¡ dos !

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Dos días habían pasado desde que Felix y Hyunjin habían cambiado lugares. No había sido tan difícil como Seungmin creía que sería, en realidad, pudo controlar sus sentimientos y nada lo molestó durante las clases. 

Hasta las benditas dos horas de arte. 

Deberán hacer un trabajo en conjunto con su compañero de al lado —explicó la profesora de artes visuales, mientras Seungmin sentía como sudaban sus manos—. Tendrán que dividir la hoja en dos, y dibujar de cada lado, uno de sus mayores miedos, y luego, unirlos.

Kim suspiró y giró suavemente su cabeza hacia donde Hyunjn se sentaba. El mayor lo estaba mirando con una hermosa y reluciente sonrisa, mostrando su ojitos alegres. Seungmin sonrió de lado y dirigió a su vista hacia Felix, quien, para su sorpresa, también estaba observándolo. 

El australiano levantó ambos pulgares mientras se encaminaba al banco de su compañero sonriéndole. Kim le devolvió la sonrisa como señal de que todo iba a estar bien, pero dudaba de aquello. Dos horas con Hwang Hyunjin nunca tendrían algo bueno, nunca podrían significar "un buen rato de amigos" para la mente de Seungmin.       

Se acercó al pelinegro y comenzaron a debatir que iban a dibujar y como unirían sus "sentimientos". Así había dicho Hwang, sacándole una pequeña risa al menor debido al doble sentido que tenía el término que había empleado. 

Yo quiero representar una mesa vacía, en una habitación vacía  —explicó el Hyunjin—. Creo que pintarlo de colores llamativos sería lo mejor, no sé  —se encogió de hombros y bufó—. Soy muy malo para estas cosas. ¡Aagh! Será un dolor de cabeza para vos trabajar conmigo. 

No... —susurró el castaño— Está bien, podemos hacerlo.

Hyunjin sonrió y comenzaron a preparar la hoja en la que trabajarían. Kim buscó en su mochila auriculares mientras el mayor hacía la línea divisoria. Colocó su playlist de Day6 y comenzó a dibujar.

Su intención era hacer algo que reflejase lo difíciles que solían ser sus noches, por lo que eligió representar una habitación parecida a la suya, con la cama prolijamente deshecha y la ventana oscura. 

Comenzó  a dibujar, y estaba tan dentro de su dibujo que no notó que Hyunjin apenas había empezado a trabajar y tenía sus ojos clavados en él. Admiraba como el menor movía sus pequeños dedos sobre la hoja, como hacía muecas cuando algo no le salía como quería, y por sobre todo lo que observaba, se centró en como sus labios se movían al ritmo de una canción que no lograba escuchar porque cantaba muy bajito. 

Seungmin —lo llamó Hwang tocando su hombro—. Dibujas muy bonito y yo... Yo... No quiero arruinar tu hermoso trabajo con mi desprolijidad.

Hyunjin era demasiado tierno, demasiadísimo. 

Hyunjin bajó su cabeza cuando sintió sus mejillas teñirse de rosado. Se sentía muy avergonzado al decir eso, ya que no quería que todo el trabajo quedase en manos de Seungmin, porque la nota era para los dos y no era justo que él solo mirase como el menor hacía todo y se esforzaba por que quedase perfecto. 

Está bien —susurró Kim—. Podés decirme que querés dibujar y yo con gusto lo hago. No te preocupes, Hyunjin. 

Seungmin terminó de dibujar su parte e invitó al mayor a sentarse a su lado para que le indicase que hacer. Se sacó un auricular para poder escucharlo mejor, y cuando no prestaba atención, Hwang lo tomó y lo colocó en su oreja. Una de sus canciones favoritas de Day6 sonaba. No conocía mucho a la banda, pero por lo poco que había escuchado, Letting go era su preferida.  

No sabía que te gustaba Day6 —dijo, ganándose una mirada extraña de Seungmin—. Estoy escuchando —señaló su oído y Kim abrió exageradamente los ojos.      

Son mi banda favorita del momento, porque no conozco muchas más. Bueno, sí conozco otras, pero, no sé. Me gustan mucho —sonrió de lado y siguió dibujando intentando ignorar la melodiosa voz de Hyunjin mientras cantaba.   

Una vez terminada la parte de Hyunjin, debatieron como podrían unir ambos escenarios, y aunque Hwang no aportaba muchas ideas, quedaba fascinado con todo lo que decía el castaño. Le resultaba tan tierno que pensase tanto y lo mirase con labios serios y ojos sonrientes para pedirle opinión. Seungmin en sí era tierno. 

¿Por qué elegiste una ambiente vacío, Hyunjin? —preguntó Kim mirando al piso— Está bien si no te interesa decírmelo, pero, para hacer una mejor unión de ambos dibujos.

Hwang rió suavemente y comenzó a explicar aquello que Seungmin tanto anhelaba saber.

Me da miedo la soledad, el quedarme solo algún día.

La cabeza del menor daba vueltas al rededor de las palabras del pelinegro, y quería decirle a gritos que eso nunca pasaría, que siempre tendría a alguien a su lado; que siempre lo tendría a él. Pero no podía, parecía que la habían comido la lengua los ratones y que apenas era capaz de modular una o dos palabras concretas y seguidas. 

Entonces... Podríamos unirlos con una puerta a medio abrir. 

Los labios de Kim se movían muy suavemente, dejando al mayor asombrado por la suavidad de sus palabras. De un momento a otro, solo podía fijarse en el pequeño, como si todo hubiese dejado de existir, hasta la canción que tan bien hacía sentir a sus oídos, la cual, según el celular de Seungmin, se llamaba All alone

¿Por qué? —indagó Hwang saliendo de sus pensamientos— Me explico, ¿por qué abierta?

No me da miedo estar solo. Creo que con el tiempo llegué a acostumbrarme, Hyunjin. 

STRAWBERRY FRAPPUCCINO ━ HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora