blood pact ー 00 line

bipolarity

Él es las dos caras de una moneda, sólo que sin quererlo. Él no eligió este estilo de vida, él no quiso tener esta condición. Pero cuidado, con el tiempo uno se acostumbra, y le encuentra el truco al jueguito. Fingirá ser el débil, para luego cambiar todos los papeles.

Él no se dejará llevar por sucios juegos infantiles.

No, RenJun no es quien aparenta ser. RenJun no es quien la mayoría de la gente piensa que es: un chico fuerte y valiente. Para nada. Él no es capaz si quiera de matar una mosca. Porque RenJun está dañado, a él le quebrantaron el alma, de la forma más cruda y dolorosa posible. Porque él no eligió esto, él no quiso padecer esto. La vida fue la que lo odió y le hizo sufrir todos estos años, aunque, RenJun también tenía un límite.

Su única manera de soportar todo el dolor es aparentar ser fuerte, querer ser el más fuerte, para luego cobrar, de alguna forma, venganza por todo lo que le hicieron sufrir. Es lo más justo, ¿no? Pues, claro.

Pero la vida no se trata sólo de rencores, él también aprendió a sobrellevarlo a través del amor. Sí, el típico cliché. Y es que RenJun era un fanático del amor, y solía enamorarse de quien no debía. Su falta de confianza en sí mismo lo llevaba a cometer errores constantes, y caía en lo mismo una y otra vez. Hay veces en que ni la experiencia propia logra corregir tus errores.

RenJun era como una gacela suicida esperando ser devorada por el león, y para cuando ya había sido atrapada se arrepentía, lamentándose entre lágrimas de sangre, sintiendo cómo su depredador rompía cada tejido de su cuerpo. Así era la vida de RenJun, un completo caos provocado por él mismo.

Lo peor de todo, es que él creía que la única forma de salir de aquel círculo vicioso era buscando a alguien de quien aferrarse, aquel que esté dispuesto a soportar cualquier cosa con tal de que él esté feliz. Pero estaba rotundamente equivocado, y él lo sabía, pero ya había caído y no tenía vuelta atrás.

RenJun se abrazó de la persona menos indicada.

Ese atardecer era el día perfecto para salir a caminar, y no quisieron desaprovecharlo. Caminaban sonrientes por el verde pasto, dejando que las flores de primavera colorearan todo, dándole un toque romántico a todo el escenario. Él se veía feliz, y quien estaba con él también. Eran como dos niños que recién habían sido consentidos. Nadie podía quitarles aquella radiante sonrisa.

No todo es color de rosa.

—No quiero seguir —dijo el mayor, dejándose caer en una de las bancas. Su blanca y perfecta dentadura se había escondido detrás de sus rosados labios, y sus ojos profundos que antes irradiaban total jolgorio, ahora se habían vuelto tristes y melancólicos.

—Pero... RenJun... —musitó el menor, sentándose a su lado. La brisa se intensificó, provocando que los cabellos de ambos se alborotara un tanto. El menor suspiró, y envolvió a RenJun con sus brazos, justo lo que el mayor necesitaba.

Era por eso que se había aferrado tanto a él, era por eso que había caído profundamente en aquellos brazos. Porque era él indicado, según él.

—Es que... No puedo más, ¿sabes? Me siento harto de todo esto. Sólo quiero morirme, JaeMin —Sintió una lagrima caer por su mejilla, marcando un recorrido hasta atropellarse en sus labios, sintiendo el sabor salado.

—No digas esas cosas, RenJun —hizo una pausa, respirando profundo y, mirando el lindo paisaje que les regalaba el atardecer, continuó—; Si haces eso, ¿dónde quedamos nosotros? Somos tus amigos, no puedes hacernos esto.

Amigos, auch.

—Como sea.

Hubo un silencio súbito. Tan sólo el sonido del viento y las hojas moverse eran audibles, al igual que el sonido de RenJun sorbiendo su nariz.

Hace unos momentos todo era risas y diversión, y, de un segundo a otro, todo se había vuelto triste y lleno de pesimismo.

RenJun sólo lloraba en silencio, queriendo enterrarse en una tumba vivo. Él ya no quería más guerra.

Dejó que el sueño llegara a él, cayendo profundamente en aquellos brazos que lo cuidaban cuando más lo necesitaba. No fue hasta que abrió sus ojos que se dio cuenta de que esos no era brazos, sino que había sido disparado hasta el duro cemento. Su rostro se había arruinado, su lindo y perfecto rostro; eso sería una paga tremenda por parte del culpable.

—¡Imbécil! ¡Déjame en paz! —exclamaba el menor, gritándole aparentemente a alguien, pero en realidad no había nadie. JaeMin discutía con el aire.

—JaeMin... —dijo mientras se ponía de pie, ya era habitual este tipo de situaciones. Miró la hora de su reloj, claro, con razón estaba así. Se acercó al chico, quien miraba furioso a la nada—No hay nadie ahí, vámonos.

—¿Cómo? ¿Qué no lo ves? —dijo, furioso. RenJun rodeó sus ojos, harto.

—No, así que vámonos si no quieres que te golpee luego —no esperó a que respondiera, y simplemente lo agarró de la muñeca con brusquedad, y se fueron.

La vida de RenJun era un poco... especial. Pero, a pesar de todo eso, trataba de parecer alguien normal, y fingía ser un chico ordinario, igual a todos los demás.

Pero en el fondo no lo era para nada. Todo estaba mal con él, y él lo sabía más que nadie.

«Vivo atrapado en tu complejidad»

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hey! he vuelto, esta vez con un fanfic nuevo jiji
Debo confesar que amo a la 00 line con mi vida,  y desde hace mucho que he querido escribir algo sobre ellos, y pues... salio esto? En fin. Sólo deseo que les guste, porque de verdad le puse mucho empeño a este fanfic, en serio, no se imaginan cuánto.
Gracias por leer<3
pd: perdón a aquellos que leyeron la versión anterior, pero resulta que ahora tengo la historia más elaborada y necesitaba poner estas introducciones, de verdad lo siento por haberla cambiado (aunque en realidad no afecta a la trama en sí) y tranquilos, que esas escenas saldrán más adelante de igual manera;)