STRAWBERRY FRAPPUCCINO ━ HYUNMIN

¡ dieciséis !

El sábado llegó, y el momento en el que vería a su psicólogo se acercaba cada vez más; tenía unas inmensas ganas de hablar sobre Hyunjin y aclarar su cabeza. 

Changbin le prometió que iría a comprarle un frappuccino de frutilla y un nuevo cuaderno para dibujar mientras el psicólogo se encontrase en su casa. Eso animó a Seungmin, quien se sentía ansioso por recibir todo aquello. 

A los treinta minutos después de las cuatro de la tarde, el psicólogo tocó el timbre. Seungmin bajó despacio, dando pequeños pasos por la escalera y tomado exageradamente de la baranda. Abrió la puerta, y antes de articular alguna palabra, abrazó al muchacho que tenía como psicólogo con todo el amor del mundo. Hacía bastante no lo veía, y lo había extrañado mucho.

—¡Seungmin! —lo saludó el mayor— Veo que seguís siendo igual de amoroso que antes.

—Es que de verdad te extrañé mucho, Channie. 

El rubio sonrió, dejando a la vista sus dientes. Ambos se dirigieron a la habitación de Seungmin, quien llevó galletitas y dos vasos llenos de jugo.

—Tu habitación sigue igual de hermosa que antes —comentó admirando las paredes blancas llenas de fotos, dibujos, y mapas—. No te veo mal, de hecho, nada se ve mal. ¿Qué pasó, Minnie?

—¿Te acordás de Hwang Hyunjin? —se sentó sobre la cama, y luego de que Chan asintiese, siguió explicando— Bueno, siempre me gustó, pero era algo que no me imaginaba nunca alcanzar. Pero, él me habla, y está conmigo, y es lindo. Causa miles de cosas en mí y apenas sé como me siento. Un día soy el chico más feliz del mundo, y el otro, estoy llorando. Cuando todo se reduce a él, soy mucho más sensible y frágil —dejó escapar un largo y pesado suspiro—. Hace unos días tuve uno de esos episodios que me quedo tildado llorando, porque Hyunjin me había hablado frío y cortante, y era mi culpa. Pero después me dijo que era perfecto. Y después, comimos frutillas y frambuesas juntos. 

Y así siguió durante horas, hablando hasta de lo que había comido esa mañana pensando en Hyunjin. Chan dejó que Kim tomase su jugo, puesto que hablar con la garganta seca podía hacerle mal. 

Una vez su psicólogo se fue, Seungmin se quedó en el sillón usando el celular mientras esperaba a su hermano. Aprovechó para escuchar varias canciones de NCT, el grupo que a Hyunjin tanto le emocionaba. Investigó un poco sobre ellos, y llegó a la conclusión de que elegir un favorito allí sería muy difícil, porque todos tenían sus propios talentos que los hacían destacar. Una notificación apareció en su pantalla. 

Hyunjin💛
¡Minnie! Me hice fan de
Drippin'👉🏻👈🏻
Es muy buena.

Tú
Sip.
Es buenísima 👍🏻.
Yo escuché el grupo que me
recomendaste.

Hyunjin💛
¿Y qué te pareció?

Tú
¡Me gustaron mucho! Pero
es muy agresivo en comparación
a lo que suelo escuchar:(
Adoré Timeless:)

Hyunjin💛
Me alegro de que te hayan
gustado, Minnie ♡.
Me gusta recomendarte
música 🥺
Sos tan lindo, Seungmin.

La llegada de Changbin fue la excusa perfecta para no responder aquél mensaje tan dulce de Hyunjin. No quería meter la pata otra vez, así que más tarde le respondería. 

—Traje lo te prometí. ¿Cómo te fue con Chan?—le entregó el frappuccino y una bolsa de papel madera que contenía, efectivamente, un cuaderno nuevo.

—Bien, bastante bien. Mejor de lo que creía. Gracias por todo, Binnie —se levantó del sillón y dejó un beso en la mejilla de su hermano.  

Esa noche, Seungmin se quedó despierto haciéndole una portada a su nuevo cuaderno mientras pensaba en Hyunjin.

Tomó su celular y le pidió disculpas por no responder, yademás, le agradeció lo que le había dicho. No esperó a que respondiese, y a las cinco de la madrugada, con el sol comenzando a salir y los pájaros cantando, se durmió.