Eleventh Star

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¿Qué debería hacer ahora? Pensaba Zim con regularidad a cada momento en que se encontraba desocupado. Había pasado una semana y Dib seguía sin hacerle ningún caso, incluso estaba acompañado de Gretchen todo el día, y eso le dolía mucho.

"¿Si yo fuera una chica, Dib me querría?" Lo anotó al lado de varias cosas en su libreta ya media llena de dibujos, frases y preguntas. Dio un suspiro y observó a todos sus compañeros de clase organizando las alianzas y la graduación. Parecían felices.

Zim usualmente observaba a todos con cautela, o aniquilaba el tiempo escribiendo en su libreta, como una terapia para aprender más de lo humano que podía llegar a ser. Era alguien solitario y pacífico ahora, sin dejar mucho rastro del orgulloso invasor que había sido tiempo atrás. Dib lo había vuelto indefenso y tonto... su amor lo había alejado de la ira y destrucción, volviendolo ahora el pequeño smeet que solía ser siglos atrás.

Ven a ayudar aquí Zim - Le gritó Zita a lo lejos, mientras el alien asentía y se levantaba con desgano; cerró el cuadernillo tan preciado y lo metió dentro del PAK. Zita advirtió su poco ánimo y procedió a tratar de ayudar - ¿Pasa algo? Últimamente te ves terrible... peor de lo normal, jaja

Um... - Se incomodó al instante. Zita se alejó del alegre grupo que se ocupaba en decorar un árbol cercano y le hizo una señal al chico verdoso para que la siguiera. Cuándo estaban lo suficientemente lejos le sonrió con dulzura, incitandolo a hablar. El alien ya no tenía nada que perder - Bueno... ¿Qué haces cuando quieres estar con alguien pero esa persona no te presta atención?

Oh, es eso... no pensé verte nunca enamorado - Zim se molestó y fruncio el ceño al momento en que Zita pareció no tomárselo en serio. Si no era de ayuda hablar con ella, quizá le borraria la memoria luego y dejaría sus secretos ocultos nuevamente - Bueno Zim, supongo que debes llamar su atención. Debes ir y ganarte su confianza y amistad, luego vas poco a poco acercandote y puedes llegar a invitarle a salir algún día. Así hasta que se enamore de ti.

Hm... tiene sentido... - Murmuró, recuperando su ánimo y su pose erguida. La raza humana era útil por primera vez - Gracias, sucia humana. Zim se marcha ahora

¿I-...Irás inmediatamente? Wow! si que se toman en serio esto del amor. El otro día Gretchen me preguntó lo mismo que tú y fue de inmediato a hablar con Dib - El alienígena detuvo su paso de marcha con el cuerpo tenso. ¿Esa chiquilla apestosa intentaba enamorar a Dib? ¡Pues entonces eso tendría que ser una guerra, porque el no se iba a dejar perder!

Gracias Zita! - Gritó antes de irse corriendo de allí. No tuvo tiempo ni de notar que esas palabras corteses habían salido de sus labios.

Subió a los tejados de la eskuela con sigilo perpetuo y se instaló en un punto donde pudiese vigilar bien los movimientos de su rival. Tomó su libreta y esperó pacientemente el momento en que ocurriera algo sospechoso. Y esperó, y esperó, y esperó...

Pero nada. Esa mocosa solo se quedaba avergonzada en un rincón. Maldijo por lo bajo antes de comenzar a hacer diagramas en su libreta.

"Si Dib y Gretchen ganan la competencia y se convierten en los Reyes del baile de graduación, no habrá forma de que me invite a mi y podamos pasar una noche agradable"

Claro que ese era un razonamiento genial. Las películas de la TV siempre nos dijeron "el baile de graduación te soluciona la vida". Si la TV y las películas de GIR decían eso, pues entonces no había duda de que era verdad. ¿Cómo podría perderse la oportunidad de estar con Dib entonces? ¡Imposible!

Tomó su libreta y nuevamente la guardo en su PAK. Ese día se decidió a largarse de la eskuela lo más pronto posible.

¿GIR? Ven a buscarme - Ordenó, y en un santiamén el robot-perro volador se encontraba frente a el. Se aferró a su disfraz de perro lo más fuerte que pudo y volvió a casa más rápido de lo que imagino. Entro corriendo de inmediato, a comenzar a dar forma a sus planes.

(...)

Um... Gretchen, ¿Podrías pasarme la engrapadora? - Preguntó el azabache empeñado en terminar la tarea asignada. La muchachita tímida asintió con alegría y le facilitó el objeto; Dib pudo fijar la banda de género finalmente al árbol. La decoración estaba terminada.

