Verso 21 Dulce y amargo despertar

4 0 0
                                    

Taeyang

Tae se despertó de en sueño muy agradable, había estado recordando los mejores momentos de su vida, vio por primera vez en mucho tiempo a su madre saludable y sonriente, lo veía todos sus recuerdos en bolas de cristal brillantes como estrellas en el firmamento, esas bolas de cristal no tenían un patrón ninguno estaban esparcidas por el espacio, y se extendían de forma infinita en las tres dimensiones. Empezó a andar por esos pasillos interminables observando esos recuerdos, su primer cumpleaños, su primer día de clase, la primera vez que se topó con Shui en el supermercado aquel día que los dos iban a por productos de limpieza, cuando rescató al gato que después el muy desgraciado se marchó sin decir nada. Ni adiós siquiera... Su primer beso, pero de repente sintió como una fuerza de un imán tirase de él, le dolía muchísimo y no quería salir de ahí, se sentía muy a gusto en aquel entorno, tranquilo, sosegado y hermoso, pero el imán cada vez tenía más fuerza, tiraba y tiraba de su corazón sin piedad. Notó cómo se lo arrancaban de una forma tosca y brusca, se quedó sin aliento por unos segundos... pero notó que alguien le ponía una mano en el pecho y llenaba aquel hueco, alzo la cabeza y vio a su hermana Seung que le sonreía, seguía con su tinte color rojo sangre, se la veía feliz y alegre, vestía el conjunto que llevó el día de su debut, la miró. Quiso preguntarle algo pero no podía, se acercó a él y le dio un beso en la frente.

"¿Sabes qué siempre te he querido, verdad hermano?" le preguntó, se asustó no había abierto la boca. Sonaba, sonaba en su mente, como un eco...

"¿Seung? ¿Qué haces aquí?" preguntó aún no se creía que pudiera hablar con la mente.

"He venido a despedirme..."le respondió mientras le cogía la mano.

"¿A dónde te vas?" pregunto apretándosela con cariño.

"No lo sé, pero sé que mi destino está muy lejos" mientras decía eso miró al infinito, ya no estaban las esferas brillantes no había... nada... "Tienes que volver..." le dijo.

"¿Volver a dónde?" preguntó desconcertado, ella le indicó con la cabeza al suelo. Y vio asombrado que él estaba tumbado en la cama de un hospital, con un montón de máquinas a su alrededor "¿Qué demonios?" murmuró al verse a sí mismo sumido en un sueño tan profundo...

"Es una larga historia pero tienes que volver, a este lugar no puedes acceder aún hermanito..." le parecía extraño que utilizara con tanta naturalidad esa palabra. "Mi estancia allí se ha terminado... al fin soy libre... no hay nada que me ate a ese lugar... pero tú aun sí..." suspiró pesada mente. En cuanto dijo eso una puerta se abrió enfrente de donde estaban, no sabía cómo ni cuándo había aparecido esa puerta. "Crúzala" le invitó ladeando la cabeza hacia la puerta "hay alguien que también se quiere despedir de ti...." Le informó, le entro la curiosidad de saber quién era la persona que quería despedirse de él. Se separó de ella y fue hacia la puerta, justo antes de pasar por ella se giró para ver si Seung estaba allí, ella se despidió de él con la mano y comenzó a andar, la vio como andaba hacia delante hasta que la perdió de vista. Se armó de valor y cruzo la puerta.

Se despertó de golpe, estaba en la habitación del hospital, estaba tumbado, se intentó incorporar pero una punzada de dolor le inundó el pecho. Se miró tenía una gasa enorme que le rodeaba todo el pecho... se levantó con delicadeza y cuidado la venda, vio que tenía una raja enorme en la zona del corazón. Se asustó mucho, había notado como se lo arrancaban, se tocó con la mano esa zona y noto cómo el corazón palpitaba, con su incesable ritmo, miró alrededor no había nadie hasta que reparó que había alguien a su lado. La miró como si fuera la primera vez que la veía, era su madre, como siempre, llevaba su lustroso pelo negro en un moño, pero algunos pelos rebeldes se escapaban. Le sonreía y le acarició el pelo, lo sentía. ¿Se había recuperado? Su pecho se hinchó de alegría. Estaba como la recordaba, antes de que aquella enfermedad la consumiera... vestía su ropa que solía ponerse para estar en casa, una camiseta grande y holgada con rallas y pompones esparcidos por la camiseta de muchos colores, y unos leggins ajustados, se acordaba de como la criticaban sus vecinas de al no ponerse la ropa que iba acorde con su edad, pero a ella siempre le había dado lo mismo. Le dio un beso en la frente, y se levantó. Se fue hacia la puerta.

-Adiós cielo...-se despidió, hacía tanto que no escuchaba su voz...

-mamá...-le llamó su voz sonaba ronca-no te vayas...-le rogó al ver que se iba-no te vayas... quédate conmigo... por favor-se le quebró la voz.

Su madre le volvió a sonreír pero volvió la cabeza, giró el picaporte de la puerta y salió, vio cómo cruzaba el pasillo hasta que la perdió de vista. Cerró los ojos tristes conteniendo las lágrimas, poco a poco empezó a comprenderlo cuando los recuerdos le asaltaron a la mente, recordó que le habían disparado en el corazón pero por fortuna se quedó clavada la bala en él y no se dañaron más órganos, también segundos después escuchó otro disparo. Miro alrededor. Por las ventanas que daban al pasillo vio a un chico con el pelo rizado negro, llevaba un peluche enorme debajo del brazo, iba casual pero muy elegante, le siguió una chica con el pelo castaño recogido en una coleta con un ramo de flores. Y a una chica con el pelo negro acompañado de un chico con una gorra blanca. Se abrió la puerta y entraron, eran ellos, Ciro, Itzel, a la chica no la reconoció se parecía mucho a Shui, comprendió que era su hermana mayor, iba cogida de la mano de Ming-wang

-Hola Tae... ¿Qué tal estas?-le preguntó Ciro acercándose a él.

-Bueno... he estado mejor...-le respondió con la voz ronca de nuevo.

-Toma te he traído esto- le dijo entregándole el peluche gigante, era un conejito-espero que sustituya a los peluches que sacrificamos...-le informó. Cogió el peluche y lo miró.

-Gracias...

Itzel cambió unas flores marchitas que estaban al otro lado de la habitación por el ramo nuevo que traía.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?-preguntó

-Un mes y medio-le respondió Itzel-los médicos querían asegurarse de que estuvieras estable...

-Hola-saludó a Ming-wang se acercaron- tú debes de ser Mei, la hermana de Shui...-ella asintió con una sonrisa, su parecido era más que notable.

-Me alegro de conocerte al fin Taeyang... me han hablado mucho de ti...-le dijo Mei con una sonrisa.

-¿Y Shui?-preguntó Tae al darse cuenta de que no estaba con ellos.

-Se está peleando con June, quería venir con nosotros a verte pero ella decía que aún no podía salir de allí-le explicó Itzel con una sonrisa.

-¿Qué le ha pasado?-preguntó preocupado. Ciro le iba a contestar pero llamaron a la puerta. Ciro la abrió y apareció June.

-Que hermana más terca tienes Mei... No ha parado hasta que la hemos puesto en la silla de ruedas y la hemos traído aquí-comentó mientras pasaba caminando hacia atrás llevaba una silla de ruedas, la giro y alli estaba Shui, le sorprendió al verla con la cara llena vendas y gasas, tenía vendada los brazos y las piernas. June se despidió de ellos y los dejo solos.

-Shui... ¿Qué demonios te ha pasado? Tienes quemaduras por todo el cuerpo-dijo incorporándose asustado.

-Al final cuando salimos de allí provocó una explosión y mató al que dirigía la mafia y alguno de sus hombres-respondió su hermana Mei por ella, Tae la miró asombrado.

Se quedaron hablando durante un tiempo, más tarde se presentaron dos hombres y una mujer, de los nuevos visitantes solo reconoció al padre de Ciro, el chico más joven se presentó como la pareja de Itzel y la madre de Seung. Se enteró más tarde que su madre y Seung habían muerto, su madre por el cáncer y su hermana para donarle el corazón. Toda la alegría se esfumó por completo. Ahora comprendía lo que de alguna forma había vivido... Pero se alegraba de volver a estar rodeado de la gente a la que quería. 

Shui (내가 널 찾을 때까지) Hasta que te encuentre SUB EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora