Capítulo 10: Conociéndonos un poco más.

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¡Hola! Lo sé, lo sé... He estado mucho tiempo desaparecida pero volví de nuevo y espero está vez no volverme a ir, por lo menos no por mucho tiempo.
Disfruten el capítulo.

En el interior del gran Ministerio de Magia Británico, a pesar de ya haber anochecido las personas iban y venían de un lado para otro con carpetas llenas de hojas con informes y cosas por firmar, salían y entraban a oficinas, bajaban o subían a departamentos; algunas caminando, otras casi corriendo pero dos personas en particular andaban por un amplio pasillo del segundo piso, dirigiéndose a una oficina en concreto. Una mujer de cabello rubio corto que le llegaba a los hombros y un hombre de cabello negro al igual que sus intrigantes ojos se dirigían a la oficina del Jefe de Aurores, Robert Cracknell.

Llegaron sin ninguna dificultad a la oficina que se mantenía resguardada por una sencilla puerta de madera. Entraron después de escuchar un "adelante" proveniente del interior de la habitación. El lugar no era muy grande pero con el espacio suficiente como para tener un escritorio, varios archiveros y un no muy amplio sillón; también estaba algo oscura, había papeles y carpetas por todos lados y se sentía un fuerte olor a tabaco. En el interior había un hombre de cabello castaño teñido de blanco con unas pronunciadas entradas en la parte superior de su cabeza que manifestaban su avanzada edad, unos ojos verde que observaban por medio de unas gafas rectangulares y expresaban cansancio pero autoridad a la vez, y una barba que se extendía a todo lo largo de su barbilla. Se encontraba sentado en una silla detrás del escritorio observando unos papeles que sostenía con una mano y con la otra su pipa.

-¿Y bien? ¿Me traen buenas noticias?- Pregunto sin mirarlos.

-El chico despertó hace dos días y según la enfermera, su desmayo fue consecuencia del temor provocado por el hechizo "Metum" que realizo la señorita Granger, amiga de Harry Potter, en una práctica en clase.- Dijo el hombre

-Ahora el chico se encuentra estable y va a clases con normalidad.- Afirmó la mujer.

-Entiendo.- Dijo cuando firmaba los papeles que sostenía, los dejaba a un lado y fijaba su vista en los dos individuos que tenía enfrente.

-También hemos estado vigilando durante las noches los alrededores del castillo pero no ha habido rastros de alguien merodeando, puede que ya no estén tras del chico.- Sugirió Anthea.

-No. No, ellos no se dan por vencidos tan fácil. Sigan vigilando, deben estar por allí afuera esperando el momento para atacar. Recuerden que ese chico es importante para ellos y aún más para nosotros, así que siempre atentos señorita Langdon y señor Smith.

-Por supuesto.- Dijeron los dos al unísono.

-Señor, ¿ha sabido algo de ellos?-Se atrevió a preguntar Ellioth.

-Lo último que supimos fue que salieron de los Estados Unidos de América y posiblemente se trasladaron a Inglaterra pero les pedimos el rastro, hasta el momento no han hecho ningún movimiento pero no debemos confiarnos.- Se quitó las gafas para masajearse el puente de la nariz.- Bueno, quiero un informe completo dentro de un mes, ahora largo.

Ellioth y Anthea salieron de la oficina de Cracknell sin decir nada, caminaron hasta llegar a los elevadores y cuando estaban dentro de uno, Anthea preguntó:

-¿No te parece extraño que aún no tengamos noticias de ellos?- Ella estaba recargada en una de las paredes del elevador y veía a su compañero, quien se encontraba en la pared de enfrente.

-Sí, no es normal que ellos duren tanto tiempo ocultos.

-¿Crees que harán algo pronto?

-No tengo idea, pero ten por seguro que atrapare a esos malditos de una vez por todas.- Dijo mientras cerraba su puño con fuerza.

Cruel destino...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora