Esclavo Inocente | Park Jimin

Esclavo Inocente | Capítulo veintiuno

Nota del autor: como sé que han estado esperando lémon, les daré un regalito por ser tan buenxs lectorxs. Ustedes siempre han tenido una pincelada de los sueños de T/N hacia Jimin, pero nunca se ha narrado un sueño de esos completamente; así que a continuación escribiré un sueño de los que T/N tiene con Jimin...

(Saludos al final)

¡Abvertencia! +18

Narra T/N...

La noche era tormentosa, los truenos resonaban con gran recelo en los ecos de mi baldía habitación. Me invadían crisis existenciales extrañas, presentimientos sin razón aparente, hasta que algo me desconectó de ellos, se oían pequeños pasos venir, al parar el sonido incesante rechinó parsimoniosamente la perilla de la puerta. Trajo con sigo una fuerte ventisca de fría noche, al ver de reojo pude notar que era de Jimin de quien se trataba, sigilosamente cerró la puerta y caminó hacia mi persona. Me impacientaba la manera tan lenta de realizar sus acciones, pero no debía moverme, quería con todas mis ansias saber del porqué su intromisión en mi recámara.

Con uno de sus brazos levantó minuciosamente la sábana que me cubría, ¿cuál era su intención? Formaba hipótesis en mi mente mientras seguía sintiendo como el lado izquierdo de mi cama se hundía poco a poco, revelando el hecho de que tenía un acompañante, el cual se acaba de cubrir con la misma sábana que usaba. Pronto pude sentir como casi sin percatarme los latidos de mi corazón se aceleraban, para este entonces no me cabía en la cabeza el porqué de su llegada o de su cercanía, solo me dedicaba a sentir dándome a mi misma murmullos casi inaudibles, por dicha mía.

La poca cordura que tenía se comenzaba a apagar como si una persona descarada le rociara agua a una pequeña fogata en proceso de sobrevivir, los brazos del hombre que internamente me tenían hecha un caos ahora me arrollaban, su suave piel hacía contacto con la mitad de mi piel al desnudo, la mitad de mi estómago, su cercanía y el tibio aliento que su boca desprendía en el lugar menos indicado "mi oreja", no hacía más que provocar que mi respiración se comenzara a entrecortar. Todo esto no me dió tiempo
de preveer las pequeñas caricias que en mi cintura yacían, a la vez, sentía como su calor corporal se incrementaba a medida que el tiempo pasaba, cuestión que me hizo dar por enterar de que se pegaba más a mi cuerpo, no sabía a ciencia cierta si él estaba al tanto de lo que esto me provocaba, mi insaciable sed creciente me atormentaba, mi piel quemaba, Jimin estaba encendiendo la pecaminosa llama de pasión que circulaba por mis venas, todo con tan solo sus sencillas e inútiles caricias, ya no lo soportaré más. Volteé y lo miré fijamente.

—¿Qué haces aquí Jimin–me senté rápidamente, apoyada al respaldar de mi cama.

—Y-yo lo siento T/N, yo solo quería compañía, le t-tengo miedo a los truenos –su ceñido y preocupado semblante me lo decía todo aún sin preguntar, sus actos eran dignos de una persona tierna, todo este tiempo me ha dado un expreso cariño fuisionado con temor, eso explica el porqué no acarició cualquier otra parte de mi ser y el porqué sus caricias eran suaves y livianas, muy lejos de ser toscas. Y pensar que yo me lo tomé como algo carnal. Que ingenua soy, pero a pesár de esto mi lindo Jiminie no sabía mi exasperante necesidad de tener a su persona cerca mío y más aún en este instante, en el cual ni las más simples e inocentes explicaciones de su parte han bajado mi nivel de mal-llevada calentura.

—Lo único que lograste con todo esto fue asustarme, ¿lo sabías? –una mentira blanca era la que decía, si esto no me ayudaba a dar paso más rápido a mi satisfacción, me arrepentiría por el resto de mi vida.