Me llevo una mano temblorosa a los labios.
Están llenos de sangre.
Tú me miraste y no dijiste nada.
Tu mano izquierda temblaba.
Yo lloraba.
Intentaste explicarme porque me habías hecho aquello.
Pero antes de que pudieras abrir la boca,
yo ya me había marchado.
Porque ya estaba harta de tus excusas.
A.