• C U A D R A G É S I M O C U A R T O •

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~Urgencias.~

23 de febrero.

El reloj marcaba las 10:12 AM cuando el teléfono de Nam-Joon no paraba de sonar una y otra vez sin descanso alguno, el propietario del teléfono móvil que no paraba de sonar se levantó del sillón en el cual estaba con su pequeño hijo de tres años y tomó aquel aparato que no paraba de sonar de la mesa del comedor. Vio que quien llamaba era un número desconocido, es decir, que no estaba registrado en su agenda... él desde que tenía a sus pequeños atendía cualquier llamada de cualquier desconocido pero si hubiese sido otro el caso ni siquiera hubiese contestado. —¿Hola?

—Muy buenos días, ¿estoy hablando con el señor Kim? —Inquirió una voz femenina que era suave y cálida pero se notaba cierto nerviosismo en ella. —¿El señor Kim Nam-Joon?

—Sí, soy yo. ¿Qué sucede? —Inquirió completamente confundido, no sabía a quien le estaba hablando.

—Hemos tratado de comunicarnos con el señor Kim Seok-Jin pero ha sido imposible. —Suspiró algo más nerviosa y se escucharon pequeños lloriqueos de fondo, aquel llanto le era conocido. —Le hablamos del Instituto...

Creo que Nam-Joon nunca había corrido tanto en su vida.

—Le solicitamos su presencia urgentemente. —Sus oídos parecían hacerse sordos, y las voces cada vez las escuchaba más lejos. —Su hijo no se encuentra muy bien y tenemos a la emergencia aquí... ¿señor Kim?

Un viaje que, habitualmente, realizaba en unos treinta minutos o más aquella mañana los realizó en unos quince minutos por el simple hecho de que necesitaba llegar lo más rápido que podía. Por ende tomó las rutas más arriesgadas y que acortaban camino o, simplemente, decidió vencer las reglas del tráfico y desobedecer un par de reglas.
Jung-Kook, quien acompañaba a Nam-Joon en la parte trasera de la camioneta observaba a su padre el cual estaba muy nervioso y mantenía el silencio por si acaso, no se atrevía a preguntar qué era lo que estaba sucediendo o porqué él actuaba así. Se dio cuenta de que apenas en unos minutos habían llegado al instituto y una vez estacionados, Joon sacó al menor y corrió dentro del instituto dónde estaban unos paramédicos y su pequeño de siete años lloriqueando a un lado. —¿Qué pasó? He venido lo más rápido que podía. —Añadió el de cabello platinado con su pequeño en brazos.

—Creemos que por el fuerte dolor y al tacto podemos deducir que es apendicitis pero necesitamos descartarlo con una ecografía más limpia en el hospital. —Añadió uno de los paramédicos. —Necesitamos el permiso de los padres para poder llevarlo al hospital por eso lo han llamado.

—Bien... —Murmuró Joon con Jung-Kook en brazos quien observaba a su hermano sentado lloriqueando en una esquina. —Yoon-Gi, cariño, ¿te duele? —El pequeño asintió cerrando sus ojos forzosamente tratando de calmar el dolor. —Nam-Joon dio la indicación de que cargaran a su pequeño hasta la ambulancia y de allí los tres partieron en una ambulancia directo al hospital.

El de cabello platinado, mientras estaban en la ambulancia, ni siquiera se molestó en llamar a su pareja ya que esta estaba en una reunión de trabajo y por ende había apagado su teléfono móvil por esas razones el Instituto no había logrado contactar con él.

—Appá, me duele mucho... —Murmuró el pequeño de siete años retorciéndose en la camilla del dolor.

—Tranquilo bebé, ahora llegaremos al hospital y los doctores sabrán cómo calmar el dolor.

—Yoon-Gi, antes de que el dolor se pusiera así de feo, ¿te dolía un poco? —El menor asintió entre lloriqueos ante la pregunta de la paramédica. —Ahora mismo, del uno al diez, ¿qué tanto te duele ahora? —El menor murmuró un nueve. —Y cuando te dolía menos, es decir, solamente un poco... ¿en cuanto puntuarías el dolor? —El menor murmuró ahora un tres. —Bien... —Suspiró anotando todo en una pequeña hoja.

[NamJin] ¿Una familia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora