• S É P T I M O •

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~Operación Galleta.~

Veintidós-veintitrés de septiembre.

Luego de la cena, Jimin y Tae Hyung fueron escoltados al baño dónde se cepillaron sus dientes y acomodaron sus cabellos antes de irse a dormir. Una vez listos, Jimin tomó la cama de arriba mientras que Tae Hyung la de abajo. Ambos fueron consentidos por Joon y Jin: arropados, mimados y con un buen beso de buenas noches por parte de ambos. Ese beso era como un pase gratis y seguro al mundo de los sueños. —¿Quieren que cerremos la puerta? ¿La dejamos abierta o entornada? —Inquirió Joon observando a los niños.

—Entornada. —Respondió Tae Hyung abrazando un pequeño peluche de felpa de Pokemon.

—A la orden. —Sonrió encendiendo la pequeña lámpara de noche, apagando las luces y entornando la puerta de la habitación, desapareciendo detrás de ella.

Los pequeños podían escuchar pequeños murmuros del pasillo pero estos no eran molestos, al contrario, eran cómodos y reconfortantes.

El problema sería cuando los ruidos acabasen y la oscuridad y el silencio reinasen en el departamento y aún ellos continuasen despiertos.

Sentían muchas ganas de jugar y moverse por su habitación pero tenían miedo de romper las reglas y órdenes de los señores Kim. Así que preferían estar así, charlando entre susurros, Jimin se bajó de su cama, acostándose junto a Tae Hyung, ambos jugaban con sus pequeños peluches a las peleas pero lo realizaban en silencio así nadie se enteraría de que aún continhaban despiertos.
El miedo comenzó a atacarles cuando las luces del pasillo fueron apagadas y el silencio rondó en todo el departamento, los niños se abrazaron y se motivaban así mismos de que nada pasaría. La noche anterior la habían superado y esta no tendría por que ser distinta.

—Mira, una linterna TaeTae. —Susurró Jimin husmeando en la pequeña cajonera de la mesa de noche. —Podríamos usarla para ir al baño o cuando querramos salir. —Posicionó la linterna sobre la mesa de noche cerrando el cajón.

En ese momento se escuchó una puerta abrirse y pequeños pasos acercándose. Jimin corrió escaleras arriba hacia su cama mientras que Tae Hyung se arropó fingiendo estar dormido, el de cachetes gordos se tiró en su cama sin llegar a arroparse. —Solo veré que se hayan dormido, Joonie. —Murmuró el de cabello oscuro con gafas puestas. Abrió lentamente la puerta observando a aquellos niños que fingían dormir tranquilamente. Seok-jin se acercó a Jimin y lo arropó para que este no tuviera frío, sonrío una vez fuera de la habitación. —Listo, no era tan difícil Joonie.

Ambos niños abrieron sus ojos una vez la puerta fue nuevamente entornada y los pasos se alejaron encerrándose en la habitación principal, Jimin bajó de su cama deshaciéndose de las sabanas con las cuales había sido arropado segundos antes y se acercó a su hermano. Ambos platicaban pero el miedo aún seguía allí, el silencio nuevamente gobernó en el departamento, no se escuchaba nada de proveniente de sus cuidadores. —Tengo hambre, ¿qué tal si vamos a por unas galletas? Seok-jin tuvo que dejarlas en un plato en la mesa mientras consguía un juego de frascos nuevo para las galletas.

—Sí, yo también tengo hambre hyung. —Murmuró Tae Hyung colocándose sus pequeñas pantuflas de perro.

—Debemos ser silenciosos. —Murmuró colocándose también sus pequeñas pantuflas pero las de él eran de coche y tomó la linterna por acto seguido.

Ambos se movilizaron lentamente por la habitación hasta llegar  a la puerta entornada a la cual le agradecieron que sea prácticamente nueva y que no hiciera chillidos extraños al abrirla o cerrarla. Jimin observó de un lado al otro del pasillo notando que sus cuidadores habían dejado la luz del baño prendida por si acaso y el resto de casa estaba oscura significado que la puerta de la habitación de sus padres estaba cerrada. Se encaminaron sin arrastrar sus pies por los pasillos y encendieron la linterna apuntando a las escaleras, vieron que la habitación de sus cuidadores estaba cerrada pero debajo de la puerta salía una pequeña luz, haciéndose saber que aún continuaban despiertos. —Seamos silenciosos, continúan despiertos. —Murmuró Jimin iluminando las escaleras. Tae asintió comenzando a bajar las escaleras con cuidado.

[NamJin] ¿Una familia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora