16: Soy La "Esposa".

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Una vez mi abuelo me dijo:

“Mantén cerca a tus enemigos. Tan cerca, qué algunas veces, puedas volverlos aliados tuyos. No digo que te vuelvas su amigo; eso sería imposible... Pero si sientes que el pueda ayudarte en algo. No lo dudes y proponenle un trato que solo los dos, puedan cumplir al pie de la letra.”


Ya veo por donde iba...

Querría que yo tuviera un plan B si por algo no funcionaba el plan A.

Bien, aplicaré esa enseñanza en esta visita familiar, pues la mayoría de la familia de Atem no me conoce, para ellos, yo soy el enemigo y para otros soy un amigo.

Pero en estas circunstancias, ellos para mi, no sabía lo que eran...

Pues uno de ellos quería quitarme a Yami.

Él es un enemigo.

Haku por otra parte, estaba de mi lado.

Él cómo dijo anteriormente, es mi aliado y estará ahí para protegerme.

Atem...

Por ahora era mi enemigo también, pero también una víctima.

La madre de Atem, Isis, antes era mi amiga, no se la verdad si aun lo siga siendo.

El padre de los tres hermanos, no sabía lo que era para mí...

Y él resto de la familia era desconocido.

Mire a un lado mío, Yami esta recostado en un sillita mientras tiene su chupete en su pequeña boca, mira hacia afuera. Por otro lado está Haku conduciendo directo a la residencia de su familia, un par de veces me ha visto por el retrovisor, me ha preguntado miles de veces si estoy y le he contestado que lo estoy y que estoy preparado para ver a su familia.

El viaje ha durado cerca de una hora, la camioneta entra hacia una zona donde ya se pueden ver un vecindario de alta clase.

Suspiro pesadamente.

—Ya casi llegamos. — Me avisa Haku cuando salimos de la zona para ricachones y ahora hay solo un camino en vuelto en hojas de otoño y rodeado por pinos.

Me levanto un poco de mi asiento y me acerco a Haku.

— Creí que vivían en una zona de alta clase. — Me atreví a decir.

—Ellos son un poco más reservados en ese aspecto. Ellos están más conectados con  la madre naturaleza. —Me explica, luego la camioneta aparca en lo que parecía ser un puerto de barcas y pequeños botes y lanchas. Haku se baja, va hacia mi puerra y me la abre, entiendo el mensaje y me bajo junto con Yami.

—No lo entiendo. ¿Qué estamos haciendo frente al gran lago de Domino?. —

Haku pronto me señala hacia el puerto hay una lancha que nos espera y que esta preparada para recibirnos.

—¿Sabes nadar?. — Me pregunta el pelí-negro.

—No... ¿Por qué?. —

10 minutos después.

—¡Creí que tu familia vivía en la ciudad, no atravesando el lago!. — Grite mientras íbamos en la lancha conducida por quien parecía ser el empleado de la familia, Haku venía cargando a Yami y yo venía aferrado a el, no quería caerme, no se nadar. Pero el seguramente sí, pues cada vez que la lancha aceleraba yo soltaba un pequeño grito de la impresión, Haku solo se reía de mi al igual que Yami.

Pará cuando llegamos a tierra firme, me baje con las piernas temblando.

Jamás había viajado así.

Soltero y con un bebé. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora