Estaba caminando por el parque, pensando en tonterías, cuando lo vi.
Probablemente pensaréis que me acerqué a él porque era guapo.
Pero no, nada de eso.
Me acerqué a él porque estaba llorando.
Seguramente estarás pensando que fui hacía él para decirle que dejara de llorar, que los chicos no lloran y todas esas cosas que diría alguien de mente cerrada.
Pero yo no soy de ese tipo de persona.
No creo en los estereotipos.
Un señor que pasaba, insultó al chico.
Le saque el dedo corazón y me giré hacia él:
—Sé que es una pregunta bastante estúpida, pero...¿estas bien?
El chico negó.
—¿Por qué lloras?
—Porque mi vida es una mierda.
—Que casualidad— le dije sentandome a su lado— la mía también.
Él me sonrío tristemente.
Aún tenia los ojos rojos de haber llorado tanto.
Lo abracé.
Y en ese momento, me dí cuenta que aquel chico necesitaba ser amado, como todas las demás personas.
A.