Suspiró cansado a admirar el fruto de su esfuerzo, y sonrió al poco tiempo. Qué orgulloso se sentía de por fin hacer algo bien. Y en realidad, todo estaba funcionando mejor en su vida desde que había comenzado a reprimir las cosas que lo hacían ver raro. Quizás el mundo lo quería así; al Dib normal.

¿Estas bien? - Preguntó la chica con algo de preocupación. Dib pestañeo confuso y volvió a incorporarse al ambiente que le envolvía. Asintió enérgico.

Estoy bien, no te preocupes - Sonrió algo incómodo. ¿El verdadero Dib quería sonreír, o sólo se forzaba a hacerlo para mantener una buena apariencia? Estúpida cabezota, siempre haciéndolo dudar...

Entre cuestionamientos y dudas paso lo poco que quedaba de clase, y el timbre sonó con insistencia. Los pasillos se inundaron de estudiantes sofocados por la presión escolar, y más consciente que nunca de lo vacío de su alrededor, el joven Membrana dio la orden a sus piernas para apurar la caminata fuera de la vista de cualquiera. Tan vacío estaba todo sin ese chico que tanto pretendía ignorar...

Parecía que entre más trataba de olvidar menos podía. ¡Demonios! La vida era tan injusta a veces. Apuró el paso a casa, pero se desvió finalmente a comprar algo para relajarse; al salir sólo prefirió quedarse a descansar un rato en "esa" colina cercana.

Una de esas tardes melancólicas y vacías que te hacen sentir tibio y a gusto entre tu propia soledad, era precisamente la que estaba viviendo Dib ese rojizo atardecer. La brisa helada le revolvia los cabellos finos, y la bombilla entre sus labios daba paso al néctar que le conjelaba el cerebro de a poco. Un Slush recién comprado lo ayudaba a pensar mientras veía el atardecer que una vez había admirado junto al alienígena verde.

Oh... el alienígena verde. Se le asomó una sonrisita al momento en que lo pensó. Podía estar mal, y podía no gustarle más a nadie pero bueno, ¿Qué importaba? Se estaba comportando como un imbécil inmaduro buscando la felicidad del prójimo sobre la de si mismo. Demonios, lo había estado haciendo todo mal.

¡Yo soy Dib Membrana! - Le gritó a la ventisca helada que le envolvía en un sentimiento de pura adrenalina que le subía al corazón más rápido que cualquier cosa que antes hubiera sentido. El era Dib Membrana, el chico loco que se pasaba horas esperando un cambio en su vida, y cuando ese condenado marcianito había llegado... si que había cambiado todo, y en todas las formas que se le ocurrían en el momento.

Al piso calló el vaso de poliestireno junto a la bombilla que le había refrescado la mente momentos atrás. Poco se podía hacer para detener al chico de guadaña que corría calle abajo como loco en busca de la casa de colores llamativos a final de la calle cerca de casa. La depuración de tanta falsedad le recorría con astucia todo el cuerpo; por fin se sentía vivo de nuevo.

Apuró el paso hasta que el sudor mancho su frente. Estaba ansioso por esas sensaciones que por fin se sentían reales. Agotado se detuvo frente a la puerta de la casa de Zim, esa que era de los baños públicos. Se sonrió aún con las mejillas sonrosadas por la ardua carrera, y sin tiempo de retracto tocó la puerta.

Una, dos, tres y allí estaba el; Asomando un ojo por la pequeña rendija que había dejado al abrir la puerta para comprobar quien era está vez su invitado no deseado. El desdén apareció en sus ojos grandes y expresivos, junto a una boca abierta que no se preocupó de ocultar en el momento. Abrió más la puerta sin miedo de seguir escondiéndose.

¿D-Dib? - Fruncio el ceño aún sin convencerse. El contrario respondió con una de las sonrisas que tanto le gustaban.

Quien más podría ser. ¡Soy yo Zim! Por fin soy yo - Estaba emocionado y desbordante de alegría. Se puso de rodillas en el piso y tomó las manos cubiertas del pequeño Irken. Sonrió con cierta ternura asomandosele en la mirada. Zim ya no sabía que pensar; todo parecía un sueño.

Dime Zim... ¿Quieres tener una cita mañana en la tarde?

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AAAAAA que tarde llegueeeee;;;;
Dios mío ya ni se si lo que escribí tiene sentido o no</3
Espero no sea muy repentino todo;-;

Se me ocurrió otra idea para un fic ZaDr;-; Que terrible es tener tanto pendiente de

Gracias por la paciencia a todos♡

Little World [Invader Zim - Zadr] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora