permanente

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Han decidido matarla,
Por ser mujer,
Por luchar y no querer.
Por no dejarse vencer.

Hemos dejado de concienciarnos
Sobre situaciones casi concurrentes.
Y hemos preferido educar
Para prevenir violaciones;
Que educar a quienes violan
Para que entiendan que no es lícito.

Somos las culpables,
Las malvadas del cuento,
Y estamos como putas cabras
Por exigir una igualdad,
Por pelear por una sentencia;
Y por legalizar el poder de decidir.

Nos quieren oprimir,
Porque temen que nos desatemos;
Que dejemos de ser sus esclavas,
Que luchemos y consigamos
Lo que es nuestro.

Hemos vivido en la sombra,
Y venimos con mil voces:
Las que han muerto,
Las que nunca gritaron,
Las que quieren y no pueden hacerlo
Y las que tú has decidido callar.
Incluso las que todavía
Se niegan a gritar.

Venimos con un propósito:
Poder ser quienes queramos
Sin vivir con una C de cocinera,
O una M de maternidad.

Venimos a pedir justicia,
A cobrar por igual,
A dejar de sufrir por menstruar,
A enseñar a empatizar
Y a destapar mil vendas.

Venimos más fuertes que nunca,
Unidas como hermanas por un sexo
Y a poder unir a mil más.
Porque sin nosotras todo parará
Y ha quedado más claro que nunca.

Por nuestras hermanas argentinas
Y su lucha constante por vivir,
Por dejar de morir en clandestinidad
Y poder ser libres de decidir.

Por nuestras hermanas muertas,
A manos de quienes no saben aceptar que no somos de su propiedad.

Venimos por Marta del Castillo,
Por la joven Diana que salía a disfrutar;
Y porque encierren a la manda.

Venimos para derribar el muro
De la desigualdad y poder vivir en paz.
Por no temer ese mensaje
A la madrugada,
y por qué comprendan nuestros "no".

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