VII

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Imbécil. Eres una imbécil, Criss. Se dijo a sí misma y miró la hora en su móvil. Seis y diez.

Suspiró y guardó el pequeño aparato. No podía creer que en verdad hiciera esto. Pasar un mes en la cama de... ¿un extraño? No. Extraño, no. De un conocido -y también un viejo amor- que no había visto en diez años. Bufó con tan solo pensarlo. No podía tener una simple razón por la cual hiciera esto.
Oh, claro por supuesto. Aquella mirada triste y desesperada de su padre le había roto el corazón.  No podía dejar que ese hombre le arruinara la vida a su padre o la suya.

Durante toda su adolescencia había querido obtener la más mínima atención de Shawn, y luego de diez años, él le ofrecía acostarse por un mes entero. Su adolescente interior debía estar feliz por el simple hecho que al fin la encontrara deseable. Pero en cambio, ella estaba chispeante de rabia.
Se rió para sus adentros recordando todo lo que había intentado en aquellos años. Había probado de todo para llamar su atención, desde insinuarse con la ropa de su madre, hasta andar por su casa en un pequeño bikini.

Sacudió su cabeza y se burló de sí misma. Era la típica adolescente enamorada.

Dejó su mirada fija en la ventana y observó cómo avanzaba por el camino. Nueva Orleans era pintoresco y alegre. Criss la había visitado en varias oportunidades y conocía gran parte de aquel lugar, pero mientras avanzaba cada vez más y más en aquella carretera vieja, dudaba de conocerla por completo.

-- ¿Usted será la nueva asistente del Señor Mendes? – Aquella voz serena la sacó de sus pensamientos.

Levantó la mirada y observó al hombre canoso conduciendo. ¿Asistente? Pero claro, él no podía estar diciéndole a sus empleados que pasaría un mes acostándose con una mujer para chantajear a su padre. Se aclaró la garganta y lo miró por el retrovisor.

--Sí, pero solo estaré por un tiempo –contestó suavemente. El hombre asintió y siguió conduciendo con su mirada fija en el camino. La miró por el retrovisor y achicó sus ojos.

--Me parece conocida. ¿La he visto en alguna parte?

Lo que faltaba, que terminara reconociéndola y llamara algunos medios de comunicación para decirles que ella se encontraba en Nueva Orleans. Como si no fuera poco aguantar todos aquellos flashes en sus conciertos.

--No creo –sonrió y volvió a clavar su mirada en el camino.

Los minutos siguieron transcurriendo y ella observaba cómo pasaban los árboles y letreros a medida que avanzaban. Agrandó sus ojos al ver una inmensa casa blanca al final del camino.

Aquella casa era dos veces más grande que la suya y era absolutamente hermosa. Tenía el diseño de una mansión francesa y estaba extrañamente alejada de todo. De lejos se podía observar cómo le rodeaban muchos árboles como una especie de cerca.     

Su corazón se aceleró al ver que el hombre canoso cruzaba hacia la izquierda y se acercaba a aquella casa.

Cuando el coche se detuvo frente a la casa, Criss casi creyó morir. Era enorme, casi se sentía intimidada por su tamaño. Vio cómo el hombre rodeaba el coche y abría su puerta para que saliera. Le ofreció su mano y con una cálida sonrisa la aceptó.

--Señorita Cassidy, ¿no? – La miró esperando a que le corrigiera. Ella asintió–. Bienvenida a la mansión Mendes –le sonrió.

Su mirada paseó por los cuidadísimos jardines de aquella casa. Si es así como se le podía llamar por su increíble tamaño. Apostaba a que todo el terreno costaba unos varios millones de dólares, seguro más de lo que podía ganar ella haciendo una gira. Observó la cantidad de árboles y arbustos que rodeaban aquella gran "casa" haciendo como una barrera.

Un mes de placer - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora