Esclavo Inocente | Capítulo uno

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Narra Jimin...

Cumplía dieciocho años, sería mayor de edad. No tengo afán de serlo, pero me permitiría hacer cosas que en mi calidad de menor de edad no podía; además de ser un avance en mi persona.

Vivo en Seúl, Corea del Sur; con mi madre y mi hermana menor. Mi progenitor nos abandonó años atrás y no lo volví a ver desde entonces, ni lo quiero hacer. Debido a eso todo este tiempo mi madre se ha encargado sola de nosotros, aunque para mi persona lo más preocupante sea la salud de ella, que se vive desmayando muy seguido. Descubrimos a medida de un exámen médico de que la detonante y causante de los desmayos era su corazón, por lo que esta propensa a sufrir de un paro cardíaco en cualquier momento.

El doctor dió indicaciones estrictas con respecto a su cuidado, entre ellas el no recibir mucho estrés. Ese hecho hizo que tuviera que ser más responsable de lo que ya era, ella tan solo tiene un trabajo de medio tiempo. Pero me alivia el saber de que mi hermana menor se puede cuidar sola, a pesár de ser menor de edad.

—¡Oye, niño! ¡Jimin, idiota! –se atrevía a faltarme el respeto mi hermana menor, con toda la desfachatez del mundo.

—No me hables de esa manera –dije. Aunque al parecer no le importaba ni en lo más mínimo lo que yo dijese o saliera de mi boca referente al tema.

—No exijas eso cuando ni siquiera me ponías la atención necesaria, te llamé varias veces seguidas y no contestabas, ¿qué esperabas? –alzó una ceja y frunció el ceño, pero seguía teniendo esa mirada juguetona y pretenciosa.

—Eso no te da el derecho de faltarme al respeto, no olvides que soy tu hermano mayor –solté directo y con un semblante serio. Tengo este tipo de peleas con mi hermana desde tiempos inmemorables, pero en vez de odiarnos nos queremos, es como si lo que hiciéramos fuera un chiste o diálogo de teatro bien actuado.

—¡Ajá! –se levantó del sofá y se largó al patio, se subió a una rama del árbol de manzanas del vecino y me lanzó una mirada de desprecio. Pero lo que realmente me preocupaba justo en este momento era la rama, que por muy fuerte que fuera estaba propensa a quebrarse en cualquier instante, y Yeori estaba ahí subida.

—¡Baja de ahí ahora mismo! –le grité alterado. Algún día terminaré siendo yo el del infarto, quien me viera creería que soy el padre de Yeori, quien no se baja jugando de intrépida haciendo caso omiso a lo que le estoy diciendo.

—Hazme el favor Jimin, ¿tú y quién más me lo dice? –miró hacia su alrededor con su mano en la frente, mofándose de que no tenía a nadie más a mi alrededor y queriendo dar a entender de que para ella yo era absurdo hasta cierto punto, si se quería ver así.

—Yo lo digo, nada lograrás con estár ahí arriba, deja de ser inmadura –la puse en jaque mate, si hay algo en este mundo que odia mi hermana más que la subestimación de su inteligencia es que duden de su nivel de madurez y yo lo acaba de hacer llamándola inmadura; ella es tan madura como yo y como cualquier adulto y que le digan eso es meterse con su orgullo. Pero en vez de hacer que bajara lo que provoqué fue todo lo contrario.

—No estoy de acuerdo, ¿y si no quiero qué? –me retaba con presunción absoluta y con un atisbo de enfado lo suficientemente notorio en su rostro y en sus facciones. Para mi buena suerte no había pasado aún nada de lo que yo sospechaba llegaría a pasar.

—Juro que te haré cosquillas hasta que vomites todo el almuerzo –farfullé. Tal vez funcione, tal vez no, costaría mucho que yo le hiciera eso; dejé de hacerle cosquillas hace mucho tiempo, no lo hacía prácticamente desde que ella era una niña y yo un adolescente.

—¡Estoy temblando del miedo, no puedo estar más asustada! –colocó la mano en su frente y la otra en su pecho. Nótese su evidente sarcasmo, al parecer no funcionó, era más lista y terca que yo y por mucho. Pero el coeficiente intelectual de ella no era lo suficiente como para pensar en el peligro que corría allí arriba en esa rama, que además de estár más delgada que las demás, está húmeda por la lluvia de la mañana.

Esclavo Inocente | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora