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[13] The Prettiest Fighter

Tomé el dulce que Dustin me ofreció y todo quedó en silencio. Steve estaba lo suficiente enojado conmigo como para siquiera mirarme y Dustin estaba cagado de miedo,aún.

—Dustin,¿puedes ir afuera un segundo?—. Steve habló seriamente.

Dustin rodó los ojos y salió de la habitación de Steve,donde me tenían prácticamente encerrada.

—Steve...

—¿Cómo se te ocurre? ¿Por qué lo haces? ¿Es qué te gusta joder todo? ¿Es por eso?—. Steve me interrumpido y habló de forma brusca.

Negué con la cabeza y con la mirada gacha.

—¿Entonces qué? ¿Vas a arruinar todo, de nuevo?—. Dijo más enojado aún pero esta vez se había acercado a su cama, donde yo estaba acostada.

—Steve...

—Steve nada—. Me cortó a la mitad de mis palabra y yo asentí con la cabeza mientras sentía mis ojos picas y aguantar las lágrimas.

—En serio,yo no...

—¿Tu qué,Valerie? No eres el maldito centro del universo cómo para qué estemos detrás tuyo,tampoco somos tus perros. ¡Un maldito disparo,Valerie! ¡¿En qué estabas pensando?!—. Gritó sentándose en la cama.

—No estaba pensando,solo quería proteger a los chicos—. Dije intentando mantener la compostura y fallando terriblemente.

—No llores,Valerie. Las mujeres fuertes no lloran—. Dijo levantándose de golpe de la cama y acercándose a la puerta.

—No te vayas—. Murmuré.

—¿Podrías pensar en los demás antes de hacer este tipo de cosas? Entiendo qué tu vida fue horrible y crees que siempre lo será y también entiendo qué te hicieron cosas horribles en el laboratorio pero ¿sabes algo? La vida real es más dura qué eso, tu siempre fuiste una maldito princesa mimada y no seguirá siendo así,no conmigo,Valerie—. Salió de la habitaciones dando un portazo.

Me hice una bolita y solté las lágrimas que tenía acumuladas. Nunca antes me habían hablado de esa manera, generalmente cuando me hablaban del laboratorio tenían cuidado con lo qué dirían pero él no.

La lluvia comenzó a caer de forma descomunal mientras yo lloraba,los rayos caían cerca y estaba más que segura qué si seguía pensando lo mismo uno caería en la casa de Steve y, con suerte,en mi frente. Pasaron unos minutos en donde nads cesaba,ni la lluvia ni mis lágrimas,cuando Steve entró a su habitación.

—Lo siento—. Habló luego de segundos de silencio.

—Bien.

—No quise decir eso—. Se sentó a mi paso.

—Bueno.

—Lamento haber dicho eso y hacerte sentir mal—. Tomó mi mano y pasó su dedo pulgar por encima.

—En serio,Steve,no hay ningún problema.

Y ciertamente,era verdad. Las palabras de Steve me dolieron pero no solo por ser la realidad,si no también porque fue él quién lo dijo. La mezcla de sentimientos tan revueltos que siento por Steve me mareaba y hacía querer darme golpes contra la pared.

—No,Valerie,si hay un problema. Estaba enojado,y aún no estoy,pero no era la manera de decirte las cosas—. Me acomodé en la cama,esperando la respuesta a sus palabras.

—Tu quieres saber por qué estaba mal, ¿Verdad,Steve?—. Pasé mis manos por mi cabello y las volví a su lugar mientrss pensaba.

Él asintió con la cabeza y me di la libertad de seguir con mi relato.