Esclavo Inocente | Park Jimin

Esclavo Inocente | Capítulo tres

Narrador Omnisciente...

T/N choca con Jimin brutalmente, provocando que al chico le quedara un hematoma en el hombro y a T/N un raspón en la rodilla. Cruzaron miradas de la forma menos indicada.

—¡Auch! ¡ah! Duele, duele –decía el chico con un fuerte dolor en su hombro derecho debido al golpe que había recibido anteriormente en el mismo lugar.

—¡Oye! ¿qué te ocurre? Casi me tiras al caño y de paso agrego el hecho de que casi me matas –dice la chica. Comienza a reír por inercia mientras se quejaba del ardor en su rodilla izquierda. La adrenalina hace de las suyas.

—¿Qué es tan gracioso? ¡ya es muy tarde! ¿ahora qué hago? –el chico se deshacía en su lugar, sintiendo impotencia por su falta de tiempo. Aunque la chica ya tenía una solución preparada.

—Vamos a la enfermería y conseguimos una justificación para que nos dejen entrar a clases –decía, con un semblante tranquilo y de suma objetividad planteada, como si lo que ella hubiese dicho haya sido la solución a la hambruna en África.

—No puedo, es que, es que... –Jimin quería justificar su punto de vista con argumentos, pero la timidez se lo impedía; si fuera con su hermana o mejor amigo sería diferente, pero al hacerlo con personas externas a su cuadro familiar le aterraba, le aterraba la peligrosa opción de ser juzgado.

—Es que, ¿qué? –preguntó dubitativa T/N, con una sonrisa ladina por la tartamudez anteriormente utilizada por Jimin. A diferencia de Jimin, T/N a pesár de no tener muchos amigos, es muy sociable y desenvuelta con las personas a su alrededor.

—Mejor no respondo a eso, ahora, ¿te sientes lo suficientemente bien como para irte sola a la enfermería? –a Jimin le urgía salir de ahí e ir lo más rápido posible por su carnet, pero antes que nada era un caballero y decidió preguntarle, en vez de levantarse e irse de una vez.

—¡Sí, claro! –respondió T/N con todo el sarcasmo del mundo, mofándose de su pregunta. Alternaba la mirada entre su rodilla y la cara del chico, que no se veía muy bien por su gorra y anteojos.

—Okay, eso me tranquiliza, entonces un gusto conocerla señorita, y perdóneme por lo sucedido –se acomoda los lentes y se fue. Dejando a T/N pasmada de la impresión en el piso.

La chica se encontraba más que enfadada, esta estaba desubicada, porque según ella, ¿quién no notaría semejante porción de sarcasmo? Y además, esta lo había acompañado de ademanes de altanería.

Narra Jimin...

Esa chica no me abofeteó. No le vuelvo a creer a Jungkook, ciertamente el hecho de que me informara de que en este lugar incomodas a una chica y esta te lo paga con una cachetada, era una exageración errada evidentemente. No obstante, analizaré mejor lo que mi mejor amigo me diga.

Apresurando el paso logré mi cometido, entré justo antes de que cerraran el área administrativa, logrando así obtener el carnet y colgarlo en mi cuello. Me dirigí a paso rápido hacia la enfermería por un comprobante, así no me pondrían una sanción. Me encontré con la chica del choque; creo que tengo algo en mi rostro, porque esa chica no ha parado de mirarme como si quisiera matarme.

—Hola, nos volvemos a encontrar –mentiría si dijese que no me daba mucha pena el hablarle, he tenido este problema desde que nací y más ahora que incomodé a esta chica.

—Para mi desgracia sí –me miró de reojo de arriba a abajo, luego se amarró el cabello en una cola alta, para después ignorarme. —Me parece irónico que después de que se viera el apuro en usted, no haya venido a la enfermería antes –decía encima de la camilla, mientras movía ambos pies.