Seventh Star

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Se sacudió para quitar las gotitas de lluvia de su ropa nueva, con cuidado de no salpicar su piel con alguna de ellas y quemarse por accidente. Al día siguiente tenía clases; estaba muy nervioso incluso tantas horas antes de que siquiera se hiciera un nuevo día. Pensaba en esa sonrisa, ojos, rostro, piel... en todo el. En su quién era, en sus encuentros y en su nombre...

Dib

Sonrió con alegría unos segundos sin siquiera pensar en controlar sus emociones, para luego volver a la realidad y ver su reflejo en la televisión apagada, notando lo patético que se veía esa alegría enamorada en su rostro. Hizo una mueca de molestia para emprender camino hacia el laboratorio de la base.

El tiempo pasó rápido entre las probetas con líquidos y los experimentos extraños, y dentro de muy poco la noche oscura y silenciosa ya había llegado. Suspiró del cansancio presenciando su experimento disfuncional, claro, a causa de pensar en Dib. Sacudió sus ropas con suavidad, y lentamente se levantó de la silla que había estado usando desde hace rato. Sus pasos lentos resonaron en el silencio, conduciendolo al elevador y llevándolo así al primer piso; esa noche quería caminar un rato. Abrió la puerta con suavidad, mirando a todos lados como sintiendose vigilado y juzgado por hacer algo "incorrecto". Se aseguró de inspirar una gran bocanada de aire antes de cerrar la puerta tras de si, y encontrarse por fin sólo e indefenso ante la oscuridad de la noche.

La luna brillaba con palidez entre la neblina suave que se apreciaba gracias a la luz fría de los postes de alumbrado dispersos por la ciudad entera. El frío se colaba entre cada pequeño espacio que encontraba para tocar su piel y hacerlo temblar ligeramente, aunque eso no fue impedimento para que la caminata en esa nublada noche comenzara.

Llevaba su disfraz humano junto al gorro y bufanda que había conseguido ese día. El aliento se escapó por su boca, formando vapor blanquecino y casi translucido que viajó hacia el cielo de modo elegante y lento. Sorprendido ante esto Zim intentó hacerlo de nuevo; y allí estaba otra vez ese vapor extraño saliendo de su boca. Intentó atraparlo, pero sus manos sólo se movían en el aire sin conseguir nada.

Soltó una risita leve, y está vez si se aseguró de caminar un poco más. Se acomodó entre la suave bufanda tejida y caminó con suavidad sobre el pavimento, a mitad de la calle. No habían automoviles esa noche, y aunque los hubiese no sería una gran preocupación. Quería disfrutar su soledad en ese momento.

Miraba el piso con atención, y a cada paso que daba su mente comenzaba a formularse preguntas que no tenía gran interés ni necesidad de contestar. ¿Qué pasaría si algún Irken se enterase de lo que ocurría con el? Quizás nada, puesto que el no era de real importancia para nadie. Pero cambiando la pregunta; ¿Qué pasaría si realmente alguién interesado en el supiese? Los humanos eran extraños y se daban mil complicaciones con todo. Quizás en esos momentos solo quería un poco de problemas... algo por lo que vivir. Su vida siempre era igual; vacía y monótona. A veces hasta un poco de problemas podían mantenerte lo suficientemente ocupado como para no querer dejarlos. ¿Acaso era eso un problema en los humanos? En la telenovela de Gir había un personaje que no quería dejar a alguien que lo dañaba siempre, ¿Era eso amor? ¿Era eso necesitar algo por lo que vivir, sin importar si era bueno o malo? Tragó saliva. Si, era un Irken invasor, nacido para destruir... pero nunca entrenado para evitar ser destruido. ¿Qué ocurría si alguien lo destrozaba, como en esas películas? Tenía miedo. Miedo del mundo y de la humanidad.

El sonido de una roca rozando múltiples veces el pavimento lo sacó de sus pensamientos de modo estrepitoso. Sus ojos abiertos con sorpresa divisaron al final de la calle la casa de Dib. Su mente quedó en blanco por unos instantes, y el frío de la lúgubre calle desapareció instantáneamente.

A paso calmado se acercó a una de las paredes que daba al cuarto de Dib; la que tenía una ventana en lo alto. Miró hacia arriba con atención, y antes de pensarselo demasiado desplegó sus patas aracnidas de metal, y trepó con su sigilo habitual hasta asomarse por la ventana y poder ver algo. La habitación estaba vacía, y logró revisar todo un poco antes de que la puerta se abriera de forma suave. Ante la sorpresa, resbaló y calló al cesped de modo pesado y violento. Ante el golpe, su PAK se tomó unos instantes para volver a funcionar con normalidad, dejando al Irken en estado de inconsciencia mientras esto sucedía. Claro que fue un gran estruendo lo que se escuchó con esa caída.

Little World [Invader Zim - Zadr] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora