| Capítulo - 10 |

918 72 6
                                    

A la mañana siguiente, encontré a un Mort  a mi lado, aferrado a mi cintura, totalmente dormido.

Mire el reloj, en tan solo una hora me vería con Adam, me quite el brazo de Mort con mucho cuidado de no despertarlo.

Salí del cuarto cerrando la puerta y Mort aún seguida dormido.
Tome las llaves de mi auto, abrí el porta equipaje y dentro encontré un cambio de ropa mio, después de todo no usaría para siempre la ropa de Mort, me cambie; y encendí mi auto, que desde hace días ya tenía combustible pero no lo usaba.

Ya estaba lista y puse en marcha el auto, al fin estaba ahí y Adam, esperándome baje de mi auto.

—Hola.
—Alessia—me abrazo Adam—Hola.
—De acuerdo, ¿Que es lo que quieres?.
—Pero no quiero que hablemos aquí, ¿Podemos ir a otro lado?.
—Supongo que si.
—¡Yo conduzco!.
—Hmm… qué más da.

Adam, me llevo a una parte lejana del pueblo, por el bosque, un lindo lugar junto al río.

—Bien, ¿Y que querías decirme?—dije sentándome en el pasto, enseguida Adam hizo lo mismo.
—Alessia—tomo mis manos—Te pido que te alejes de Mort, ¡El es muy peligroso!.
—¿Peligroso? ¿De dónde sacas esa tontería?.
—¡Todos en el pueblo le tienen miedo, es sospechoso de varios asesinatos!.
—¿Y hay pruebas que de verdad digan que él es culpable?.
—Pues … eso yo no sé, pero estoy seguro de que lo es; Y yo solo me preocupo por ti—acaricio mi mejilla.
—¿Te preocupas?.
—Si, tu eres lo único que me importa Alessia, y solo busco ahora tu perdón por favor—me miro de forma dulce, y en su mirada reflejaba una especie de remordimiento.
Lo mire por un par de minutos y luego lo bese.

El beso fue tierno, y subía un poco de tono a medida de que pasaban minutos. Yo, no sentí nada con ese beso en lo absoluto, para mí fue como besar a un muerto.

—¿Me perdonas?.
—Claro …— tuve que contener las nauseas.

Enseguida me dio un beso fugaz.
La tarde paso, cuando era ya medio día, decidí volver; quedando con Adam de vernos mañana otra vez.
Al volver con Mort, lo encontré dormido sobre el sofá, con el teléfono en el abdomen. Parece que me llamo varias veces, no podía evitar enternecerme un poco el verlo ahí.
Me acerque a el con sigilo, y bese su frente, pero en ese momento sentí como me tomo fuerte del brazo, apretándolo.

—¿Dónde estuviste?—dijo cortante.
—¡Auch! Me rompes el brazo ¡Suéltame!—trate de liberarme.
—¿Dónde estuviste Alessia?—repitió.
—¡Solo fui al pueblo!—grite.
—¿Todo el maldito día?.
—Oye, solo fue la mitad del día.
—¿Y esa ropa?.
—¡También he ido a mi casa, por ropa para mí! ¡No puedo ponerme siempre tu ropa!—por fin me soltó del brazo—¡Maldición Mort!—mire mi brazo había dejado marcas en el.
—Alessia… Lo, lo siento; solo es que estuve preocupado por ti—me abrazo
—No, no te preocupes—susurre y bese su mejilla.

La semana transcurrió, yo solía desaparecerme cada tarde para ir con Adam; siempre dándole una buena excusa a Mort, para que el nunca sospechase algo.

Todo iba perfecto conforme a mi plan.

Todas las tardes Alessia se desaparecía, por alguna razón tonta; dejaba solo a Mort.
No podía sacarse la maldita idea de que estaba con alguien más, que alguien más se podía robar su amor.
Mort detestaba la idea.
Pero esta vez será distinto.

—Mort, cariño ya me voy—dijo Alessia bajando por las escaleras, luciendo radiante.
—¿Y a donde dices que vas?.
—Con mis padres—dijo abrazándole por el cuello.
—De acuerdo, pasa una linda tarde—dijo cortante.
—Vuelvo pronto.
—Claro …
—¡Venga! Mort no te molestes—dijo sentándose sobre sus piernas.
—Yo no estoy molesto.
—Claro, bueno entonces me voy.

ℙerdida 》Mort Rainey//Johnny DeppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora