Me acuerdo de la primera vez que te vi.
Era un día cualquiera de agosto y si mal no recuerdo, era miércoles.
Florencia, Italia. 9:45 am.
Nos vimos cinco veces en 24 horas.
Seguramente pensaréis que fue el destino, amor a primera vista o solo pura casualidad.
Pero yo no creo en esas cosas.
A un hora cualquiera, me senté en un banco, al lado de una fuente sin agua.
Tú pasaste por mi lado y me miraste.
Llevabas una camiseta verde con rayas blancas.
¿O era blanca con rayas verdes?
Quien sabe.
No pronunciaste palabra, pero yo supe lo que quisiste decir con aquella mirada.
"Nos hemos visto antes ¿verdad?"
Me dí cuenta de que querías quedarte a hablar conmigo, para saber si valía la pena aprender a amar las casualidades y a las personas que el destino nos ponía en el camino.
Pero desgraciadamente, eso nunca pasó.
A.
