| Capítulo - 3 |

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Despierta. Despierta.

—No.

Despierta. Despierta.

—¿Qué?.

Alessia abrió los ojos, los frotó con sus manos, y un bostezo salió de su boca, peino su cabello hacia atrás y  se percato que aun estaba en la cabaña, en la habitación de Mort, desnuda.

—Por un momento creí que había sido un sueño—dijo en un susurro.

¡Sal ahora! Pronto, antes de que Rainey, venga!

—¿Por qué lo haría?— se respondía a si misma.

¡ES UN MALDITO ASESINO!¡¿Qué te pasa, ya te has vuelto loca?!.

—No sé tuve una serie de sueños extraños, quizás deba estar aquí.

Claro, no seas estúpida! ¡Solo piénsalo! ¡Ayer viste el cadáver de un hombre en su pórtico! ¡Degollado! ¡Ya te percataste, ni cuenta te has dado de que ya no está a tu LADO!

—¡¿Qué?!.

Alessia, miro a su derecha y estaba vacío el lado de la cama, solo estaba un sombrero, el mismo que el señor Rainey uso ayer.

Alessia lo tomo en sus manos, y lo coloco en su cabeza.

¿Por qué te lo pones?

—No tengo idea, solo, quise hacerlo.

Y si el, eso quiere que hagas.

—¿Por qué querría que me lo pusiera?.

No lo sé tu dímelo.

Alessia vio que debajo del sombrero se encontraban cosas, las mismas cosas que estaban en su auto, su celular, su cuaderno y una sudadera.

—¿Qué hace esto aquí?.

¡Vístete! Y baja, ahora niña idiota.

Alessia, quito el sombrero de su cabeza y lo arrojo en la cama, tomo su ropa y se la puso.
Tomo sus cosas y dio media vuelta y se disponía a salir.

¿Que esperas?.

Miro el sombrero sobre la cama destendida.

—Nada.

Alessia bajo con sigilo las escaleras.

—¿Señor Rainey?—susurro.

¡No lo llames estúpida!.

Bajo las escaleras, y estaba vacía la cabaña.
Se disponía a salir cuando…

—¡Mort!.

El señor Rainey iba a entrar en el momento exacto, en el que Alessia iba a salir, casi choca con él.

—Señorita Alessia.

Iba a dar unos cuantos pasos hacia atrás, pero me tomo de la cintura y me beso.

—Buen día.
—¿Qué le pasa?— lo aleja de ella—¿De dónde ha tomado mis cosas?.
—Tranquila, Alessia, yo he ido al pueblo por Combustible, pero …—
Agacho la mirada y sonrió sutilmente.
—¿Pero?.
—No hay—Alzo la mirada—Ni una gota, estamos secos, me dijeron que no llegaría en una semana.
—¡¿Qué?! Pero, que … yo tengo, quiero irme ahora, se que me está mintiendo ¡No le creo ni una palabra, Mort! Iré yo misma averiguarlo, Con su permiso señor!—empujo a Mort, lejos de la puerta y se encamino al pueblo.

Alessia tardo varias horas en llegar al pueblo estaba exhausta, pero era muy terca, nada la detenía ni ella misma.
Llego por fin a la gasolinera, estaba vacía, con la excepción de que en la tienda pequeña que estaba en el lugar estaba abierta, y una mujer dentro.
Alessia se acerco y entro en el lugar.

ℙerdida 》Mort Rainey//Johnny DeppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora