Doce besos y un adiós.

779 123 45
                                    

Mina Pov:

Sigo teniendo pesadillas con los sucedido años atrás, aún puedo recordar aquella llamada que marcó mi vida por completo, mi piel se sigue erizando por cada vez que mi teléfono suena, ¿Te has dado cuenta de lo que causaste?

Recuerdo la noche en que mi teléfono sonó, somnolienta me levanté apoyando mis codos sobre el colchón, rápidamente estiré mi mano derecha hacia la mesa tomando con un toque de cansancio aquel aparato, mis palabras fueron simple, aún demasiado rasposa por el recién despertar.

—¿Hola?

Pregunté volviendo a recostar mi cabeza sobre la almohada.

—¿Hablo con Myoui Mina?

Preguntó la otra voz dejándome confundida. Recuerdo volver a recomponerme apoyando mi espalda contra el cabecero de la cama. Estaba confundida, quizás muy en mi interior era consciente de lo que estaba sucediendo. Le respondí con un simple "sí" siendo rápidamente bombardeada con aquella trágica noticia.

—Soy el oficial Kim, lamento ser el responsable de esta llamada, pero usted era el contacto que más se repetía en las llamadas de la señorita Im.

Aún recuerdo pensar en ti, tu apellido continuaba resonando sobre mi mente, no podía sacarte,no cuando tu nombre estaba siendo acompañada por suicidio.

Recuerdo cortar la llamada, me quedé en silencio observando el techo como si fuese lo mejor del mundo, se seguía repitiendo, una y otra vez, "suicidio, suicidio" ¿Por qué dejaste que pasara?. Lloré, lo admito, dejé que las lágrimas consumieran el dolor que recorría mi cuerpo, te fuiste, me dejaste, y ni siquiera fuiste capaz de despedirme de ti.

Aquella noche no pude volver a conciliar el sueño, a la mañana siguiente me levanté sintiendo mi cuerpo pesado, salí de mi departamento luego de tomarme una ducha, me veía incapaz de probar bocado, en mi mente seguía el pensamiento de que todo era falso, que estabas haciéndome una broma, sí, estúpidamente crei eso.

Recuerdo llegar a tu casa, cuando toque la puerta tu madre fue la primera en recibirme, con ver su rostro supe que era real, ver las lágrimas descendiendo de sus ojos me hicieron darme cuenta que tú ya no estabas a mi lado.

—Te ha dejado una carta.

Siendo aquellas palabras las únicas que puedo recordar, quizás es lo único que mi cerebro fue capaz de razonar. Recuerdo asentir con la cabeza recibiendo aquel pedazo blanco de papel que sus manos sostenían, tu madre te echa de menos Nayeon, en realidad todo el mundo lo hace. Aún tengo el vivido recuerdo de estar sentada sobre tu cama, tus amigos y familiares se hallaban en el primer piso llorando tu pérdida, mientras que yo, guardaba silencio observando el sobre entre mis dedos.

Sigo asustada, aún cuando han pasado cuatro años desde tu pérdida, sigo aterrada por las noches en vela que tu recuerdo me provoca, ¿Cómo puedo olvidarte? Dime, amor, ¿Cómo lo hago?

Recuerdo retener mi respiración en el instante que comencé a romper el sobre, mi corazón latía con fuerza en el interior de mi caja torácica provocando que todo mi cuerpo ardiera ante los nervios. Dejé el envoltorio sobre la cama colocando toda mi atención en las palabras de la hoja.

Minari.

Tus palabras siguen en mi mente como si estuviese grabado.

Amor, las cosas no salieron como planeaba, lamento si esta carta no tiene toda la coherencia posible, pero mierda, Minari, esto, está maldita enfermedad te está dañando aún cuando no eres la que lo padece.

Mi mente es un manojo de palabras, cifras, letras, no puedo detenerlo, lo siento si no escribo con la normalidad de siempre.

En lo que iba, el dolor de cabeza cada vez es más agudo, a veces simplemente no pudo detener las cosas que hago, solamente suceden sin que yo me de cuenta... ¿Te lastime, verdad?

No importa, Minari, solo quiero que sepas que no te odio, es más, estoy feliz con que tú hayas besado a Chaeyoung, aunque lo admito, al principio me odie tanto porque sabía que era mi culpa, pero luego... Simplemente pensaba que tú merecías a alguien cuerda, que no estuviese con pensamientos dispersos, con una que otra laguna mental inexplicable.

Te amo Minari, quizás más de lo que me amo a mi misma, pero ya no lo soporto, estoy empeorando y no quiero que seas testigo de mi deterioro físico y mental, por eso, si estás leyendo esto es por que efectivamente lo hice, me atreví a quitarme la poca vida que me quedaba.

Lo siento, lamento dejarte con este dolor, lamento ser una maldita egoísta, pero no puedo, ya no pude, y no hay palabra que pueda expresar lo arrepentida que estoy por dejarte, ¿Puedes perdonarme?

Solo necesito despedirme para ser feliz, por qué si te dejo ir, tú también serás feliz.

Con amor; Nayeon.

Recuerdo llorar, como también estrujar la carta contra mis labios, besé tus palabras amor, dejé en aquellas hojas el dolor que tu confesión terminó por causarme, porque sabía que aquel fue mi último beso hacia ti.

Aquel beso fue el número doce, el último contacto de mis labios con algo tuyo.

Te amé Nayeon y posiblemente lo seguiré haciendo hasta que me muera, porque a pesar de todo, a pesar de todo el dolor que me hiciste sentir, fuiste lo mejor que me pudo haber pasado en la vida.

Te amo y por eso escribí estás doce carta, porque cada una de ellas expresa el acontecimientos que envolvieron cada beso dado y robado que recibí en este periodo de tiempo, cada sentimiento que me provocaste, y no me arrepiento, porque fui feliz con tan solo doce tactos que tus actos provocaron.

Fin.

Doce Besos Y Un Adiós. (Minayeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora