Capítulo 1.

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Esta historia participó en el concurso "La cueva de los sueños: fantasías escritas" de CaveCrew.

Hoseok

Siempre he creído en criaturas míticas, seres de otros mundos y quizás de otros planetas, personajes mágicos y demás pero jamás pensé que estuvieran tan cerca de nosotros, los simples humanos.

Esos seres pueden estar tanto entre nosotros como en su propio mundo. Una vez leí que desde el mundo de los humanos puedes llegar a aquel mundo diferente a éste, pero nunca supe cómo se puede hacer aquello.

—Hoseok, ¿hasta cuándo seguirás leyendo esas cosas ficticias? ¿No es mejor leer un libro que te llene la cabeza de cosas reales?—Me encontraba desayunando en la mesa con mi mamá, era lo último que hacía antes de ir al instituto.

—Mamá, leo estas cosas ficticias como tú le llamas, porque me gustan, solo eso—a mis dieciocho años mi madre sigue criticando mis gustos, creo que aún no lo supera.

—¿Piensas aún ser un escritor de fantasía? —preguntó, cuando tenía ocho años le dije que quería ser un novelista del género fantástico, en aquel momento no le agradó mucho la idea y por lo visto aún no le gusta.

—Pienso dejarlo como un pasatiempo, pero no descarto la idea.

—Está bien hijo, de todas formas te apoyaré si es lo que en serio quieres hacer—me dedicó una dulce sonrisa y entendí que aunque no le agrade la idea, igual estará allí para mí.

Mi padre nos abandonó cuando apenas tenía unos cuatro años de edad. Salió una noche sin que mamá lo supiera, yo salí de mi habitación por una pesadilla e iba a la de mis padres pero lo único que encontré fue a mi padre dejando un pedazo de papel encima de la almohada en la que dormía, me vio parado en la puerta, se acercó y me dijo:

—Te amo, hijo, hago esto por ti.

Con lágrimas en los ojos él me dijo que iba a volver pronto, pero nunca supimos que le paso o por lo menos yo no lo sé, mamá nunca me dijo que estaba escrito en ese pequeño trozo de papel.

—La fantasía es un género realmente bueno, mamá. Es algo diferente, alejado a lo que podría llegar a pasar y quizás por eso me gusta—dije encogiendo los hombros para restarle importancia al tema.

Luego de esa pequeña conversación me levanté de la mesa tomando mis cosas para despedirme de mi mamá e ir al instituto.

Esta vez decidí ir por mí mismo, ya me encontraría a Yoongi en el camino. Yoongi es mi mejor amigo desde que tengo cuatro años, justo después de que mi padre se fuera, ese día estuve en el jardín del conjunto de departamentos llorando a más no poder, no quería preocupar a mamá. Un niño muy pálido y un poco más bajo que yo, se acercó al escucharme sollozar detrás de un árbol, escuchó mi dolor y sólo me dijo "Tranquilo, si dijo que volvería no tienes de que preocuparte" y se quedó conmigo hasta ahora.

— ¡Yoongi!—ya estaba en la puerta del instituto, ¿tanto me adentré en mis pensamientos? El mayor volteó y me miró, esperó que llegara a su lado y caminamos juntos al aula de clases.

La clase de matemáticas estaba siendo muy aburrida, miré el puesto en donde se encontraba mi mejor amigo y lo vi dormitar así que me acerque un poco a él y le llamé.

—Oye, Yoongi.

—Dime.

—¿Estás aburrido?

—No, solo me gusta dormir.

—Pero estamos en clases.

—¿Qué quieres Hoseok?

—Yo si estoy aburrido, ¿quieres salir y dejar esta tediosa clase? Solo falta ésta para el almuerzo.

Entre ambos mundos. {VHope}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora