Anyca guardaba su ropa en el bolso, a pesar de sentir que sus lágrimas empañaban su vista, impidiéndole concentrarse. Pensaba en todo, en sus amigas, en los chicos para los que trabajaba, en el dinero, en las deudas. Su cabeza daba vueltas, sentía migraña, y sumado a la congoja que portaba, todo parecía oscurecerse cada vez más. Terminó de preparar todo y comenzó a bajar las escaleras con el equipaje. Obervaba cada escalón previo a pisarlo, con el miedo de perder el equilibrio y caer. Una vez que alcanzó la planta baja y la sala principal, la escena pareció ser exactamente la misma a la que contempló antes de subir. Todos de pie, de brazos cruzados, algunos mirándose entre ellos y otros al suelo. Apenas sintieron las rueditas de la valija arrastrar el piso de madera, voltearon hacia la entrada.
"Anyca. ¿Estás lista?" La chica no hizo más que asentir en respuesta. Suni soltó un suspiro. "Vámonos."
Ambas compañeras, Yangmi y Suni, caminaron instantáneamente hacia la puerta. Anyca respiraba agitado, miraba a los chicos analizarla descaradamente, además de algunos fruncir el entrecejo.
"Sepan que nuestras relaciones cambiarán también. Están siendo terriblemente egoístas. Anyca es nuestra amiga, y por supuesto que eso está primero que las relaciones laborales. Buenas noches." Yangmi parecía tener el carácter cien veces más acentuado aquel día. Tomó del brazo de forma bastante brusca a la latina y luego de una mirada llena de odio, la arrastró hacia la salida.
Una vez que el portazo se hizo presente, el silencio incómodo volvió a generarse entre los miembros.
"Jungkook. Creo que has sido demasiado duro con ella." Jimin intentó acotar con la mayor sutileza posible. El otro, en respuesta lo fulminó con la mirada y posteriormente caminó hacia las escaleras. Desapareció.
...
Las lágrimas lograron empapar el cuello de su blusa, no sin antes mojar sus mejillas enrojecidas por el calor que emanaban de ellas. Era inútil. Por más que ella se sonaba la nariz y se limpiaba el agua del rostro, esta parecía no parar de emerger de sus ojos.
"Anyca, por favor. Me vas a hacer llorar." Yangmi pareció conmovese al ver a su amiga en un estado tan frágil.
La atmósfera parecía ser un tanto incómoda. Suni y ella permanecían en pleno silencio, una a cada lado de la cama, sosteniendo a su amiga, quien hacia sonidos típicos de congoja. Ya habían logrado instalarse, habían alquilado una habitación en un hotel. Sin embargo, nada parecía ser positivo.
La situación por la que la extranjera estaba pasando se asemejaba al estado de aquella habitación: asquerosa. Paredes empapeladas, que seguro por las irregularidades y rajaduras que poseían, se estimaba que era antigüa, o talvez simplemente mal mantenida. Las sábanas de la cama no estaban del todo limpias, y la luz amarillenta que alumbraba la habitación era tan lúgubre que apenas podían distinguirse las siluetas. Todo parecía ser dificultoso a la hora de mirar, todo menos las lágrimas de Anyca. Estas se notaban a leguas.
Le dolía, y no podía frenar ese dolor con nada. Pensaba y pensaba, a su cabeza regresaban imágenes, gestos, palabras.
Jungkook.
"Estaremos para lo que necesites. Llama por favor, no te guardes nada." Suni se puso de pie, al igual que su otra compañera, y en silencio abandonaron la habitación.
La chica quedó sola, y apenas logró estar tranquila, tomó su teléfono y comenzó a mirar las fotos. Fotos en las que aparecían los chicos; Hoseok jugando a las cartas con Namjoon, ambos mirando con confusión hacia la cámara. Jimin y Tae peleando, tomados por sorpresa al captar el flash del celular. Jin doblando ropa, algo tan común pero que para Anyca era magnífico. Y por último, una imagen de Yoongi y Jungkook. Ambos yacían sentados en el sofá, el primero de brazos cruzados, y los ojos cerrados. <<Un clásico que su pereza fuese visible>>. Y luego Jungkook, quien en su momento sonreía, haciendo aegyo. Ella observó aquel rostro por varios minutos, contemplando la felicidad de aquel chico. Estaba contento, en ese momento todo estaba bien. Pero aquello había quedado en el pasado, tan sólo era un bello recuerdo. Necesitaba alejarse, necesitaba olvidar para dejar de sufrir.
