— ¿Dormirás conmigo esta vez, amorcito? — es lo que pregunta el rey al percatarse de que se ha hecho tarde, le reclama al niño que la anterior semana lo dejó durmiendo solo, y este le dice que fue debido al castigo — pero te merecías el castigo, bebé. Te fugaste del colegio y te pusiste a beber.
— O sea —respondió el muchacho con su mejor pose de diva — disculpame por ser tan popular.
Thor solo lo miró y suspiró, la actitud de diva siempre ha sido característica de Loki y él no pensaba en venir a quitársela de pronto, además eso lo hacía ser quien era. Negó con un movimiento sutil de la cabeza y Loki le regaló una risilla suave, el muchacho sabía que sí mereció aquel castigo. Entonces Loki se estiró de pie en donde estaba y sin decir nada más se encaminó a la habitación del rey; Thor lo siguió y sonrió cuando lo vio ingresar a su alcoba y meterse a la cama. El clima esa noche era agradable, y el príncipe decidió vestirse solamente con una de las camisas de Thor, la prenda le cubría hasta las rodillas y se le caía un poco por los hombros. Thor se metió a la cama con su pijama habitual y atrajo a Loki a su cuerpo; entonces el muchacho correspondió abrazándolo y colocándole encima una pierna, se durmió sintiendo el firme agarre de Thor en su cintura; realmente todo el tiempo que pasaban lejos del otro les pasaba factura y una bastante extensa, ya quería acabar la secundaria y volver a vivir en el castillo, pues Thor le había hecho saber que tomaría sus clases nuevamente con tutores. Algo relacionado con política suponía debía ser, ya vería qué elegir.
La mañana siguiente llegó, y Thor se despertó observando a su hermano mientras dormía, ya no estaba abrazado a él, sino que dormía de medio lado con sus piernas estiradas y la boquilla semi abierta, la camisa se le había subido hasta la cintura y el cabello estaba desparramado. Thor se dio un momento para mirarlo, el cabello negro, la piel pálida; tocó la piel de una pierna y sonrió ante lo suave que era, su Loki sí que era lindo, y él debía cuidarlo. No iba a permitir que cualquier tipejo tuviera el corazón de su niño, solo quien demostrara ser digno podría estar con su hermano.
— Cariño, despierta — llamó el rey moviéndole el hombro y Loki abrió los ojos poco a poco — buenos días, mi príncipe.
— Buenos días, Thor — respondió luego de recibir un beso en su frente.
Loki se bajó de la cama y se quitó allí mismo la camisa para dejársela de nuevo a Thor e irse a bañar a su habitación, no había nadie más que ellos por las habitaciones, de modo que a Loki no le importó salir solo en un pequeño bóxer negro, pues no existían maldades ni deseos entre ellos, solo dos hermanos teniéndose únicamente el uno al otro.
