| Capítulo - 12 |

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Los médicos no me creían cuando hablaba de Mort, me hacían creer que solo era un producto de mi imaginación debido a que era una chica solitaria, varias veces los mandaban a la cabaña y siempre decían que ese lugar estaba solo desde hace meses, yo solo podía insistir en que él seguía ahí.

¡NO PUDE IMAGINARLO! No pude imaginar esa mirada, tan tierna, y maquiavélica a la vez, esas caricias que solo él me podía dar,  la manera en que me hacía el amor, y me hacía llegar al desborde de mis emociones.
Todo lo que le decía a los doctores les preocupaba más es por eso que me han mandado terapias de electro shock.

—Esto no te dolerá Alessia—decían siempre.

Pero siempre era peor cada vez. Era como sentir mil cortes de navajas afiladas sobre mi piel.

—Mort sácame de aquí—solloce.

Te has ablandado.

—Para nada, solo que Mort me abandono aquí.

Yo creo que deberíamos hacer pagar al responsable de todo esto.

—¿Adam?.

¡Claro! El nos quito a Mort, y nos confino a este espantoso lugar, sabes dentro de un mes es el día de visitas.

—¿Y?.

¿Y? que si tienes un buen comportamiento te dejaran estar con ese imbécil sin ataduras y entonces tu podrás sonsacarlo. Y luego …

—Le pongo fin.

Justo como dije, todo ese mes restante fue eterno para mi, pues tenía que comportarme, soportar las terribles terapias de electroshock, y cada vez decir que olvidaba a Mort, como dirían fingir demencia, irónicamente.

Mi conducta era excelente y justo el día en que Adam vendría a verme.

—Buen día Alessia—dijo el doctor entrando en mi cuarto con mi medicina para mis supuestas alucinaciones.
—Buen día doctor Charles—sonrei.
—Tómalas y recuerda que hoy vendrá Adam contigo—sonrió.
—¡Claro y gracias doctor!.
—No es nada Alessia—dijo dando media vuelta para salir.
—¡Doctor!—se detuvo y me miro—¿Me preguntaba si yo podría pedirle algo?.
—¿Qué pasa?.
—Vera es que hoy viene el chico que amo a verme después de un largo tiempo—me costó trabajo contener las ganas de vomitar ante esas palabras—Y quería saber si podrían arreglarme—dije con cara de ternura.
—Pues… sabes que eso no está permitido, pero estos meses tu comportamiento ha sido el mejor y mereces una recompensa … Mas tarde mandare a Maggie a que de acompañe a darte una baño, a que te peine y maquille.
—¡Muchas gracias doctor!—lo abrace para hacerlo más convincente.

Y así justo como lo dijo el doctor, mando a la enfermera Maggie una mujer de mediana edad muy linda. Me di un baño, seque y planche mi cabello todo bajo la supervisión de Maggie.
Justo cuando ella saco maquillaje para pintarme.

—¿Maggie podría hacerlo yo sola por favor?—suplique.
—Claro, Alessia no hay problema.

Me dejo a mí los cosméticos me arregle, hace tanto que no lo hacía, no pude evitar sentirme un poco feliz, me puse muy linda para el imbécil de Adam, pero hoy iba a salir de este asqueroso lugar.

Había llegado la hora, Adam llego, yo estaba sobre la cama del cuarto sin atadura alguna.

—¡Adam!—corrí hacia él para abrazarlo.
—Alessia—respondió.

El doctor solo miro la tierna escena y dijo—Los dejo solos.

—Adam, Adam te extrañe muchísimo, ¡Te amo! Sabes tenía tantas ganas de decírtelo—bese su mejilla.
—¡Wow! Alessia, cuando me fui tu me odiabas.
—Pero he entendido en este tiempo que lo hiciste por mi bien, y solo quiero decirte que te amo y perdones mi conducta tu cambiaste mi vida—bese sus labios como yo sabía hacerlo para  poder sonsacarlo.
—Alice—me miro sorprendido—Extrañaba la chica que eras antes, te amo muchísimo—volvió a besarme esta vez subiendo el beso de tono, metiendo su lengua en mi boca.

Comencé a abrazarlo fuerte, siguiendo el ritmo que llevaba el beso, acariciando su abdomen, mordiendo levemente su labio inferior.

—A-alessia quiero hacerte mía—susurro.
—Y-yo también lo quiero, quiero sentir de nuevo tus caricias sobre mi piel desnuda—dije dando pequeños besos en su cuello—Adam sácame de aquí por favor.
—¡Yo, yo lo hare! Déjame hacer papeleo y este mismo día te saco—sonrió.
—¡Gracias, gracias!—le bese.

Y salió Adam rápidamente para hablar con el médico que rápido cayo. Dijo contento mi alterego.

—Lo sé—rei maquiavélicamente.

Al paso de una hora Adam volvió con el médico, haciéndome unas preguntas pero la más importante fue.

—¿Alessia, me podrías decir quién es Mort Rainey?—dijo serio el médico.
—¿Mort Rainey? Ahm no tengo idea, no me suena familiar—dije convencida.

El doctor examino mi mirada y enseguida pronuncio.

—Felicidades Alessia, puedes irte a casa—sonrió.
—¡Gracias doctor!—sonreí.

Adam me abrazo, y salimos de ese horrible lugar lo primero que vi fue el bello paisaje que me trajo calma, di una gran bocanada de aire puro y sentir los rayos de sol sobre mi piel.

—Vamos a casa Alessia.

Adam me llevo a su auto y condujo hasta su casa en River Dale.
Me acosté sobre su mullida cama y enseguida me quede dormida.

(•••)

—Alessia—estaba despertando Mort— ¡Alessia!—desperté de golpe.

Busque a la bella mujer que debía estar a mi lado de la cama pero no estaba, nunca volvería hace más de 3 meses que desapareció solo dejando una nota sobre mi cómoda diciendo que escaparía de todo en un lugar muy lejos de todo, rompiendo mi corazón por segunda vez.

¡Pero qué mierda, yo la extrañaba! Aunque no podía evitar sentir cierto rencor por ella, mi vida ya era la de antes de que llegara ella a mi, básicamente solo era dormir, escribir un par de versos basura y no olvidar alimentarme.

—¡Perfecto ya no hay comida!—dije tomando mis llaves de mi camioneta para ir de compras al pueblo.

Como siempre al llegar al mini súper, todos me veían raro, me hostigaban me daban ganas de tomar un arma y dispararles a todos en ese momento.

Camine a la sección de enlatados y tratando de alcanzar una lata, había una joven pelirroja muy linda y debo admitir un muy buen cuerpo.

—Oh mierda—dijo la joven tratando de alcanzar el aparador.
—Permítame—dije ayudándola.
—¡Muchas gracias, cariño!—enseguida se dio la vuelta y la vi.

¡Alessia! Era ella las misma facciones y sonrisa, y esa mirada que nunca olvidare, sin duda era ella, solo que su cabello estaba teñido ahora; esperando a que me reconociera y yo pasmado ante la sorpresa me quede inmóvil ella solo me dio una sonrisa y siguió su camino.

—¿Qué mierda acaba de pasar?—susurre.

Alessia se fue y se acerco a la caja para pagar, yo salí de la tienda me dirigí hacia atrás donde estaba mi auto y vi estacionado el pequeño auto de Alessia, sin dudas era ella.

Decidí esperarla oculto cerca de su auto y cuando ella llego para abrir su auto con un rápido movimiento la empuje dentro de mi camioneta encerrándola, subí pronto y puse el auto en marcha pero ella no dejaba de dar guerra.

—¡Ayuda! ¡Me están secuestrando!—gritaba.
—¡Alessia puedes callarte! ¿Qué ya no me recuerdas?.
—¿Cómo sabe mi nombre?.
—¡Soy yo, Mort!.
—¿Mort?.
—¡Mort Rainey! Nosotros íbamos a casarnos!.
—¿Q-que?—me miro pasmada.

Parecía bloquear todos los recuerdos.

—¡ESO ES MENTIRA YO …—dijo Alessia.

Pero no la deje terminar, pues frene bruscamente de forma inesperada, estábamos a poco de llegar a la cabaña.

—¿Qué va a hacer?—pregunto asustada.

ℙerdida 》Mort Rainey//Johnny DeppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora