Confesiones en una tarde calurosa - Narrativa

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"El que no haya sentío la lealtá de un perro no ha vivío..."

Esto se lo escuché decir a una viejita de más de ochenta años que camina por las calles de mi urbanización recogiendo hierbas que crecen en los brocales de las aceras. Le dicen "la loca", solo porque acumula montes acompañada de varios perros. No sé de dónde saca dinero, una vez escuché que tiene hijos que la visitan una vez a la semana, vive sola, en una casa casi en ruinas. El asunto es que siempre compra velitas blancas en el abasto para rezarle a sus santos y paga con billetes de baja denominación.

No sé si es por el calor que azota a mi ciudad por estos días, pero llegué a mi casa con el corazón encogido después de verla y escucharla. Me conmovió su andar solitario, junto a sus fieles perros que nunca la abandonan y son capaces de atacar a quien se atreva a molestarla.

En una ocasión, a un "ciudadano preocupado" le dio por denunciar a los perros. Decía que eran peligrosos, solo porque uno de ellos intentó morder a su hijo (lástima que no lo hizo, es que nunca lo hacen, solo asustan con sus ladridos salvajes) cuando este se acercó a la vieja para gritarle "loca" e intentar robarle la bolsita donde guarda sus hierbas (por una apuesta que había hecho con sus amigos). Los vecinos de la calle hablaron en favor del perro y evitaron que se lo llevaran para sacrificarlo.

Quizás algún día me anime a acercarme a ella para conocer los cuentos que debe tener almacenados en su memoria, pero me han dicho que es tosca, no confía en nadie y hasta se pone violenta cuando le hablan. ¿Quién no? Después de sobrevivir toda una vida en soledad dudo que ahora sea fácil entablar una conversación con ella. Además, aunque esos perros son cariñosos (en ocasiones les he dejado comida frente a mi casa), no sé cómo reaccionaran si me acerco a la mujer.

Lo triste de toda esta historia, es que casos como los de esa viejita abundan en el mundo entero. Dejamos de lado a nuestros viejos, a nuestro pasado y cultura, y nos volvemos cada vez más estúpidos. Los tratamos como estorbo, o una carga difícil de sobrellevar. ¿No les parece?

Perdonen mis desvaríos de este día, creo que es por culpa del calor.

Trocitos de mi ♥️ RelatosWhere stories live. Discover now