11: Guardaespaldas.

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Dedicado a esta dulce personita. Sabes que te agradezco por la colaboración que haces conmigo. Este capítulo va dedicado a ti:

ayelen-rock
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- Sí tiene sueño, debería de dormir un poco señor. -

Me asuste cuando aquel silencioso guardaespaldas me habló por atrás.

Me pare enseguida, me sacudí mi ropa y lo voltee a ver.

- Es que yo... Yo limpiaba un poco
-Tartamudee de los nervios, aquel hombre desprendía un aura misteriosa y dominante. Me causaba nervios el solo hecho de pensar que ese hombre se quedaría conmigo y con el niño.

Bueno al menos puedo decir que no estaré tan solo en este departamento.

- Hay personal para eso, no necesita hacerlo usted. - Se que debía de sentirme alagado porqué me hablaba de "usted", pero esto era muy nuevo para mi y me hacía sentir realmente incómodo.

- Preferí hacerlo yo, no hay problema con eso. - Dije. Luego me quedé en silencio por algunos minutos pensando en cómo escapar de ahí.

Sin embargo, aquel sujeto sólo dio un paso al frente, puso su mano en su pecho y me sonrió.

- Mi nombre es Haku y estoy a sus órdenes, mi señor. - Se inclino un poco a forma de saludo. Yo solo sentía la incomodidad crecer.

- Mi nombre es... -

-Yugi Halckti Mutó, es el nuevo esposo de mi jefe. -

No pude evitar sonrojarme ante lo dicho. Había olvidado por completo aquel detalle importante, ahora no me llamaría Yugi Mutó, ahora soy Yugi Halckti Mutó, esposo de Atem Halckti, un prometodor y futuro e innovador empresario de empresas Halckti.

Dios, de solo decirlo en mi propia mente me he estresado y me he alterado.

Mi vida cambió por completo en cuanto firme esos papeles de matrimonio, no, cambio cuándo propuse la idea de casarnos...

¿Por qué me pasa esto?, ¡yo no soy así!, pero bueno. Lo hecho esta hecho.

Debo de olvidarme de la idea de  que ahora no soy un chico cualquiera, soy padre (madre) y debo de comportarme cómo tal, aún que me llevará tiempo acostumbrarme a esto, lo haré. Lo intentaré, yo puedo.

Yo podré con esto.

Me autoconvenci, pero no funcionaba, ¿a quien quería engañar? la situación en la que estaba era enorme, ¡gigantesca!, me daban ganas de hasta correr, gritar y llorar por la enorme torpeza que he cometido.

- Señor. - La voz de Haku tomó mi hombro, esto hizo que me sacara de mi tormento. - No está solo. No se preocupe, todo estará bien, ya verá. Por favor resista, la ayuda ya viene en camino. Pero mientras tanto, descansé, ya ha hecho mucho este día. -

Tiene razón. Si sigo dándole vueltas al asunto voy a enloquecer.

Dormiré un poco, pero antes de eso. Debía de alimentar a Yami o en la noche despertaría con hambre.

Al cabo de unos treinta minutos, termine por alimentar a Yami, lo dormí y lo acosté en su cuna, recogí las cosas que había utilizado para limpiar, justo cuando me iba a dormir en el sofá, aquel guardia me indicó que debía de dormir en mi habitación asignada, no en la sala, pues podía pescar un resfriado y eso sería un problema.

El guardia me llevó hacia una habitación que no estaba muy lejos de la de Yami, se podría decir que estaba enfrente de la habitación del niño.

- Es esta. - Me dijo.

Pasé hacia la habitación y note que era enorme, había una gran cama matrimonial, muebles grandes y lujosos, el piso estaba alfombrado, poseía un gran ventanal que me dejaba ver la vista de la ciudad, tenía un baño propio y una pantalla de plasma colgada en la pared.

- En los muebles hay ropa nueva para usted, puede ducharse y después descansar, lo veré mañana a primera hora. Buenas noches. -

Tan rápido cómo dijo aquellas palabras cerró la puerta dejándome por completo solo.

Comencé a explorar el cuarto, no se si era yo pero sentía cómo la habitación era rodeada por un aura triste y oscura y en ese sentido no me gustaba para nada estar aquí, aún qué, antes de salir de la habitación me atrajo algo que llamó mi atención.

- Sí este lugar ya de por sí es triste, ahora es deprimente. - Dije al leventar el pequeño cuadro que estaba posado encima del pequeño mueble de noche. Me mostraba una fotografía enmarcada donde se mostraba a él y a Amelia mientras sonreían juntos, o solo era Atem quién sonreía sinceramente, porqué la sonrisa que mostraba Amelia era falsa.

- Lo siento, pero ahora está es mi habitación y a ti no te quiero ver. - Deje el pequeño cuadro dentro del cajón del mueble, encendí la luz, busque ropa y me metí a la ducha para luego dormir.

Mañana seguramente me esperaba un día duro.

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A la mañana siguiente me desperté por la incomodidad en mi cama, algo no me deja estirar mis piernas y por aquella molestia, me desperté, me reincorpore en la cama, abrí mis ojos y grite al ver a Haku sentado a mis pies con Yami en sus brazos cargandolo. Ambos estaban viéndome.

-! Por dios que susto¡, ¿qué están haciendo ustedes dos aquí?. - Reclame.

- Le estábamos esperando para irnos. - Me respondió Haku con calma.

- ¿Irnos?, ¿A donde?. - Pregunte extrañado, mientras me levantaba.

- A su teléfono se le envíaron las cosas que hará hoy, de ahora en adelante tendrá una apretada agenda qué... -

- No me llego nada. Porqué no tengo teléfono. - Le interrumpí misentras sacaba ropa cómoda para este día, cuando saque un pantalón de mezclilla y una camisa de cuatros rojos, el me jalo hacia un enorme closet. - ¡Oye!. -

- Lo siento, pero al lugar que debe de asistir es elegante y debe de ir con un buen traje para impresionar. -

Frunci mi ceño.

- Con que eres de esas personas. - Solté siendo seco, me voltee a verlo para enfrentarlo, ¡y oh sorpresa!, el estaba tan cerca de mi que tuve que hecharme para atrás hasta que mi espalda choco contra la puerta del closet.

¡Casi lo beso por accidente!.

- Espacio personal. - Dije, pero el en vez de alejarse de mi se acercó a tal punto de que me dio a Yami para cargarlo, me hizo a un lado, abrió el closet y sacó un par de trajes que los puso en frente de mi.

- El azul marino te quedará bien.- -

Guardo el otro el otro traje, me quito a Yami de nuevo y me dirijio hacia al baño.

- Duchate, cámbiate y te esperamos en la sala. Le daré de comer al amo Yami. -

Ni siquiera me dejó articular una palabra, ¡ni una!. Cuándo él se marchó de inmediato.

¡Se supone que yo debía de hacer ese trabajo!, ¡de cuidar de Yami!.

Al poco rato me duche, me cambié, salí hacia la sala encontrándome con Haku y a Yami que ya me esperaban.

- Se ve bien, señor, pero la corbata está mal hecha y acomodé bien el saco. -

- ¿Qué?. - Mire hacia la ropa, Haku de inmediato se dirijio a mi, dejando a Yami en aquella silla para seguridad de bebés para autos. Me quito la corbata y me la acomodo como el saco.

- Bien hora de irnos. - Me dijo, aseguró la silla de Yami, tomó mi mano y nos fuimos.

×Continuará....

Datos a seguir.

Aún que no lo crean, Haku tiene un papel importante en la historia de Atem, Yugi y Yami.

Soltero y con un bebé. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora