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Cuando Lily leyó la nota quería morirse. Morirse de vergüenza, no sabía qué contestar si quiera, el boceto no estaba acabado, sólo era un garabato. Y ella podía hacerlo mejor. Así que, decidió contestarle la verdad:

"Es sólo un boceto. Ni siquiera eso, Es un garabato. ¿Estas seguro de que lo quieres?
L.S"

Escribió en el dorso del papel y se lo dejó con cuidado en su mesa. En la mesa de al lado, Hudson recibió el papel y sonrió antes de contestar y devolverle la nota a Lily.

"Por supuesto, lo quiero antes de que seas famosa y me cueste un riñón que me retrates.
H.P"

Y así comenzó una conversación en papelitos:

"Ya cuestan, ser artista es un trabajo. No regalo mis trabajos.
L.S."

"¿Y los que te mandan los profesores? A ellos se lo regalas.
H.P."

"Error, lo cambio por una nota justa que me sirva para entrar en la Universidad que quiero. Los artistas no hacemos nada gratis.
L.S."

"Venga, Lily, por favor. Somos compañeros en historia.
H.P."

"No :)
L.S."

"Si tu misma has dicho que es un garabato. ¿Qué más te da?
H.P"

"Quitándole importancia al trabajo de los artistas no vas a conseguirlo.
L.S."

"De acuerdo, lo siento. ¿Qué quieres por él?
H.P."

En ese momento la comunicación acabó. La alarma del teléfono sonó, despertando al profesor que del susto soltó un gas, aunque él atribuyó el sonido a la silla vieja en la que estaba sentado. Dio ir finalizado el castigo. Lily recogió sus cosas rápidamente antes de salir del aula y del centro. Nunca antes había estado castigada, así que sería la primera vez que volvería a casa andando porque el autobús ya se fue hacía varias horas. Suspiró ante la idea, todo por culpa de su torpeza.

— Eh, Lily, espera.— escuchó a su espalda.

Ella se frenó y se giró para encontrar a Hudson frente a ella, sonriendo.

— No me has dicho cuánto cuesta el dibujo.— le dijo él.

— El dibujo no está en venta. Es sólo un boceto. Puede mejorarse mucho.— le contestó ella más nerviosa que aquel primer día de colegio en el que nos conocimos.

— ¿Entonces, si yo te encargo un dibujo mío, me lo harás? ¿Y quedará más fantástico aún que ese que he visto en la clase?— preguntó él.

Ay, Hudson Pierce, si tu supieras que Lily tiene escondido bajo el colchón de su cama una carpeta con retratos tuyos y que todos eran unas obras de arte, ni siquiera preguntarías eso. Lily, al no saber qué contestar, se quedó callada y violenta. No todos los días tu crush lo deja con su novia, te empieza a hablar elogiando algo que te encanta hacer y encima te hace un encargo.

En mis sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora