Capítulo 10

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Cuando comencé a salir con Pablo la verdad que no estaba en el mejor momento de mi vida. Pero con él a mi lado todo era más fácil. Él me ayudaba a que mi tristeza se convirtiera cada día en una sonrisa más.
Hacía tan sólo 1 año que había sufrido el shock más fuerte para mi. Mis padres habían tenido un fuerte accidente de coche. Un trailer de mercancías se desestabilizo en medio de la carretera y les cayó encima. Ellos murieron en el acto.
Desde aquel día toda mi vida se volvió de color gris. No sabía salir de mi nube de soledad y la única que se preocupaba de ello era mi mejor amiga. Ella fue la que consiguió, con ayuda de Pablo, que saliera de aquel mundo que me había creado.

También tengo un hermano, se llama Hugo, pero desde que pasó lo de mis padres nos hemos distanciado mucho, hasta el punto de llevar meses y meses sin vernos y ni hablar. Quizás ni si quiera se había enterado de que yo había tenido un accidente. No se porque pero simplemente no nos preocupabamos el uno por el otro. Después de lo que sucedió cada uno se refugió en su mundo y nunca nos apoyamos el uno en el otro, tampoco habíamos tenido una conversación sobre nuestros padres después del accidente así que teníamos muchas cosas pendientes.
No sabía por qué pero esa noche, cuando Pablo se fue, pensé mucho en mi hermano. Ahora si que estaba sola y realmente necesitaba el abrazo de un hermano que hace años no sentía. Nosotros a pesar de nuestras peleas siempre nos hemos llevado muy bien. Siempre haciendo bromas a nuestros padres, era lo que más nos divertía.
Así que después de tanto pensar decidí llamarlo para pedirle ayuda con Pablo, él sabía de la existencia de Pablo pero nunca le había conocido. Marqué su número y esperé todos los tonos necesarios, pero no lo cogía nadie.
Me desespere, no sabía que hacer. Me sentía vacía. Tan sólo podía esperar a que Pablo volviera, ya que no se había llevado nada de casa.

Como no volvía decidí salir de casa y esperarle en las escaleras de casa. Así veía si él venía. De pronto, en la oscuridad, vi como alguien se acercaba dando tumbos y murmurando algo. Hasta que no llegó a la valla que teníamos en casa no pude verificar que era él. No me lo podía creer.. nunca le había visto de esa manera. Estaba borracho. Yo me acerqué para poder abrirle ya que él tras varios intentos no lo conseguía. Al verme delante de él cambió su rostro y se puso más serio aún.
- Déjame en paz. -y me quitó del medio con un empujón.
- Pablo!! Pero que te pasa? Tú no eres así! -dije siguiéndole dentro de casa. Cerré la puerta de un golpe.
- Mira en que me has convertido... -no se aguantaba ni de pie.
- Tienes que dormir, mañana hablamos mejor... -quise tocarle pero él despreció mi mano.
- No me toques... vete con Yatra que te estará esperando... -se metió en la habitación de invitados y cerró de un portazo.

No podía creer lo que estaba pasando... no sabía que era peor, que aún estuviera por allí o sufrir por ver de la manera en que había aparecido. Mañana sería otro día y seguro que arreglariamos las cosas. Siempre lo hacíamos. 

Narrado por Pablo:
Recuerdo vagamente lo que pasó ayer por la noche, yo me desperté en la habitación de invitados. Medio vestido y con un dolor de cabeza que taladraba mi cerebro.
Recordé no haberme comportado muy bien con Adri, estaba muy cabreado con ella y decidí emborracharme para olvidar a ese Yatra. "Le importaba más que yo..." -eso fue lo que pensé.
Tras pensar aquello me fui de casa y me emborrache hasta olvidar quién era yo mismo.
Nunca había echo esto así que Adri estaría sorprendida, atacada...
Decidí levantarme de la cama, cambiarme de ropa y salí a fuera. Había silencio, eso indicaba que ella aún no había despertado. Me acerqué a nuestra habitación pero al abrirla pude ver que la cama estaba intacta. Me sorprendí, pero al dirigirme hacía la cocina pude ver como se había quedado dormida en el sofá del salón.
Era temprano así que aún podía seguir durmiendo.
- Adri, despierta... -dije dulcemente. Acariciandole. Me encantaba verla así. - Vamos a dormir a la cama, amor. -abrió un poco sus ojos y yo la cogí en brazos hasta dejarla encima de nuestra cama. La tape y yo en cambio me levanté de la cama.
- Te quiero, Pablo. -Oí como susurraba aquello. Me di media vuelta.
- Lo siento, amor. Lo siento. Perdóname! -cogí sus manos. Ella posó su dedo en mis labios y note esa energía que nos conectaba a los dos. Ella me besó. Entre sonrisas disfrutamos de nuestros labios. De nuestras caricias. De nosotros.

Sin ti   (Sebastián Yatra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora