

Lo vi llegar cuarenta y cinco minutos tarde. Con una cara de cansancio, pero al menos estaba vestido decentemente. Le hice un gesto para que se sentara en el sillón y me miró asustado.

-¿No me va a despedir?

Negué serio ante su comentario, pero ahora que lo comentaba me iba a cuestionar el cambiarlo de departamento o que trabajara con alguien más.

-Necesito que hablemos de lo que ha estado pasando contigo.

-Oh, eso.

Miró el suelo y le insistí que me mirara a la cara, porque odiaba hablar con alguien sin carácter. Todo lo que había demostrado cuando nos conocimos se había ido por la borda.

-¿Qué te ha estado pasando?

No dijo nada, por lo que esperé a que me diera una explicación.

-Yo...tenía una especie de plan.

-Para...

Traté de entender a donde quería llegar con eso.

-Quería quedarme aquí, ya sabe, después de la pasantía. No...sustituirlo a usted, eso es realmente difícil, pero si como su ayudante no se-suspiró-pero con lo que pasó la semana pasada no sé si me den una oportunidad.

Piensa y Elige [Larry Stylinson] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora