Kim Seungmin tenía notas perfectas en la clase de arte, le gustaba mucho dibujar.
También le gustaba mucho Hwang Hyunjin.
Podía decirse que la vida de Seungmin no era la envidia de nadie, era el típico chico callado de la clase, que bajaba la vista muy rápido y sólo hablaba con su mejor amigo, Lee Felix.
Kim sufría de insomnio. Había muchas cosas que lo atormentaban, especialmente durante la noche, porque en ese momento nadie podía protegerlo de las voces; en cambio, durante el día tenía a su hermano, y a su amigo anteriormente mencionado, quienes lo cuidaban y mimaban cuando se sentía agobiado, cansado o decaído. Simplemente, cuando algo iba mal.
Aquél día en el colegio, todo fue mal para Seungmin.
Se sentaba al lado de Felix desde que eran amigos, delante del australiano, iba el amor platónico de Kim, Hwang Hyunjin, quien apenas sabía de la existencia del menor, y detrás de Seungmin, se sentaba Jisung, mejor amigo del pelinegro. Al menos así había sido durante los primeros dos trimestres de clase ese año.
Lee estableció una pequeña amistad con Hwang, que por ser su compañero de adelante, a veces debían hacer trabajos juntos; y lo mismo para Han y Kim. Aunque el menor era de tan corta palabra, que le fue un poco difícil hablar con Jisung al principio, puesto que este parloteaba tanto que Seungmin apenas podía decir "sí" para que el mayor sepa que estaba escuchándolo.
Volviendo al terriblemente terrible día de Seung en el colegio; Felix estaba contándole a su pequeño Kim sobre un nuevo amigo —al que apodaba como "coso", porque no recordaba su nombre— que había hecho por las redes sociales. Nada raro saliendo de Felix, dado que adoraba hablar y cada momento que encontraba, lo utilizaba para conversar con Seungmin.
—Debería dejar de hablar tanto o la profesora va a castigarnos —dijo con un suspiro.
Seungmin levantó los hombros sin darle mucha atención.
—Prestá atención, Lix —lo regañó acercándose al banco del contrario—. Es tema nuevo, además, estoy tan cansado que apenas logro escucharte.
—¿No pudiste dormir anoche? —Kim negó en respuesta— ¿Querés salir al pasillo? ¿Ir a tomar agua, caminar, algo?
—No, estoy bien. Sólo... Sólo me siento un tanto incómodo, nada que no pueda solucionar.
—Kim Seungmin, Lee Felix —la voz grave de su profesora hizo que ambos saltaran en sus asientos y girasen las cabezas lentamente, volviendo la vista al lugar del que había provenido el llamado—. Si tanto tienen para contar, pueden compartirlo con la clase, ¿no les parece?
Kim no fue capaz de articular palabra alguna, separó un poco los labios con el fin de hablar, pero las palabras simplemente no salían. Lee lo notó y se levantó de su lugar.
—Lo sentimos mucho, no volverá a pasar.
—Llevan hablando cinco minutos sin prestar atención a la clase —la profesora fulminó a Felix con la mirada, y Seungmin se sintió muy mal por él, luego le pediría perdón—. Señor Hwang, ¿podría cambiar lugares con Lee?
Seungmin abrió sus ojitos castaños por la sorpresa, sintiendo los nervios crecer en su cuerpo como un incendio.
—No hace falta —se apresuró el australiano con la intención de proteger a su pequeño amigo—, dejaré de hablarle a Seungmin durante la clase.
—Por favor, Felix, tome sus cosas y vaya al lugar de Hyunjin.
El rubio miró a su mejor amigo, y este con una pequeña sonrisa, le hizo entender que estaría bien, o eso intentó. Definitivamente no estaría bien; no podría estar bien con Hyunjin a su lado. ¿Qué haría cuando las voces vinieran? ¿Iba a tomar la mano de Hwang? ¿Iba a abrazarlo? ¡No! Por supuesto que no lo haría.
El pelinegro dejó su mochila en el piso y los libros sobre el ex-lugar de Felix. Seungmin se entretuvo tanto pensando como haría para pasar las clases sin inconvenientes que no se dio cuanta cuando Hyunjin llegó, ni cuando lo saludó, ni cuando suspiró rendido al no recibir respuesta del menor.
Seungmin sacó su libreta de dibujo y sus bonitos lápices e intentó calmarse. Empezando con garabatos, siguiendo con algún que otro árbol o flor muy detallados. Pintó varias nubes y un sol brillante, porque su hermano le decía que pensar en paisajes de ensueño le haría bien cuando se sintiese mal. Escribió alguna que otra oración para darle mayor sentido a sus dibujitos, y sonrió cuando, sin intención, comenzó a dibujar un ser humano. Uno tan perfecto como los copos de nieve que caían sobre su ventana en invierno y allí se quedaban hasta derretirse. Un ser humano capaz de calmarlo solamente respirando en el mismo cuarto que él, un ser con nombre y apellido; con labios abultados y un bello lunar bajo su ojo. Un ser humano que, de casualidad, estaba sentado junto a él y era mejor conocido como Hwang Hyunjin.
El pelinegro no era ningún tonto, y sabía que Seungmin solía mirarlo, pero cuando giró la cabeza hacia su izquierda, se encontró con Kim dibujando. Le resultó tan, tan tierno, que quiso acercarse para ver que había en su hoja repleta de colores pasteles. Pero ni bien se asomó, Seungmin, sobresaltado, guardó la hoja rápidamente debajo del banco y miró a Hyunjin con un fuerte sonrojo en sus mejillas.
—¿Qué dibujas, Seungmin? —preguntó dulcemente, sonriendo.
—Oh, nada, nada —Kim bajó la vista, no le gustaba mentir, pero tampoco le diría la verdad de lo que dibujaba.
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STRAWBERRY FRAPPUCCINO ━ HYUNMIN
أدب الهواة♡.'- ❝Frappuccinos de un desconocido y galletas de frutilla❞ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤhwang hyunjin & kim seungminㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ♡; inicio- noviembre 19, 2018 ♡; fin- mayo 4, 2019 ©3FACHAS