capitulo 9

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El hilo que conecta nuestras vidas es tan delgada que con cualquier moviendo podría romperse. Mi hilo estaba quebrado no por los daños ni la herida, sino por algo mucho mas grande, pesado y doloroso, lamentablemente esos daños nunca podrán ser reparados.

El doctor dijo que podría a ver muerto, que fue un milagro al estar aun vivo. Él les dijo lo mismo a mis padres hace tres días, cuando desperté.

En el estado en que llegue al hospital, fue muy critico e inestable. Hemorragia interna ocasionado por el golpe en la cabeza, fracturas y perforación en los pulmones, paro cardiaco por falta de aire y otros daños pequeños. No me sorprendí, lo sentía en todo mi cuerpo pesado y doloroso. Lo que realmente me sorprendió fue la actitud que tomaron mis padres después de escucharlo.

— Hijo, tu...

Mire al doctor. Y antes de que preguntara le respondí.

—No. No iba a suicidarme si es lo iba a preguntar. Fue un accidente, yo-yo iba distraído y no vi el coche...solo que no...no recuerdo lo que paso, aunque me esfuerce por recordar no puedo, todo es tan confuso....— eso era cierto, no recordaba nada, pero si recordaba otra cosas. Cosas que quisiera a ver olvidado.

Mis expresiones debieron alertar al doctor, porque sentí el contacto de su piel cálida en mis manos. Sus ojos eran comprensivos, compasivos y cálidas.

—Hijo no se lo piensas o lo que sientas en este momento. Pero no dejes que esas cosas te afecten. Tus ojos demuestran mucha tristeza para alguien tan joven como tu. Aunque este hombre sea viejo y se olvida de algunas cosas, tiene ojos que están pendientes de lo que pasa a su alrededor. No soy tonto, veo y escucho muchas cosas. He tenido todo tipo pacientes: esposas golpeada, niños que han sido abusados, personas con enfermedades mortales, todos ellos perdieron una parte importante de su vida, algunos de ellos no soportan tanta carga y deciden irse por el camino fácil, como si eso fuese lo correcto y lo único que podían hacer. No los culpo pero tampoco los justifico, no pretendo juzgar solo entender. Todos en algún momento pasamos por situaciones que nos lastiman, nos llenan de dolor. Presionan nuestra capacidad de pensar, nos guiamos por esos sentimientos y cometemos locuras, atrayendo mas dolor de la que ya teníamos.

Pero también hay personas que luchan, la manera en que se enfrentan a los problemas los hacen mas fuertes, ellos toman el camino largo y peligroso, porque la vida es así de difícil, ellos no cambian su destino se acomodan a ella, no corren porque no son  débiles, se quedan en ella para enfrentar sus obstáculos. Esas personas son las que viven de verdad y encuentran su verdadera felicidad.

—¿Porque me esta diciendo todo eso? Yo no...

—Porque estas perdiendo tu lugar en el mundo, no te siento vivir, no tienes vitalidad de un joven de tu edad, actúas como alguien mayor que ha vivido y ha caído, no tienes  luz en tus ojos...

— !Usted no sabe nada!, yo nunca tuve nada, siempre estuve solo...yo..—Sentí el fuerte apretón en mi mano, el doctor estaba molesto, y su cara lo demostraba. Pero al diablo con todo, nadie me comprendía, mierda ni yo mismo me comprendía.

—Tienes juventud— me dijo— tienes muchos años para descubrir, por disfrutar, por buscar tus sueños, si tu familia o amigos no te gusta entonces busca a otros que si te gusten, encuentralos crea lazos pero que sean leales,amorosos y protectores. Los problemas se han hecho para resolverse, si te rindes entonces quiere decir que nunca te esforzaste por resolverlo. La vida es así. Nadie dijo que seria fácil. .Nunca lo olvides.

Y se fue. Dejandome con la boca abierta y con una sonrisa. Para bien o para mal tome sus palabras.

Tres días mas pasaron. No recibí visitas. Y en ese tiempo tome una decisión.

Me dieron de alta y fui directamente a la casa de mis padres con una nueva sensación.

Mientras mas me acercaba, sentía el descontrol de mi frenético corazón. Ya lo había sentido antes y no eran buenas noticias. Todo se sentía tan tranquilo,  en vez de tranquilizarme me ponía mas ansioso. Respire profundo antes de abrir la puerta y entre.

Sentí el temblor de mis piernas, mis manos empezaron a sudar, por momentos sentí caerme, mas no demostré nada de eso.

En la sala se encontraban reunidos muchos de mi familia que no había visto en años. Ninguno se dio cuenta de mi presencia, todos estaban concentrados en la pareja que se estaban besando. Aplausos resonaron, una celebración y no era por mi bienvenida. No pude moverme, la incredulidad, rencor, tristeza me embargaron. No aparte los ojos de la pareja feliz, hasta que sentí que alguien me estaba mirando. Busque esa mirada.

Mi madre. La sorpresa paso por su rostro, luego disgusto y una sonrisa de satisfacción. Ella estaba humillandome.

Apreté mis manos en puños.

No iba a llorar. No le daría el gusto. La mire como si fuera una extraña, porque a esa mujer no la conocía. En realidad nunca la conocí. De repente ya no había ruido. Todos estaban mirándome, también la parejita, expectantes de mis reacciones. Mire a Jongin y el solo bajo su cabeza "cobarde”, mi hermana tenia una expresión en blanco, pálida, pero no arrepentida, mis padres demostraban su disgusto y me lanzaban miradas de advertencia para que no hiciera alguna locura. Ganas no me faltaban, tal vez debería gritar o destrozar la mesa, lanzar algún objeto o lanzarme contra los novios y darles un escarmiento por haber jugado conmigo, la idea no parecía mala así me desquitaría un poco.

Pero mierda ¿ellos realmente valían la pena?, tuve más de una semana para pensarlo y jodidamente "No”.

A la mierda todos ellos. No los necesitaba. No necesitaba a nadie. Conmigo bastaba y punto. Aguante sus mierdas por mucho tiempo, era hora de largarme de esta familia de cabrones. Putos todos ellos.

Sonreí burlonamente, la tensión en el ambiente aumento a un grado. Con los ojos decididos di vuelta y subí a donde que estuviera mi cuarto. Escuche algunos murmullos no le di importancia.

Agarre una maleta pequeña y una mochila, de mi armario saque toda la ropa que tenia que no era mucha y lo lanze a la maleta, medias y mis ropas interiores lo siguieron, cerré como pude la maleta. Busque cosas básicas de aseo y los puse en una bolsa. Lo lanze a la mochila junto con un par de zapatillas. Eso era todo. Todo lo que me hacia falta. Cogí mis ahorros y mire por ultima vez mi habitación, la cama estaba tendida, mis libros estaban bien guardadas en la estantería, mi armario a un lado de la cama estaba medio vacía, los retratos de mis padres, mi hermana y jongin estaban en la mesita de noche, todos juntos con una sonrisa como burlándose de mi.

Nop, definitivamente no iba a extrañar esto.

Me hubiera gustaba salir por la ventana, para no ver sus caras de nuevo, pero era muy alto y no quería empezar mi nueva vida con pie roto. Así que me arme de valor y baje por donde había subido.

De nuevo su atención se centro sobre mi y mis maletas. Fingí tranquilidad y levante la mirada. No dije nada, solo avance a mi destino que era la puerta. Para así largarme a llorar. Antes de abrirla la voz de mi padre se escucho en toda la sala.


Incompleto Amor (kaikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora