Capítulo 7 "Planes"

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Era un poco extraño a decir vedad, ¿por qué su jefe alfa necesitaba ayuda para conquistar a otro de su clase? Y pese a ignorar las razones, recordó que cada uno tenía su carácter y si bien, ganarse a alguien no parecía tan complicado, supuso el alfa que buscaba su jefe debía ser igual o más problemático que él, así que estaba seguro que por ello recurrió a él, aunque si debía ser honesto, no le interesaba mucho su vida romántica siempre y cuando le diera información relevante de su tigre chino.

Heechul revisó el mensaje que le había enviado el presidente de Global Business Lounge y esbozó una pequeña sonrisa al leer que al futuro padre de sus crías le gustaba la comida casera, en especial la comida tradicional de Mudanjiang, su lugar de nacimiento.

–Bien, la cocina nunca ha sido lo nuestro y aunque el resto es quien debe servirnos, la palabra "doméstico" en nuestra especie debe ser una señal de que tenemos talento nato para esto, ¿no crees? –Escuchó un maullido de asentimiento en su interior de parte de su otra mitad y sonrió–. Ese tigre pronto será nuestro.

***

Jonghoon había llegado a su pequeño departamento luego de una larga tarde entre bromas de su jefa y compañeros sobre un asunto de que era la nueva víctima del presidente y a pesar de que desconocía muchos de los rumores, todos le aconsejaron ser cuidadoso porque a veces su carácter podía ser un poco duro, pero también le aseguraron que el coordinador Kim era un tipo de repelente en la oficina, por lo que rara vez vería a aquel hombre castaño ahí para realizar una supervisión.

Como un joven adulto, sabía que todos los jefes eran similares y luego de tener varios empleos, supuso no le sería complicado acostumbrarse a uno nuevo, claro, quitando el hecho de que había sobrepasado la poca confianza que se había ganado luego de ser presentado y fue ahí que recordó el pañuelo en su bolsillo, recordando que el presidente de la compañía se lo había prestado, mostrando una amabilidad que estaba seguro no se merecía después de haberle tirado su café encima.

"Debería lavarlo y devolvérselo" eso fue lo que se dijo antes de estar frente a la lavadora, pensando si debía dejar caer aquel pañuelo de tela -que asumía cara- en el agua jabonosa.

"No es como que se vaya a contaminar Jonghoon, además sería un desperdicio de agua poner solo un pañuelo en la lavadora" se dijo, recordando las enseñanzas de su madre en la adolescencia y estaba seguro olería mal después de utilizarlo; observó el pañuelo atentamente notando un pequeño patrón bastante sutil y elegante, detectando también un par de iniciales bordadas en una de las esquinas y sin planearlo, lo acercó a su nariz, aspirando profundamente, dándose cuenta de que el presidente expelía un aroma bastante agradable, un aroma que le hacía cosquillear la nariz.

"Huele a él" pensó y antes de notarlo estaba frotando su mejilla con él, por lo que carraspeó apenas y se dio cuenta de lo que hacía, arrojándolo dentro del agua jabonosa de la lavadora sin pensarlo apenas escuchó el sonido del timbre, avisándole que tenía visitas y que podrían pillarlo.

–Omma...

–Jongie –dijo con dulzura y sonrió al ver los ojos fieros de su primogénito volverse gentiles–. Te traje una galleta especial.

–¡Omma! –dijo al verla mover de un lado a otro un premio con forma de hueso, de esos que les daban a los perros.

–Solo bromeo, es de calabaza con chispas de chocolate como las que hace tu abuela.

–Si una parte de mi no fuera humana estaría seguro de que tratas de matarme.

–Vamos Jongie, no digas esas cosas tan feas a tu madre –dijo acercándose para abrazarlo y sonrió al sentirlo responder el abrazo. Le dio un par de palmaditas en la cabeza y no pudo evitar sentirse feliz al ver que seguía teniendo la costumbre de su padre de incrementar su estado de ánimo con un gesto como aquel.

¡Mi jefe es un omega! {YeHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora