• S E X T O •

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~¿Deberíamos?~

Veintidós de septiembre.

Los muebles llegaron aquel mismo día mientras los niños continuaban durmiendo. La cama, el perchero de pared, las pequeñas sillas y mesas, alfombras, decoraciones adhesivas para la pared, etcétera. Fue difícil armar los muebles sin hacer mucho ruido pero consiguieron armar la cama marinera: colocarle sus debidos colchones y sábanas, además de dejar la cama que ya habían comprado en la otra habitación, la vacía.
Organizaron la ropa de los niños quitándole las etiquetas, doblandolas y catalogandolas en ropa de estación. Los zapatos, iban debajo del todo dónde había un pequeño hueco y los dejaron acomodados en fila.
En el pequeño perchero de pared dejaron colgados dos abrigos y dos pequeñas mochilas por si acaso, para salir, en algún momento las necesitaran.
Una vez terminado todo, limpiaron cajas y pequeños papeles de envoltura que habían quedado por el cuarto. Para cerrar, colocaron en el medio de la habitación la gran alfombra, que simulaba ser una ciudad con sus calles y edificios.
Ambos sonrieron una vez la tarea estuvo finalizada. Admiraban su trabajo terminado desde la puerta de la habitación. —Qué linda habitación hemos creado, Jinnie. —Murmuró Nam-joon rodeando la cintura de Seok-jin por detrás, depositando besos húmedos en su cuello.

(Los cambios que pueden encontrar son la alfombra, que en el perchero de pared hay colgados dos abrigos y dos mochilas y que la pared no tiene flores, las paredes de la habitación son blancas con decoraciones en verde y azul)

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(Los cambios que pueden encontrar son la alfombra, que en el perchero de pared hay colgados dos abrigos y dos mochilas y que la pared no tiene flores, las paredes de la habitación son blancas con decoraciones en verde y azul).

—Joonie, no podemos hacer esto... —Susurró disfrutando cada beso húmedo que recorría su cuello. —E-están los niños y pueden despertar en cualquier momento. —Dirigió suavemente sus manos a las de su novio que rodeaban con fuerza su cintura para poder separarse pero el simple hecho de que Nam-joon mordiera su lóbulo le hizo reprimir un gemido. Solamente dio un pequeño salto.

—Tranquilo, escucharemos la escalera si despiertan o algún pequeño llanto. ¿Está bien? —Susurró en su oído masajeando su cuerpo, no recibió respuesta a cambio. —Vamos a la habitación, ¿quieres? —Murmuró tirándolo suavenente hacia atrás y así poder dirigirlo hacia atrás.

En el camino a la habitación, Seok-jin logró librarse de sus brazos y lo tomó por los hombros empujándolo contra el muro del pasillo, arrinconándolo entre sus brazos, hizo presión con su cuerpo y lo tomó de las mejillas uniéndolos en un amoroso beso. Un beso que poco a poco se volvía desesperado pero a su vez se volvía sexy. Caminaron sin despegarse hacia la habitación dónde Nam-joon empujó con cierta brusquedad a su pareja a la cama. —Qué grosero, Joon. —Murmuró con una sonrisa buscando más en los labios del menor.

—Disfrutemos este momento. —Murmuró trepándose por la cama, quedando encima de su pareja sin aplastarla, besó sus labios salvajemente buscando el final de su camiseta. Al encontrar aquel final, la tomó subiéndola por el torso de pareja separando sus labios para quitarla por completo. Fue casi instantáneo que una vez fuera la camiseta, Joon marcara un hermoso camino de besos desde su boca hasta su abdomen para poder encontrarse con aquel pantalón que ocultaba la gloria.

[NamJin] ¿Una familia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora