17:Cena Familiar.

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Después de haber declarado mi posición en la familia de Atem, habíamos llegado, hasta ahora a la cena familiar, el lugar se mantenía en silencio todo el tiempo, nadie decía nada y eso me incomodaba demasiado, aún que admito que empate es culpa mía por mantener así el ambiente, pues después de que me enfrente a Timaeus los familiares de mi "querido" esposo no querían hablarme, ni siquiera Haku.

Lo único que tenía para reconfortarme era tener a Yami cerca de mi.

— Y entonces. — Habló por fin Sekemeth atrayendo la atención de todos mientras sonreía hacia mí dirección, sus ojos profundos y rojos sólo se fijaron en mi, podía notar que me veía como si fuera una adquisición de mucho dinero. — ¿Cómo está Atem?, ¿mi hijo está siendo bueno contigo?, odiaría saber que uno de mis hijos este despreciando tan bello y encantador joven. — Me dijo.

— Pues el esta bien. — Respondí mientras miraba mi plato, estaba medio vacío debido a los alimentos que había ingerido.

— ¿Sólo eso?, ¿no, nos vas a contar detalles de la boda?, supe que se casaron. — Prosiguió y en ese momento el par de ojos de cada integran se incrustar in en mi, sobre todo uno de color esmeralda.

— ¿La boda?. — Pregunté en un susurro un poco indeciso, no sabía si soltar todo lo que me había pasado con él o mentirles y hacerles creer que yo era muy feliz con él.

—Así es, la boda. — Puntualizó Sekemeth, está vez colocó su barbilla en sus manos.

— Yo... No sabía que te habías casado, Yugi. — Isis me ve interrogante y sorprendida. — Y no sabía que había sido con Atem. Creí que que tu y él... —

—Hemos resultó algunos incombenientes. — La interrumpí.

—¿Incombenientes?.— Por fin el chico de ojos esmeraldas habló. Su semblante se volvió a endurecer y yo me volví a poner a la defensiva. —¿Qué incombenientes?. —

— Antes de que yo me casara con él, tuvimos un “reconcilio”. — Eso se podría interpretar mal, pero ya había hablado y no diría de más.

Haku sólo comenzó a toser por mis palabras, luego soltó un pequeña y ligera risa mientras yo me sonrojada, él sabía que esa interpretación se podía tomar de dos maneras.

— Oh, vaya... — Dijo Timaeus desviando su mirada y con sus mejillas un tanto sonrojadas como el resto.

Dios mío, ahora creen que me acosté con Atem, cuando no era así, aún qué... Para mí era mejor que creyeran eso, así me quitaría de encima por un momento el tema de Atem.

— ¿Y eres feliz con Atem?. — Pregunto la rubia.

Fue muy pronto para decir que el tema de Atem quedaría atrás. La rubia parecía estar entusiasta por saber mi vida matrimonial con Atem, ¿qué puedo decirle?.

— Pues, hasta ahora lo único que nos interesa a ambos es cuidar de Yami. —Respondí con una sonrisa para ella, que la hizo sonrojar.

— ¿Y?. — Prosiguió el de chico de ojos verdes.

—¿Y?. — Pregunté de vuelta confundido. Timaeus bebió un poco de vino de su copa y luego redirigio su mirada a mi. Pará evitar su intensa mirada tome mi copa para beber un poco de vino.

Soltero y con un bebé. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora