Incompleto Amor (kaikook)

capitulo 8

No puedo moverme, por mas que lucho mi cuerpo no responde. Quiero abrir mis pesados ojos pero también no me responden. Me siento pesado y presionado como imán en el suelo, escucho ruidos y voces, trato de hablar pero no sale ningún sonido, me desespero y entonces caigo en cuenta que no tengo fuerzas ni siquiera para eso, de nuevo me dejo llevar por la oscuridad que rodea mi alma.

No se cuanto tiempo me toma para recuperar mis sentidos, lo cierto es que no tengo idea de donde me encuentro, aun no puedo abrir mis ojos y eso me aturde, pero mas que eso el dolor seca de mi garganta no me permiten pensar mucho.

Hay un sonido constante que llama mi atención y poco a poco me relajo escuchándolo. También puedo escuchar sonidos amortiguados, me concentro en ello y logro oírlos claramente. Son voces, pequeños susurros y balbuceos, al principio no logro identificarlos hasta que los recuerdo.

Una voz ronca y otra mas suave están susurrando,no logro descifrar lo que dicen. También hay otras dos voces que discuten. Solo escucho monosílabos sin  coherencia alguna así que tampoco lo entiendo.

De vuelta me concentro en mi y preguntas llenan mi cabeza. Los pensamientos son tan abrumadores que generan un dolor agudo en la cabeza tan intenso que logran dormirme otra vez. Para cuando recobro el sentido logro abrir mis ojos, la luz de la habitación es tan fuerte que los cierro de vuelta, vuelvo a abrirlas y esta vez la luz ya no me molesta, veo todo borroso y trato de forzar mi visión  enfocándome en un punto, cuando lo logro recorro toda la habitación: paredes blancas y desnudas, una silla y un pequeño sofá ocupan todo el espacio de la habitación. Sabanas blancas y ásperas cubren mi cuerpo, me quedo mirando la parte inferior de mi cuerpo, uno de mis pies esta  cubierto con vendas hasta la pantorrilla mientras que el otro esta cubierto con la sabana dura.

¡Que.rayos.!

Desvío mis ojos a uno de mis brazos, esta tiene pequeños rasguños y uno que otro moretón.  Escucho aquel sonido. Presto mas atención al sonido constante y lo ubico a mi lado derecha es el aparato que esta conectado con los latidos de mi corazón. ¿Por que al escuchar esos latidos, puedo calmarme?. Miro confundido aquel aparato como esperando una respuesta, lo cual nunca llega.

Estoy en un hospital eso es obvio pero ¿que rayos estoy haciendo yo aquí? No recuerdo tener un accidente o que me haya lastimado. ¿Por que todo es tan confuso? Trato de recordar y como si fuera por arte de magia la puerta se abre y con ello mis recuerdos también.

‹Engaño, traición, dolor..›

Es extraño pero no siento nada, solo un gran vacío, como si algo se me hubiese quitado, me siento incompleto y perdido.

— Despertaste

Trato de sonreír, pero en vez de ello hago una mueca de dolor, no del corazón sino del cuerpo. Es extraño porque hace unos momentos no sentía nada y ahora siento todo el cuerpo dolorido.
Trato de hablar.

—Y-yo no...no...— Siento mi garganta áspera, seca y con mucho dolor. Me cuesta pronunciar cada palabra. Jongin se da cuenta de ello y de inmediato me dá de beber agua. Desliza uno de sus manos por mi cabeza y con delicadeza me levanta solo lo necesario para que mis labios alcanzaran el vaso con agua. El liquido alivia un poco el ardor de mi garganta, por ahora me conformo con eso.

—¿Mucho mejor?

Afirmo con un movimiento de cabeza. Aun no quiero hablar. No con él. Con nadie en realidad. Quiero estar solo, pensar en mi, en mi vida, en mi dolor...en todo.

Siento su mano presionando la mía, cálida y fría a la vez. Por la forma en que me mira y la rigidez de su cuerpo, lo adivino antes de que me lo diga. Él ya tomo una decisión.

—Sabes que te quiero, ¿verdad? — determinación es lo que veo, también culpa y felicidad. Viéndolo así me pregunto si fui alguien importante en su vida, pero esa respuesta ya la tengo. "No". Nunca lo fui, no fui más que un juguete para el, un objeto para alcanzar su propósito y ahora que lo logró, ya no soy de su utilidad.

No digo nada, porque no encuentro nada que decir. De todos modos ¿que podría responderle? Viví engañado. Todas esas palabras dichas en su momento perdieron su valor, ahora son solo vacías y planas.

Al ver que no respondo, él continua, pero es interrumpido con el sonido de la puerta siendo abierta. Yeri entra por ella junto con mis padres.
Siento el abandono de la calidez de la mano de Jongin. Como si yo fuera la peste misma. Quería reír y llorar al mismo tiempo pero mantuve mi expresión neutra mientras que por dentro me revolcaba de ira, dolor, tristeza y decepción.

— Ya era hora de que despertaras, gracias a tu imprudencia perdí mucho tiempo aquí. ¿Que estabas pensando cuando decidiste  arrojarte en medio de un coche en movimiento? ¿!Llamar la atención!?
¿No crees que es muy egoísta de tu parte?...—Mi madre tan cariñosa como siempre. Sus palabras hostiles y ofensivas ya no pueden lastimarme mas de lo ya estoy. Cada vez que tiene la oportunidad de denigrarme lo hace, sin importar cuan crueles pueden ser o en que estafo me encuentre. Hice tantas cosas por ella, solo para que me quisiera un poco, pero veo que por mas esfuerzos que haga o diga nunca podre hacer que cambie su manera de verme y tratarme, excepto que vuelva a nacer de nuevo y sea «un hombre normal» ante sus ojos y no una aberración.

— Yo-o no...— trato de respirar para que mi voz no salga tembloroso, no quisiera que ellos me vean llorar, no quisiera otra discusión e insultos, trago el nudo en mi garganta y disimulo como siempre lo he hecho—  Yo no recuerdo, no comprendo como termine aquí.

Ellos me miran, esperando que diga mas cosas, pero mis ojos se desvían a los gestos y miradas de dos personas, yo por mi parte trato de ignorarlos y hacerme el desentendido. Pero joder duele.

— El médico dijo que tienes que quedarte por lo menos una semana, estuviste inconsciente casi cinco días, tienes una contucion en la cabeza por el golpe y sufriste una lesión en una de tus piernas por la forma en que caíste, no es grave pero tienes que quedarte en observación. Nosotros tenemos que hacer muchas cosas así que no esperes que te visitemos muy seguido. — Dijo mi padre después de estar en silencio. Su desprecio fue muy notable. Pero otra vez nadie dijo nada ni siquiera Jongin que estaba mas concentrado en Yeri, la mujer que le iba a dar un hijo.

Me quede callado hasta que se fueron. Esta vez me quede solo porque Jongin decidió irse con ellos.

Esta vez ya no tuve fuerzas para suprimir mis lágrimas y moje las almohadas con ellas.