París, Francia.
París. Dulce, hermosa y maravillosa ciudad de París. Ciudad del amor para amantes y enamorados. Ciudad para aquellos aficionados de la moda, y ciudad para adorar. Todo era simplemente hermoso, su paisaje romántico y armonioso, cada mínimo detalle.
La noche terminó de caer y unos últimos aplausos se escucharon desde el escenario y luego, con cada paso, el sonido se fue alejando poco a poco.
Criss entró en su camerino y recibió felicitaciones y sonrisas de algunas personas al haber terminado su último concierto del año. Cerró la puerta detrás de la última persona en salir de su camerino y sonrió al ver a Dereck, quien la abrazó y le plantó un sonoro beso en una de sus pálidas mejillas.
Hizo un mohín y se limpió la mejilla con el dorso de su palma. Suspiró con fuerzas y se sacó las sandalias de tacón rojo de sus pies, las lanzó a un lado y después se sacó sus pendientes.
Cerró los ojos y volvió a suspirar.
-- ¿Estuve bien? – Preguntó con una pequeña sonrisa en su rostro.
Dereck vaciló un momento y Criss pensó que moriría hasta que él cambió su expresión y le sonrió.
--Como siempre, estuviste genial –se acercó hasta el minibar y tomó una botella de agua, entregándosela–. Te felicito, tu carrera está avanzando cada vez más y más.
Criss le sonrió y se dejó caer en el sofá de terciopelo rojo, bebió un trago del agua y miró a su amigo.
--Ahora me toca preguntar, ¿cómo estuve con la iluminación?
Ella exhaló todo el aire que retenía sus pulmones e hizo una mueca. Dereck frunció el ceño y esperó a que comenzara a hablar.
Dereck era el mejor amigo de Criss desde antes de que decidiera empezar su carrera como cantante. Años después, cuando firmó su primer contrato, le ofreció que trabajara con ella siendo el técnico de iluminación en sus espectáculos.
Hasta ahora, Criss había sido muy perfeccionista con cada uno de ellos y Dereck intentaba mejorar cada vez mas.
-- ¿Tan mal lo hice? – Volvió a preguntar. Ella esbozó una pequeña sonrisa burlona y negó rápidamente con la cabeza.
--Para nada. Mejoraste, aunque creo que la última canción era muy movida para estar utilizando solo luces azules y moradas. Era muy melancólico.
Él levantó las manos y bufó.
--Me rindo, eres demasiado perfeccionista, querida –ella rió y lanzó la botella de agua, ya vacía, hacia él.
--Para nada, sólo quiero que al público le agraden mis espectáculos. Además por sólo querer que cada detalle este excelente no significa que lo sea.
--Eso ser perfeccionista, mi querida Cassidy.
--Vale, tal vez lo sea... sólo un poco –Dereck arqueó una ceja–. O... mucho --rió–. Pero no puedo mentir al decir que gracias a ello he avanzado.
Él asintió dándole la razón.
--Pero sigo creyendo que necesitas mejorar un poco.
--También eres... algo controladora –ella frunció el ceño.
--Vale, señor Quejón. Yo no me quejo cuanto te vuelves sobreprotector como si fueses mi guardaespaldas.
Él rió, sacó dos boletos de avión y los movió al frente de su rostro.
-- ¿Te quedas en la bella ciudad de París con el resto del grupo o te vas devuelta a Toronto conmigo?
--Veamos... si me quedo puedo disfrutar una semana entera de vacaciones en París. O puedo regresar a casa y enfrentarme a mi padre y soportarle lo que sobra de año. Creo que tendré que pensarlo –dijo irónica.
-- ¿Aún sigue obsesionado con su campaña? – Ella abrió los ojos y asintió rápidamente.
-N-o tienes ni idea de cuánto –suspiró.
-- ¿Aún no arreglan sus problemas? -- Preguntó Dereck, sentándose a su lado.
