Beso [III]

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Mina Pov:

Recuerdo aquella fiesta en donde ambas estábamos invitadas; yo me encontraba en la zona de bebidas mientras que mis ojos estaban fijos en la belleza de tu rostro, te veías hermosa; aquel vestido rojo ceñido a tu bello cuerpo no me dejaba pensar con claridad. Jamás seré capaz de olvidar como tu afilada mirada había hecho contacto con la mía, me estabas provocando con esa ligera elevación de tus labios bien pintados, ¿Por qué me provocabas?

Mi cuerpo se consumió ante los celos que recorría mis pensamientos en el instante que te observé aceptando al desconocido; estabas ahí, bailando con un desgraciado como si fuese lo mejor del mundo, como si no te importarse en lo más mínimo como sus palmas acariciaban tu piel. Dime Nayeon, ¿Por qué no pudiste bailar conmigo?. Recuerdo quedarme inmóvil, con mis ojos posados en cada acción que aquel muchacho ejercía con tu frágil cuerpo, ¿Por qué te dejaste?. Al quinto desconocido que había estado cerca de tu cuerpo, tuviste el descaro de encontrarte con mi mirada obligándome a esquivarla para centrarme plenamente en el contenido de mi vaso que no dejaba de ingerir,  sintiendo como mi pecho se contraría y mis ojos no tardaban en escocer, te echaba de menos Nayeon, te quería a mi lado, pero eso no estaba en tus planes.

Recuerdo bufar completamente exhausta de aquella aburrida fiesta, de forma masoquista volví a observarte en busca de tu mirada, ¿Por qué siempre te busco?. Te hallé, pero no la manera que me hubiese gustado, estabas ahí; con tus manos aferradas al cuello del desconocido mientras que ambas lenguas se batallaban entre sí, ¿A caso no pensaste que me lastimabas?. Aún recuerdo como me levanté, mi cuerpo ardiendo ante la ira que no podía controlar, solté el vaso rojo dejando que el contenido de este se derramase por la mesa, mientras que la furia se apoderaba de mis pensamientos ¿Nunca te importó verdad?

Caminé por aquella habitación sintiendo un extraño dolor en mi pecho, deseé desaparecer, en mi mente aún seguía el vivido recuerdo tuyo con aquel desconocido. Me rompiste Nayeon. ¿Lo sabías?. Recuerdo chocar con un par de personas, mas de alguno me llegó a insultar, pero si te soy sincera, me dio igual. Recorrí aquel lugar intentando buscar una salida, estaba suplicando una zona de huida.

Recuerdo apegar mi espalda contra la pared mientras que las lágrimas se apoderaban de mis mejillas y arruinaban el poco maquillaje que había envuelto en mis facciones. Fui boba, lo admito, pero el dolor era agonizante, me torturaba tu imagen siendo feliz con alguien que no conocía tus gustos, que no sabía nada de ti.

Terminé llegando a una habitación, estaba en penumbra; adornada con una pequeña cama y un par de ventanas, recuerdo caminar por su interior llegando hasta la zona de luz, te vi, parecía como si el karma me estuviese jugando una mala pasada, pero podría jurar que tú también me habías notado. Con mis manos temblorosas tome cada extremo de la cortina cerrando con fuerza las persianas, luego de aquella acción volví mi atención al interior del lugar, estaba cansada, quizás la fuerte música y el alcohol me habían terminado por agotar. Recuerdo caminar arrastrando mis pies, mi cuerpo se desplomó contra el colchón en el instante que mis rodillas hicieron colisión contra la madera, aún seguía aquella presión en mi pecho, pero aún así, pude cerrar mis ojos y descansar.

Recuerdo sentir unos brazos rodeando mi cintura, aterrada me levanté sintiendo la colisión de nuestras cabezas acompañadas por tu chillido lo que me logró tranquilizar teniendo que disculparme por haberte lastimado-siempre era así, siempre yo era la culpable-. Recuerdo sentir tus manos atrapando mis muñecas, mis ojos rápidamente hicieron contacto visual con los tuyos notando lo enrojecido que estaban, ¿Por que viniste aquel día? Te vi entreabrir tus labios mientras que los murmullos desprendían de tu garganta un par de palabras que no lograban el limite de la coherencia.

—L~Lo siento.

Te disculpaste como si aquello cambiase las cosas, como si aquellas palabras fuesen curativas para mi corazón lastimado, ¿Por qué sabiendo que estaba mal te amé? Recuerdo sentir tus manos en mi quijada, me suplicabas con la mirada que te observara.

—Te quiero, te quiero Minari.

Mentiste con tanta facilidad que me llegué a sorprender, ¿Por qué? Me pregunté en ese instante, y aún sigo con la misma duda, ¿Por qué mentirme?, ¿A caso te gustaba hacerme sufrir?.

Recuerdo negar con mi cabeza, tu tacto me quemaba, me lastimaba la vida. Intenté alejarme de ti, pero tu ejerciste fuerza contra mi cuerpo inclinando tu torso para devorar con brusquedad mis labios queriendo adueñarte de mis acciones; el beso había sido amargo, dolía probar tu exquisitez contaminada con las personas que habían probado de esta con anterioridad. 

¿Por qué me mentiste si no te importaba?

Doce Besos Y Un Adiós. (Minayeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora