Soltero y con un bebé. [Editando]

39: Estoy A Tu Lado.

Por la tarde me dispuse a preparar todo para esta noche, aun que un poco preocupado, ya que, desde que llegamos a casa, Atem solo se limitó a encerrarse en su habitación.

Obviamente, no quería dejarlo solo, cuándo fuí detrás de él para poder hablar, él solo me dijo que necesitaba tiempo para asimilar lo que acababa de presenciar.

—“Necesito tiempo, Yugi.” — Me dijo y luego cerro la puerta.

Deje de cortar la verdura. Mire por octava vez la puerta de Atem, aún no salía y creo que no saldría por el resto de la noche.

Suspiré frustrado, ¿qué podría hacer para poder sacar a ese oso dentro de cueva?, vamos Yugi piensa, se supone que lo conoces más que nadie, veamos... ¿Qué?, ¿qué?, ¿Qué...?

— ¡WUUUAAA!. —

¡Oh, Yami!.

Sin dudarlo fuí corriendo hacia la habitación de mi bebé, pero cuando entre, me sorprendió mucho al ver a Atem en ella, cargando a Yami y tratando de calmarlo.

— Ya, ya, tranquilo, papá está aquí. —Decía con voz suave mientras mecia de un lado a otro a Yami en sus brazos, mientras este, poco a poco se calmaba.  —¿Sabes una cosa hijo?, hace tiempo que no siento esta sensación de acompañamiento, incluso en el pasado, cuando tu padre  tenía a tu madre a mi lado, yo me sentía vacío, hueco; no podía sentirme vivo, ¿Sabes cómo es que se siente estar realmente vivo, pequeño?. —

Atem miro con cariño a Yami y este le miraba lleno de curiosidad. La imagen me pareció algo tierna, misteriosa, graciosa y muy, muy linda.

Un padre hablándole a su bebé del mundo y de todo lo que sentirá en un futuro, los problemas que lo rodearan y las soluciones que podría implentar en dada situación.

Qué curioso.

Atem jamás tuvo este tipo de conexión con su padre, siempre estuvieron distantes el uno del otro desde que el era niño, hasta ahora.

Pero al verlo así, me hace suponer que él no querrá cometer el error de su padre.

¿y quien querría cometer los mismo errores que sus padres?

— Toda la tarde podría contarte algunas experiencias extremas que me hicieron sentir vivo, que me hizo sentir el chico más feliz del mundo. —Decía con un tono alegre y una sonrisa, sus ojos de iluminaron cuál estrellas en el anocher.  — Pero la que deseo contarte fue la experiencia de cuando conocí al amor de mi vida. —

Suspiro Atem, pude notar como sus mejillas se pigmentada de ese tono rosado.

— Nunca en mi corta vida me había sentido tan atraído por alguien como él, Yami. Te juro por Dios, que cuando lo mire por primera vez, sentí "mariposas" en el estomago, un calor en el corazón y un sentimiento de bienestar. — Volvió a suspirar. — ¿Sabes?, él me hizo sentir muchas cosas en solo minutos, luego, cuando nos volvimos amigos y pude conocerlo profundamente, hicimos, alguna especie de conexión, desarrollamos una confianza que hacía ni siquiera nosotros comprendíamos, solo nos dejábamos llevar. —

Creo saber a lo que se refiere.

Sonreí.

— Siempre nos dejábamos llevar el uno por el otro; si uno de los dos quería hacer una locura o una travesura, el otro solo le advertía de las consecuencias que habría, sin embargo, siempre se hacía y se cometía la estupidez de nuestras vidas. — Se ríe un poco y Yami también, al igual que yo, solo que un poco más bajo, para que no se percatará de mi presencia que hasta ahora, no había notado.