Capítulo 8

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MILÉSIMA PRIMERA CITA

Sentía las miradas de todos en su pequeño y rubio ser. Podría estar paranoico e imaginarse que todos los murmullos que resonaban en los pasillos del colegio eran acerca de su muy reciente sesión de besos con SeHun.

Pero eso era imposible.

Caminaban juntos tomados de la mano. Se dirigían al salón de LuHan porque las clases estaban a punto de comenzar cuando un ¡hey! a los lejos y el repiqueteo de unos tacones acercándose, los detuvo ya muy cerca de su destino.

—¡SeHunnie! ¡Que bien que te encontré! — la chica exclamó agitada.

Cómo se atrevía esa mugrosa a decirle SeHunnie a su SeHunnie. ¡Solo él le podía decirle así!

Por eso expresó su enojo dirigiéndole una mirada ceñuda y labios fruncidos que daba por hecha la chica ignoro totalmente.

—¿Qué es lo que quieres Sowon? — preguntó SeHun con un toque de exasperación en su voz y apretando el agarre de su mano con el ciervito gruñón para darle algo de tranquilidad, que al parecer estaba perdiendo.

— Hoy en la noche habrá una fiesta en mi casa. Te espero. — dijo entregándole una invitación con coquetería mal disimulada y de mal gusto según el rubio ignorado.

— Te agradezco la invitación. Pero LuHan y... —

— ¡Ah, espera! Yo no estoy invitando a LuHan, Cariño. Es exclusiva para ti. — interrumpió de la nada y tratando de acercarse más al pelinegro, cosa que se vio negada por el mismo.

— Lo siento, Sowon, pero mi novio es mucho más importante que una fiesta. A sí que toma, no lo voy a necesitar. — dijo mientras extendía la invitación.

— Vamos SeHunnie; ¿Cuánto tiempo vas a seguir con este juego? — Sowon habló con un tono tan meloso y chillón que LuHan necesito de todo su autocontrol para no gritarle o algo mucho peor. — Todos pueden comprar esta farsa, pero yo no soy estúpida. Te vas a aburrir de ayudar a esta cosa. — Pronunció mientras miraba a LuHan como su fuera de tres centímetros de altura. Se supone que ya no debería de dañarlo nada de lo que ella dijera, pero ¿A todos les dolería ser llamado cosa con ese tono tan despectivo y humillante, no es así? Como si no valieras nada.

A LuHan si le dolió.

Pero en algo tenía razón, SeHunnie se cansaría de ayudarlo en este juego tonto. Lo estaba prácticamente obligando a algo que el pelinegro se negó desde un comienzo. ¡Por todos los cielos, ayer literalmente se le tiró encima para que lo besara! ¡Era un horrible amigo manipulador!

Tan perdido estaba en sus desordenados pensamientos que en cuando menos lo espero, los dedos de SeHun se enredaron entre las hebras rubias de su nuca, obligándolo a subir su cabeza. De pronto, unos labios tibios y dulces se estamparon contra los suyos ¿Qué era lo que estaba pensando antes?

Ni idea.

En lo único que podía pensar en esos momentos era en las intensas emociones que atravesaban todo su sistema como un rayo electrizante. El cosquilleo en el estómago y lo caliente de su rostro. Solo podía sentir las manos de SeHun que descendieron agarrando fuertemente su cintura y los sedosos cabellos oscuros del alto entre sus dedos.

Se supone estaban en la escuela. Se supone no deberían estarse besando en medio de un pasillo lleno de estudiantes mirones, ¡pero al diablo! A LuHan no le importaba eso en lo más mínimo. Él solo quería perderse en las sensaciones que le provocaba aquel beso.

Sus oídos apenas fueron conscientes del sonido del timbre, del berrinche molesto que soltó Sowon y el sonar de fuertes pisadas alejándose del lugar.

Ninguno sabe cuánto tiempo duro su beso y a ninguno le importaba tampoco. Cuando sus labios se separaron; hinchados y húmedos, con las respiraciones agitadas y el corazón latiendo tan rápido como una auto de carreras, se vieron a los ojos un momento y SeHun cayó en cuenta que cuando el rubio diera por terminado todo esto, le dolería y no estaba seguro de cómo saldría de esto.

Novio virgen [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora