Joel
—¿Qué hay de nuevo por el pueblo? —pregunta Erick apareciendo de repente mientras termino de alimentar a los caballos y limpiar cada una de las caballerizas.
Dejé a Orkan y Azabache afuera un rato, sabía que Erick se habría encargado de que los otros tres hayan tenido su actividad física del día.
Por el olor que emanaba su ropa y su voz cansada sabía que había sido un día cansado para él, no sólo por los caballos, sino por encargarse de las reces.
—Todo está perfectamente común, me parece que el primo de Richard va a competir este año por segunda vez, irán a cazar al caballo mañana.
—Pero no es competencia para ti. —dijo como un hermanito orgulloso, sonreí.
—Eso espero.
—¿Sólo eso te dijo?
—Sí, sólo comentó eso, y muy brevemente, el resto de nuestra conversación se basó en él hablando de Jessica Estrada, —se rió, —si no hubiese limpiado los cascos de los caballos ayer, habría puesto eso de pretexto.
—Sólo está enamorado, y con justa razón, no me digas que Jess no es bonita, además no es engreída y ayuda a quien lo necesita.
—Bueno, tal vez tenga bondad. —me encogí de hombros, solté un fuerte silbido para que los caballos marinos se acercaran, Orkan atendió la orden en seguida, el otro siguió trotando en los límites de las tierras de Lebrón, sólo esa mancha negra a lo lejos. Noté como Erick daba un paso atrás para estar lo más alejado del semental rojo.
Volví a silbar y Azabache volvió a hacerse el que no escuchó, Orkan relinchó (parecía más un gruñido) estoy seguro que el ruido se oyó a kilómetros como un eco de un grito monstruoso. Al caballo negro no le quedó de otra más que acercarse.
—Toma las riendas y ayúdame a meterlo en su lugar. —ordeno. —Una vez ahí, le quitas las riendas y listo.
Orkan no llevaba riendas puestas, pues ya sabía cómo funcionaba el asunto, además aproveché la presencia de Erick para no ver a los caballos como si fuesen el motivo de su muerte.
—Claro. —responde con sarcasmo. —¿Qué más deseas? ¿que me corte un brazo para que lo almuerce?
—No va a hacerte nada, tómalo de aquí. —le muestro, Azabache no hace nada y con la mano temblorosa pone la mano donde hace menos de un segundo la mía estaba. —¿Ves? Camina.
Y eso hacemos, da un salto cuando el caballo resopla y me contengo de reírme sólo porque en verdad está asustado.
Hace lo que yo y guía al semental a su espacio y le quita las riendas de la cabeza, el caballo lo observa atentamente y Erick con la mano temblorosa le acaricia el cuello por unos dos segundos. Sonrío. Se aleja sin darle la espalda hasta que considera que está a salvo
—¿Ves? No pasó nada.
—¿En qué estaba? —dijo casi sin aire, no me había dado cuenta que todo ese tiempo estaba aguantando la respiración. —Ah, sí. Pero es bonita, ¿no?
—¿Quién?
—¡Jessica!
—Ah... sí, es bonita.
—¿Pero?
—Pero nada. —dije con sincera indiferencia. —Entiendo porqué le gusta a Richard, pero... mñeh, supongo que no soy de rubias. —avanzamos fuera de las caballerizas y caminamos hasta sentarnos en el césped verde unos metros lejos de la casa, Erick se acostó cerrando los ojos. —Fue a la carnicería junto con Victoria Albareda.
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Riendas » joel pimentel || TERMINADA
FanfictionCada primero de noviembre, en la isla Kalë, se organiza una carrera de caballos del agua que salen del mar, los varones más audaces los capturan y los tratan de domar para participar en el conocido evento que atrae a cientos de turistas a la isla. J...