Yo era realmente expresiva y siempre todos me veían reflejado en mi rostro que me ocurría algo.
Puse la mejor cara para Sebas y entré a la cocina donde Aníbal y él estaban riendo. La escena era mucho más conmovedora de la que había vivido yo hacia unos minutos. Sebas me miró y me sonrió, yo continúe su sonrisa e intenté apartar su mirada para que no viera a través de mis ojos. Esta vez lo conseguí, al menos por un momento había despistado que se me notara todo aquello.- Como está Mami? -me dijo Sebas.
- Bien, está cansada... -yo miraba mis manos mientras hablaba con él, estaba lavandomelas así que no notó nada raro. En cambio Aníbal me miraba con otros ojos. Casi de auxilio. Salí de la cocina y él vino detrás mío.-Adri... Te lo ha contado, verdad? -me dijo hablando muy flojo.
- Por favor, tienes que hacerle recapacitar... No puedo llevar este peso... -le suplique. Él no sabía que más decirme. Seguro que lo había intentado en varias ocasiones que María se lo contara a sus hijos.- Si no lo hacéis vosotros, se lo contaré yo a Sebas... -le dije. Estaba de espaldas a la cocina así que no me di cuenta que Sebas se acercaba a mi.
- El qué me vas a contar? -dijo detrás mío, y mi corazón automáticamente me hizo de nudo en la garganta. Me giré lentamente hacía él y le di un toque en su pecho.- Tu que te quieres enterar de todo... -Aníbal y yo disimulamos riéndonos y salimos de este apuro. No lo estaba pasando bien, no quería engañar a Sebas. Él, sin mas, siguió preparando la comida.
Los días siguientes seguía con mi cabeza dándole vueltas. Creo que Sebas se había dado cuenta que pasaba algo... Que le ocultaban algo. Yo hoy estaba dispuesta a decirle todo. Tenía un descanso de 5 días sin concierto así que era el momento para decírselo tranquilamente.
Él estaba en la habitación de su madre cuando quise decírselo. Ella perdía las fuerzas por momentos.. Pero aún era consciente lo que pasaba a su alrededor.- Mi amor, necesito una cosa... -le dije entrando en la habitación. María me miró extrañada. Sebas sin preguntar nada más se levantó, pero cuando le iba a dar un beso en la frente a su madre, ella habló.
- No hace falta Adri, se lo digo yo...
Sebas nos miraba extrañado a las dos. Yo agache mi cabeza.
- Que ocurre? -preguntó Sebas.
- Siéntate, tengo que contarte algo... hace días... -le dijo.
- Me estás asustando... Que pasa? -se sentó. Yo me acerqué un poco más a ellos.
- Sabes que últimamente he sufrido unos desmayos... son debidos... -ella no sabía cómo continuar. Yo tomé su mano en símbolo de apoyo. Sebas cada vez se asustaba más, comenzó a temblar. Creo que no quería que su madre terminara la frase.- Tengo un pequeño quiste en la cabeza... que afecta a mi cerebro.. eso es lo que me hace desfallecer... aún no saben que puede ser... si es peligroso... Pero si sigue inflamandose puedo perder hasta el sentido y sumirme en un coma..
-cada palabra que decía María era como si se las clavaran en el pecho a Sebas, su cara iba cambiando. No dijo nada y nos quedamos unos minutos en silencio en aquella habitación. Sebas tan sólo abrazaba a su madre. No decía nada. Yo no podía parar de mirarle. Pero él no tenía la mirada en ningún momento hacía a mi.
Se deshizo del abrazo de su madre y abriendo la puerta salió de allí. De aquella escena. Yo me asombre y soltando la mano de María seguí los pasos de Sebas.Vi como bajaba el último escalón de la escalera.
- Sebas! - le llamé bajando las escaleras. Pero no se giró en ningún momento. Abrió la puerta de casa y salió tras un portazo. Me temía lo peor, lo que le había advertido a María que no quería que pasara. Sebas se había molestado conmigo.- Sebas! -volví a repetir saliendo tras él fuera de la casa.
- No me sigas... - le vi decepcionado, no enfadado y aquello era peor.
- Pero amor.. por favor.. -No dejó que acabara mi frase.
- Por favor te pido yo, necesito estar solo... -siguió su camino. No se donde iba, seguro que ni él lo sabía. Me quedé impactada por unos minutos, pero di medía vuelta y volví a la puerta de casa. Pero... lo pensé de nuevo y... ¿Porque tenía que dejarle sólo en este momento? Así que fui por el camino que creía que él había ido.
Estuve andando durante un tiempo hasta encontrarle. Le vi de lejos. Estaba sentado en un lugar precioso, desde allí se divisaba toda la ciudad. Me acerqué lentamente para que él no me escuchara. Puse mi mano dulcemente sobre su hombro.-Perdóname, por favor... -Le dije y suspiró. Seguimos allí estáticos por un rato. Él no se giraba hacia mi y yo no me atrevía a ponerme delante de él.
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Sin ti (Sebastián Yatra)
RomanceAdriana se levantó como cada mañana al lado de Pablo. Ella siempre despertaba antes que él, le gustaba ver como dormia. Era tan dulce -pensaba ella- sonreía y arrancaba su día cantando y bailando. Ella era bastante risueña y nada perezosa así que le...