Soltero y con un bebé. [Editando]

19: Una Mirada Al Pasado.

Luego de haber llegado en carreta por el sendero del lago que conducía de la mansión de mis padres hasta el lugar lleno de agua, tomamos una lancha para llegar al otro lado, cuando lo hicimos aún no pronunciabamos palabra alguna, cada quien estaba metido en sus propios asuntos hasta que llegábamos hacia una camioneta negra que pertenecía a mi departamento .

— Yo conduzco. — Dijo rápidamente el oji-amatista. No conteste sólo me subí del lado del copiloto, me abroche el cinturón de seguridad y pude ver por los espejos laterales y el retrovisor como Yugi se movía sutilmente y como llevaba a Yami hacia la pequeña silla para auto, lo recostó ahí y le colocó el cinturón de seguridad, después de asegurarse que todo estuviera bien, él se subió del lado del piloto, encendio la camioneta y arrancó  la camioneta para luego seguir la única ruta que había en medio de los árboles.

Y mientras Yugi conducía y yo solo recargan a mi cabeza contra la ventana en un silencio abismal, mi mente me comenzó a llevar por algunos recuerdos que creí haber borrado en el pasado.

“““YUGI Y ATEM, TIEMPO ATRÁS”””

Recuerdo que era un día cómo cualquier otro, el sol estaba soleado, el cielo despejado y parecía ser que iba ser un buen día para hacer una pequeña broma hacia la persona más seria,callado, reservado y frío de mi pequeño grupo de amigos.

— No creo que esto esté bien, Atem. —

Me decía Yugi con una mirada entre la vergüenza y la suplica de no poder hacer algo tan penoso como lo era el vestirse de mujer solo para hacerle una broma a Seto.

— Te ves bien. — [ Y muy lindo] pensé, Yugi estaba vestido con el uniforme de una de las porristas quien amablemente aceptó prestarnoslos, sus labios poseían un poco de brillo color rojo, sus párpados estaban pintados sutilmente, y para ocultar su cabellera usamos una peluca con cabellos ondulados y peinado con media coleta en forma de moño.

Lo he de admitir no se veía nada mal, parecía ser un ángel caído del cielo.

El color de su piel sólo resaltaba más el hecho de que hermoso y perfecto.

Inevitablemente mordí mis labios, con mi mirada exploraba su cuerpo y podía notar que tenía buenas curvas a pesar de ser un chico, seguí mi recorrido y me fije en esas largas y esbeltas piernas que poseía; su conflexion era igual a una chica bella.

— Wuo, Yugi, si fueras mujer no dudaría en pedirte que te casaras conmigo. — Comento Joey en un tono cantaron y burlón.

Ese comentario, aún que era en broma, me hizo soltar un gruñido lleno de molestia, pues aún que originalmente Yugi era hombre y era bonito, el hecho de pensar que Yugi originalmente fuera mujer y recibiera ese tipo de comentarios, tanto alagadores como piropos pasados de la línea, me molestaría, ya que se dirigirán a mi amiga, mi confidente, mi chica...

— ¡No jueguen así conmigo!, ¡es molesto que me digan eso!. — Yugi estaba hechando una rabieta mientras se encogia de hombros. — ¡Soy un chico!. —

Pero era mi chico.

Pase de largo el comentario de Joey y para seguirle el juego solo me acerque a Yugi y le levante la falda por detrás haciendo notar el trasero bien formado de Yugi.

—¡Quita tus manos de ahí!. —Me grito seguido de taparse su retaguardia con sus manos y  la falda mientras las mejillas se le sonrojaban fuertemente. —¡Pervertido!. —

—Pervertido, pero bien servido. — Le dije en un tono de broma, Yugi me agarro del cuello de mi camisa.

—¡Te mataré!. —Me amenazó.