Un mes de placer - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]

XXIV

ÚLTIMO CAPÍTULO

Shawn tragó saliva y su cuerpo se puso rígido al escuchar su dulce voz. Desearía poder correr y estrecharla contra sus brazos, sentir sus suaves labios sobre los suyos, embriagarse de su aroma y hacerle el amor una y otra vez hasta que ambos estuvieran cansados. Sí. Debía estar feliz, debería, tan sólo si no estuviera siendo apuntado con una pistola.

La castaña caminó por el vestíbulo para localizar a Shawn. Él no habría dejado la puerta principal abierta. Nunca. Caminó hasta encontrarse con su mirada avellana. Criss se paró en seco cuando vio la cara pálida y asustada de Shawn. Algo le decía que debía salir de ahí, correr y volver a casa, pero algo más le decía que no debía moverse, que eso sería aún más peligroso. 

Lo vio tragar saliva constantemente y no se había dado cuenta del otro hombre en la sala hasta que este dio media vuelta y le sonrió.

--Cariño, tú no eras parte de la fiesta, pero siempre puede haber un invitado más.

El tono de voz del desconocido la asustaba por completo, este estiró su gran brazo hacia ella y la sujetó cerca a su cuerpo. El corazón de Criss había comenzado a latir rápidamente y la sangre empezó a bombear por todo su cuerpo con rapidez, aumentando su miedo. La cara de Shawn seguía del mismo pálido. Criss jadeó y respiró entrecortadamente cuando algo frío y metálico tocó su cintura, bajó su mirada cuidadosamente y pudo ver una pistola, levantó el rostro y se encontró con Shawn, quien reflejaba temor en sus ojos.

--Jack...

--Nikola –gruñó el hombre.

--Nikola, no es necesario que la metas a ella en esto.

-- ¿Acaso eso interesa?
Shawn se relamió los labios.

--Es muy preciosa –dijo Nikola acariciando el brazo de Criss suavemente. Ella hizo una mueca de asco e intentó alejarse. –Sería una pena matarla.

Matarla. La castaña hizo un ruido agudo.

-- ¿Me darás el proyecto? –volvió a pedir.

-- ¡He dicho que no! –espetó Shawn.

-- ¿Ni siquiera por ella?

Shawn miró a Criss, la cual estaba al borde de las lágrimas. Su corazón dio un vuelco y suspiró.

--Por ella lo haría todo, pero no puedo darte el proyecto... ni por mi vida te lo daría.
Nikola endureció su mandíbula y resopló.

--Entonces eso es todo, dile adiós a tu zorra.

--Mierda, ¡no! –Shawn gritó.

Nikola empujó a Criss hacia un costado y en menos de un segundo ya había cargado el arma y apuntado directamente a su pecho. La castaña dejó escapar un grito agudo seguido por lágrimas. Cuando Nikola estaba a punto de apretar el gatillo, un chillido resonó en el lugar seguido por un grito masculino. Zafiro se había aferrado del brazo del hombre haciéndole soltar su arma, este se zafó rápidamente de la gata intentando llegar a ella.

Shawn corrió rápidamente hasta la pistola y la sostuvo con sus manos temblorosas apuntándole a Nikola.

Una, dos, tres balas. Nikola cayó al suelo dejando un rastro de sangre, su pecho subía y bajaba irregularmente intentando respirar, miró el techo y sus ojos se desorbitaron viendo todo borroso. Nikola levantó su cabeza con suavidad y miró a Shawn, quien le dedicaba una sonrisa.

--Si yo muero, la mujer también lo hace –metió la mano en su chaqueta sacando una segunda arma y disparó. Una, dos veces.

Criss se tambaleó y puso su mano en el pecho después de jadear fuertemente, Nikola soltó un último aliento antes de morir. Shawn gritó y corrió hasta la castaña que caía al suelo, sangrando. Sostuvo su cabeza y se sentó a su lado sosteniendo sus suaves y pequeñas manos.

--Criss, lo siento demasiado –los ojos de él comenzaron a arder por las lágrimas. La castaña lo miró y sonrió.

--Eres un idiota por haber dejado esa nota –dijo con voz rasposa. –Pero te sigo amando.

--Lo siento, sólo te quería a mi lado, yo... yo también te amo –una lágrima cayó por su mejilla, ella sonrió. –Lo siento tanto, por lastimarte, lo siento por todo. Llamaré a emergencias.

Intentó moverse pero ella no se lo permitió, sostuvo aún más fuerte su mano.

--No me dejes.

--No lo haré –susurró. –Tengo que llamar emergencias.

--Ya no me duele tanto –respiró irregularmente. –En realidad casi no siento nada.

--Tengo que llamar a emergencias.
Cogió su móvil y marcó el número de emergencias para luego poner el teléfono en su oído.

--Sabes... de repente tengo sueño –dijo ella suspirando y puso una mano en la mandíbula de Shawn. –Te extrañé.

Shawn habló con la operadora y un gran alivio recorrió por su cuerpo al saber que todo estaría bien en unos minutos.

--Tienes que aguantar, se fuerte, chère.

--No puedo, casi no siento mi cuerpo.
Ella cerró los ojos poco a poco.

-- ¡Criss, no cierres los ojos! Maldición, no te vayas a morir, no en mis brazos –rogó con su voz temblorosa por las lágrimas.

--Shawn, te amo...