--Para nada, la última vez que hablé con él fue... hace 5 meses –suspiró.
Recordó todo lo que le había dicho cuando a los veintidós decidió dejar por completo la visión de su padre de ser alguien importante en la política. John había armado un escándalo por el simple hecho de no poder controlar a su hija. Este le había asegurado que si se iba, no se preocupara en volver. Y eso había hecho, durante ese tiempo había estado viviendo con Dereck y tenía un trabajo temporal cantando en bares. Un tiempo después le ofrecieron un contrato y eso fue la gota que colmó el vaso en la vida de John.
La última vez que había estado en su casa fue un año y medio atrás, había salido de su casa furiosa por una discusión que había tenido con su padre. Siempre había querido arreglar y mandar en la vida de las demás personas haciendo que estas fuesen o hiciesen lo que pidiera. Criss fue la única excepción.
--Eso es mucho tiempo –dijo, sacando a Criss de sus pensamientos.
--Lo sé. En estos momentos está mucho peor con su candidatura –bufó–. Me imagino al montón de personas a las que les ha amargado su vida.
Dereck rió.
-- ¿Y tú eres una de ellas? – Rápidamente, ella asintió –. ¿Sabes lo que pienso? Estás muy estresada con esto de ganar más fama y tratar de relacionarte con John.
--No intento relacionarme con él. Nunca me trató como una hija, ¿por qué buscaría que me tratase como una a esta edad?
Él se encogió de hombros.
--Él es tu única familia, tal vez sea eso.
Ella ladeó su cabeza y dejó escapar un suspiro--. No es necesario, me acostumbré a vivir sin una. Simplemente convivir sólo con mis amigos –miró a Dereck–. Y tú obviamente eres parte de ellos –él sonrió.
--Cuando vuelvas a Toronto deberías tratar de tener una relación –le sugirió.
--No tengo tiempo para una relación amorosa –refunfuñó.
Qué testaruda, pensó Dereck.
Él dejó ver una sonrisa burlona–. No me refería a... ese tipo de relación.
Criss hizo una expresión que daba a entender que había captado el mensaje.
--Deberías tenerla. Si sigues así de estresada probablemente termines matando a alguien –el comentario logró hacer que la castaña soltara una suave risita.
--No soy capaz de matar a alguien –se defendió.
--Excepto a la secretaria de tu padre.
--Ella es otra historia –respondió, poniendo sus ojos en blanco–. Esa mujer es simplemente amargada, el ácido es dulce al frente de ella.
La risa masculina de Dereck se escuchó en toda la habitación.
--No me evadas el tema. Estábamos hablando de que necesitas un revolcón, tienes que relajarte.
Criss suspiró. Miró a su amigo.
--Dereck, me alegra que te preocupes por mí, pero te aseguro lo que menos quiero en estos momentos es tener un polvo.
Alguien tocó la puerta. Una, dos veces. Ambos giraron su cabeza hacia ella y luego de unos segundos, una mujer castaña entró en la habitación.
--Chicos, el equipo los quiere para cenar juntos.
Criss sonrió y se levantó. Dereck imita su acción, pero una vez que la castaña se aleja, la detiene.
--Eres mi amiga, me preocupa tu salud. El estrés mata, eso mató a mi padre a sus cuarenta años –hizo una mueca. Criss lo miró seria salió de la habitación.
--Eres la única persona que conozco, que me quiere obligar a tener sexo.
--El sexo es bueno. Reduce el estrés y hace a las personas satisfechas y felices. Está comprobado científicamente... y por mí –sonrió. Criss rió y negó con su cabeza.
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Un mes de placer - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]
FanfictionCréditos a quien pertenezca. ______ #1 en Geoff 13/04/20 #17 en MendesArmy 27/09/20 #110 en Cliché 08/08/19 #97 en Shawn 21/10/21 #54 en Mendes 3/11/22 #40 en SM 08/08/19