Karina

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— ¡No puedo creer lo tan idiota que fui!— gritó Karina desde la puerta de su ahora antiguo apartamento.

— Te juro que no es lo que piensas.

Las palabras del que alguna vez fue el amor de su vida se veian empañadas por sus lagrimas al ver la escena frente a ella. Su prometido revolcandose en el sofa con su mejor amiga, le dolia el alma por la traición.

Salió disparada del lugar escuchando a lo lejos los gritos de aquel hombre, solo subió a su auto y se fue rumbo al primer bar que encontró abierto.

Se sentó en la barra de madera y pidio un whisky que bebio de un solo trago, su garganta ardía y sus ojos picaban, la imagen del engaño no se borraba de su mente.

A lo lejos escuchó la risa de un hombre que llamo completamente su atención, miro de lado hacia el lugar del que provenía y vio al hombre mas sexy que pudo haber conocido en la vida, su cabello rubio caía de lado en un corto flequillo que no llegaba a alcanzar sus ojos. Su sonrisa era cautivadora, sus finos labios se torcian con gracia y formaban una fina al escuchar como su amigo le contaba vaya a saber uno que cosa.

Pronto se vio descubierta por aquellos ojos azules que al clavarse en ella la dejaron sin respiracion. Tardo unos segundos en desviar su mirada al vaso frente a ella, se sentía avergonzada de haber sido atrapada acosando con la mirada a aquel extraño.

Sintió su cuerpo estremecer cuando aquel hombre se sento junto a ella, le sonrió sensualidad y le pidio dos cervezas al tipo que atendía.

— Hola, soy Norman.— dijo con la voz mas endemoniadamente sexy que habia oido hasta ahora.

Karina volteo con sorpresa y tras sonreir un poco le entendió su mano.

— Karina.— fue la unica palabra que pudo expresar al sentir el calor de la mano de Norman extenderse por su cuerpo.

Norman sonrió y tomo ambas cervezas, la miró una vez mas y con descaro la invitoe a su mesa.

— Mi amigo Jeff se irá en unos minutos y para mi aún es temprano.— se encogió de hombros.

Karino no tuvo que pensarlo mucho y tras asentir, ambos se dirigieron a la mesa donde su amigo los esperaba. Bebieron algunas cervezas mientras charlaban a gusto los tres, Jeff bostezo y saludo a ambos antes de irse, Norman le guiño un ojo y sonrió al verlo salir por la puerta.

— Asi que... ¿Que haces aqui sola y bebiendo whisky? Esa no es bebida para un martes en la noche.— apoya sus brazos sobre la mesa y la mira expectante.

— Mi novio me engaño con mi mejor amiga en mi sofá, sobre mis cojines favoritos.— exclamó Karina arrastrando un tanto las palabras.

Norman sonrió y nego con la cabeza, podía notar la tristeza de la muchacha e intentando sacarle una sonrisa comenzó a contarle anécdotas de su vida amorosa no tan buenas. Charlaron por horas hasta que con descaro y presa del alcohol, Karina lo invitó al motel que se encontraba a unas calles de alli. Norman no dudo en aceptar, aquella muchacha le habia gustado desde de la vio sentarse en aquella barra.

Norman cerro la puerta y al voltearse tomó el rostro de ella entre sus manos, acercó su rostro con rapidez y la beso con ansia. Karina se sostenia de la cintura de él repasando sus cuerpo por sobre la ropa, le quito la chaqueta y con lentitud recorrio su pecho hasta el borde de su sweter para levantarlo por encima de la cabeza. Desabrocho los botones de la camisa y la deslizó por sus hombros dejando su torso desnudo, Norman acarició la piel desnuda de su cuello y bajo por su cuerpo hasta las prendas superiores de Karina.

La desnudo sin apuro y la lanzó con delicadeza sobre la cama, él se despojó de sus pocas prendas y se arrastró hasta el hueco de sus piernas acariciendo de éstas sintiendo la piel de ella bajo sus manos, el calor que emanaba bajo su toque lo hacia excitarse por completo.

Tomó su miembro con una mano empujandolo dentro de ella embriagado por sus caricias, sus movimientos eran firmes y desesperados, Karina repasaba la piel de la espalda de Norman con lentitud recibiendo cada estocada con placer.

Los gemidos se oían por toda la habitación, Norman la beso con ardor, acarició su muslo hasta su rodilla elevando su pierna para asi ahondar sus movimientos dentro de ella. La pasión los recorria a ambos, Norman salio de su interior se arrastró por la cama hasta tomar su pantalón del suelo y de su bolsillo quitar un condón. Con apuro lo deslizó por su erección para asi volver a hundirse en su interior por completo.

Atrajo el cuerpo de Karina sobre el suyo que de encontraba arrodillado sobre el colchón, ella se sostuvo de los hombros de él y con destreza movio su cintura alcanzando un nuevo nivel de excitación. Norman mordia y chupaba de su cuello y hombros mientras apretaba su cintura acompañando sus estimulantes movimientos.

Karina sintió su cuerpo estremecer acumulando todos sus impulsos en una misma zona, la electricidad que recorria su cuerpo se unió en el centro de su sexo estallando en un éxtasis completo. Soltó un suave gemido que Norman se encargó de ahogar con un ardiente beso, volvió a recostarla sobre la cama apurando sus penetraciones consiguiendo asi llegar a su propio clímax.

Karina sentia como el cuerpo de Norman se tensaba bajo sus manos y tras soltat un excitante gemido supo que había acabado.  Él apoyo su frente en el hombro de ella recuperando el aliento, se dejo caer a un lado y cubrió su rostro con su brazo respirando aun agitado.

Pasaron el resto de la noche teniendo un increible sexo que Karina jamas olvidaría, en cuanto Norman se durmió ella tomó su ropa y en silencio se marchó de la habitacion.

Al despertar, Norman no la vio por ningún lado de la habitacion, solo encontró una nota con un número de teléfono y el nombre Karina escrito en el.

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