Y entonces borró la foto. Las borró todas.
Volvió a sorberse la nariz, y posterior a cambiar sus prendas por algo más cómodo, se dejó caer en la litera, cubriéndose con aquellas feas sábanas. Pensaba en dormir, en cerrar los ojos el tiempo suficiente como para sentirse menos triste.
El café lograba saber tan amargo para Anyca por las mañanas, que por más que le arrojara el envase completo de azúcar a la bebida, continuaba dejándole una sensación pastosa en la boca. Aquella mañana había resultado ser demasiado extraña para la chica, pues durante semanas se había acostumbrado a tener a Taehyung robar la comida antes de ser servida en la mesa. Recuerdos y más recuerdos. <<¡Que absurdo!>>, pensaba mientras se rascaba la nuca con nerviosismo. Ese día le tocaba regresar al trabajo, volver a ver a los chicos, a sus compañeras, cuando lo único que deseaba en esos instantes era desaparecer.
Luego de una breve ducha, se colocó la ropa para el trabajo. Desde hace tiempo se había decidido a quemar, no en sentido literal, su antigüa ropa. Quería impresionar, y además necesitaba cumplir con absolutamente todo. No podía fallar esta vez, Bang Si-hyuk la miraba con atención, la analizaba, al igual que la manera de trabajar. Entonces ella debía cumplir con absolutamente todo. Se peinó no sin antes haber alisado su cabello enrulado y se maquilló un poco. Tomó su bolso y posterior a colocarse los zapatos de tacón, salió del hotel.
Llegó y entonces pasó la tarjeta por la puerta del edificio. Ingresó con la cabeza en alto, a pesar de ver como las secretarias de la recepción murmuraban por lo bajo, talvez recordando en escándalo de Wonho de Monsta X. Batió las pestañas y continuó caminando firme, hasta que alcanzó el elevador. Subió y rápidamente acomodó su falda, se miró repetidas veces en el espejo y se dignó a apretar el botón que la llevaría a los pisos más altos. Pero cuando creyó que las puertas habían logrado cerrarse por completo, un brazo se posó bruscamente entre medio de ellas, entonces se sobresaltó. Levantó la mirada y sintió cómo el corazón se le salía.
"Lo siento." Habló rápido, sin mirarla mientras ingresaba al elevador también.
Llevaba una blusa oscura, unos shorts deportivos del mismo tono, y una toalla rodeando su cuello. Una botella de agua en una de sus manos, y con la otra se limpiaba el sudor que corría por su rostro. Anyca observó con mayor énfasis su cabellera, la cual se hallaba alborotada.
<<Alborotada de una manera demasiado sexy.>>
Ella enrojeció al escucharlo respirar agitado.
"¿A-a qué piso?" Preguntó nerviosa.
"¿A dónde crees? ¿Acaso eres estúpida?" Él la miraba con rechazo.
"¿Por qué no estás arriba, con los demás chicos?"
"Porque la maquina expendedora de agua no funcionaba arriba, entonces bajé a buscar una." Se explicó.
"Ya veo." Respiró hondo. El elevador comenzó a subir y poco a poco la incomodidad comenzó a generarse nuevamente. El silencio la estaba matando.
Un fuerte estruendo provocó que ambos se sobresaltaran. El ascensor se detuvo en seco entre dos pisos, y pareció todo oscurecerse. Anyca comenzó a tocar los botones con desesperación, buscando alguno para llamar la atención de los que se hallaban en el resto del edificio.
"¡Hey! ¡Hey! ¡Ayuda!" Anyca se desesperó.
"Genial. Encerrada con la traidora, ¿Algo más?" Ella lo fulminó con la mirada.
Excelente. Encerrada con Min Yoon Gi en un elevador. Ella estaba segura que no sobreviviría.
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Paint my Heart ⇨ J.Jk (Completa)
FanfictionBig Hit se había encargado de contratar solamente estilistas casadas para el famoso grupo de siete integrantes, BTS. Pero Anyca Leyth era la única de ellas joven, soltera y disponible para cualquier hombre. ¿Por qué contratar a una mujer así tenie...