Navidad y cumpleaños

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Este capítulo solo se editó algunos errores ortográficos así que no ha cambiado.
25 Diciembre 1988
Elora POV.
Me levante temprano como todas las navidades, y corrí por los largos pasillos e interminables escaleras de la mansión para llegar al salón principal donde estaban los regalos. Mamá estaba esperándome junto con los abuelos para abrir los regalos. Antes de poder abrirlos unas grandes manos me taparon los ojos.
-Papá, se que eres tu- me voltee para ver a Chadmus Rowle, y aunque no fuera mi padre biológico siempre me trato como una hija y ha estado ahí como una figura paterna desde que se caso con mi madre cuando yo tenia dos años.
-Tengo algo para ti, lobita-dijo llamándome por mi apodo. Entonces me pasa una carta con un sello que reconocí enseguida.
-¡Mi carta de Hogwarts!
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA
Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe
Supremo, Confederación
internacional de magos)
Querida señorita Potter:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el
Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios.
Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.
Muy cordialmente, Minerva McGonagall
Directora adjunta
Después de leer la carta no pude evitar dar saltos de emoción, iría a Hogwarts en unos meses, a pesar de que mamá quería que fuera a Durmstrang como ella, yo quería ir al colegio al que fue James Potter, mi padre. Mi madre y mis abuelos me felicitaron y me abrazaron. Después de la pequeña celebración seguimos abriendo los regalos. Mamá me regaló libros de todo tipo, dado que ya había leído varias veces todos los del primer y segundo año de Hogwarts. Papá me regaló ingredientes para poder practicar mis pociones, mientras que los abuelos me regalaros vestidos, collares y aretes. Yo les regale a la abuela y a mamá un collar igual para que las tres los tuviéramos, a papá y al abuelo les regale túnicas de gala nuevas.
Después de abrir los regalos, nos sentamos a desayunar todos juntos y hablaron del baile de esta noche. Yo terminé de desayunar lo más rápido que pude, así correr a arreglarme para salir con mamá como hacemos todos las navidades antes de regresar para alistarnos para el baile.
Una hora después mamá y yo nos aparecimos en Privet Drive y nos acercamos a la casa del número 4. Todos los años veníamos a ver a Harry y salíamos a almorzar. Cuando mi padre biológico y Lily murieron, mi mamá llego al poco tiempo junto con Hagrid y Sirius, después de asegurarse que estaba bien, pidió hacerse cargo de Harry también, pero Dumbledore había dicho que él debía ir con sus familiares maternos. Por años mi mamá lucho por la custodia de mi pequeño hermano, sin embargo, al no ser familiar directa de Harry solo logro algunas visitas autorizadas.
Mamá tocó la puerta y abrió la tía de Harry, Petunia, una señora rubia que parecía una jirafa y que siempre tenía mala cara.
-Buenos días, Sra. Dursley, ¿podría llamar a Harry?-dijo mi madre educadamente, mientras que ella ni se molesto en contestar, pero que se podría esperar de una asquerosa muggle como ella.
-¡Niño! ¡Ya vinieron por ti!
Harry, a sus 8 años, era un niño pequeño y bajito, con ropa muy grande para él, por eso siempre que lo veíamos le comprábamos ropa muggle que le quedara, le comprábamos mucha comida y dulces para que guardara para después. Pero a pesar de todo, su sonrisa al corre hacia nosotras era grande y brillante. Cuando pasa a la muggle, corre directo a abrazarme.
-Feliz navidad, Harry-susurre en su oído antes de que el se separara para darle un abrazo a mi mamá. Mamá y yo pretendíamos ser muggles porque Harry no sabía de la magia; pues sus tutores legales, es decir los estúpidos muggles con los que vive, nos prohibieron decirle hasta que llegara su carta de Hogwarts o mi mamá tuviera su custodia, entonces le pagábamos a un chofer muggle para que ya estuviera ya esperando así parecería que llegamos en él carro y así viajaremos con Harry. Nos subimos en el elegante carro y como todavía faltaban unas horas para le almuerzo pasamos primero por un centro comercial muggle a comprarle ropa a Harry.
Pasamos hasta la tarde con Harry, ya con ropa de su talla no se veía tan pequeñito, pero seguía siendo más pequeño que otros niños de su edad. No fue hasta que cuando le di la mano a Harry tuve una visión de él en la alacena debajo de la escalera, durmiendo, siendo tirado ahí por la morsa que tiene de tío, y vi lo poco que lo alimentaban, con esa visión hacia más sentido su baja estatura y cuerpo flacucho. Mamá tuvo que controlarse para no ir a lanzarle un cruciatus a esos muggles y yo luche mucho por controlar mi magia, cuando todo empezó a temblar ligeramente por mi ira. Después de casi 5 años de estar viendo a Harry nunca había dicho las condiciones en las que sus tíos lo tienen; al llegar a dejar a Harry, mamá se aseguro de amenazar a los muggles para que le dieran un cuarto decente, lo alimentaran correctamente y no lo hicieran usar ropa del cerdo que tiene como primo, lo único que necesito mamá fue sacar su varita, apuntarla al cuello del cerdo mayor y asegurar que tenia medios vigilarlos y para hechizarlos si no cumplían. Solo espero que esto haga las cosas un poco mejor para Harry.
Al llegar a casa, Tily, mi elfina, me ayudo a arreglarme. Me puse un vestido brillante que iba de dorado a un azul oscuro, con unas zapatillas doradas. Después Tily me hizo una trenza y aplico un poco de brillo a mis labios.

Destined to Darkness II Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora