STRAWBERRY FRAPPUCCINO ━ HYUNMIN

¡ seis !

Seungmin bajó cuando el despertador había sonado por tercera vez consecutiva; no podía quedarse haciendo más fiaca. Su vaso de té estaba sobre la mesa, al lado de unas tostadas. Changbin estaba sentado del otro lado leyendo mientras tomaba café.

—Buenos días, Binnie —se sentó frente a su comida y se dispuso a desayunar.

—¿Dormiste bien, muchachín? 

—Sip, no tuve ningún sueño. 

El pelinegro sonrió y cada uno siguió en lo suyo. Se dedicó a leer los mensajes de Felix que no había respondido la noche anterior, excusándose con un "me dormí". Sin embargo, la emoción de su mejor amigo por saber que había pasado con Hyunjin le resultaba extremadamente tierna.

Después de despedirse de Changbin, fue caminando al colegio mientras escuchaba Too Much To Ask, de uno de sus artistas favoritos. Le gustaba pensar mientras observaba el mundo a su alrededor; le gustaba sentirse insignificante y pequeño, como si no existiese. Le gustaba cantar bajito bajo el sol y le gusta, por sobre todas las cosas, imaginarse con Hyunjin bailando en la cocina un sábado a la noche mientras preparaban café.

Una vez llegó a su salón, fue directamente a su lugar, aunque no pudo sentarse. Hwang estaba en su silla, con un frappuccino de frutilla en su mano.

—¿Cómo estás, Minnie? —el pelinegro sonrió— Te traje un frappuccino. 

Las mejillas del menor se tiñeron de un rosado suave y sintió como la sangre le hervía.

—Gracias, Hyunjin. No era necesario, pero muchas gracias. 

Tomó el vacito y comenzó a tomarlo; aunque ya había desayunado, no podía negarse a tomar un frappuccino, y menos si era de frutilla. ¡Amaba con todo su ser el de frutilla! Todo con frutillas era su perdición, aunque solo su hermano y Felix lo sabían. 

—Ayer me había olvidado de preguntarte... ¿Por qué faltaste hace unos días? 

—Ah, eso. No... no sé. Tenía unas cosas que hacer con... con Binnie —Lee lo oyó tartamudear y lo miró confundido—. Nada... nada importante. 

Los ojos negros de Hwang se clavaron el los marrones de Seungmin, encontrando miedo y nerviosismo, por lo que prefirió cambiar de tema en segundo.

—Y... contame Minnie, ¿por qué te gusta tanto el frappuccino de frutilla? 

—Changbin solía comprármelo siempre que salíamos a caminar o me buscaba de mis clases de dibujo. Además, creo que el color es demasiado bonito. 

Sonrió levemente y le lanzó una mirada tímida a Felix avisándole que estaba bien. Y este, una vez supo que su pequeño amigo no tenía problemas, siguió riendo frente a las bromas de Jisung.