Especial 2

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CHANBAEK: HASTA QUE NUESTRO TIEMPO ESTÉ DESTINADO

— Entonces ¿Te encuentras bien? ¿No quieres que vayamos a verte? — la voz angustiada, que sonaba desde el otro lado de la línea volvió a preguntar por quinta vez.

— Tranquilo, pequeño Lu... quiero pensar y estar solo por hoy. Mañana me contarás cómo te fue con SeHun en su cita de ayer. Además, estoy seguro de que Tae vendrá a llenarme de comida y dramas para ayudar. No te preocupes más, por favor. — comentó con tranquilidad, pero el bufido fastidiado del otro lado le indicó que LuHan no se quedaría tranquilo, así como el resto de sus amigos.

Los mensajes de KyungSoo ofreciéndole quemar el departamento de ChanYeol, las constantes llamadas de SeHun y Kai para intentar hacerlo reír le demostraba lo afortunado que era al tenerlos a su lado, sin embargo, sabía que ellos también eran tan amigos de Park como lo eran para él, así que lo más sensato en esos momentos de tristeza, era mantener las cosas para sí mismo, pensar en todo lo ocurrido y actuar con la cabeza fría.

Ser maduro y todas esas cosas.

Se despido de un preocupado LuHan, quien prometió estar en constante comunicación y estar allí para lo que sea que necesitara.

Estaba solo en casa y honestamente agradecía que su hermosa madre no estuviera allí para presenciar tan decadente imagen de su hijo.

Se había levantado relativamente temprano, con el corazón comprimido de tristeza, la cabeza llena de emociones en constante guerra para ver cuál salía vencedora al final del día. Sus ojitos hinchados por las lágrimas que no negada haber derramado desde el jueves en la noche, cuando la noticia de ser engañado por el chico al que le entrego todo su amor, quien estaba con otra mujer el día de su aniversario.

Tres años. Tres años junto a ChanYeol y vaya Dios a saber cuántos de ellos el pelinegro se burlaba de él. Se sentía engañado, utilizado y tenía un vacío en el pecho que no podía calmar.

El timbre de su casa resonó con insistencia. BaekHyun ya sabía quién se encontraba detrás de la puerta. Su primo TaeHyung le había llamado ayer por la tarde avisando, a más bien amenazando con su presencia, ese mismo viernes para ayudarlo a vengarse de ese idiota orejón tras enterarse de todo por tremendo escándalo que armó fuera del instituto. Pero después de mucho pedir y hasta rogar que no fuera a verlo; solo por el simple hecho de que lo alteraría más de lo que ya se encontraba, y asegurando que KyungSoo y Kai estaba cuidando bien de él, su pelirrojo primo aceptó presentarse hasta ese sábado y vaya que era puntual el mocoso.

Con pantalón de pijama gris desgastado, una enorme sudadera negra y su castaño cabello revuelto como todo un zombie, bajo las escaleras para abrirle a su oportunista invitado.

— Hola chicos. — dijo con la voz un poco gangosa y una sonrisa que intentó disimular sus sentimientos fallando abismalmente.

Los chicos frente a él sonrieron con pena, cosa que realmente no le agrado, pero era una reacción normal. Era difícil ayudar a cualquiera que atravesará por algún tipo de dolor que bien podría ser ajeno para los demás.

Se hizo a un lado de la puerta dejando pasar a los dos chicos en una invitación silenciosa.

— JungKook, pide comida a domicilio. Busca todo lo delicioso y más grasos que se te ocurra y deja las cosas que compramos en la cocina, por favor. Voy a ayudar a este pedazo de ser humano a volver al hermoso brillo familiar. — el alto pelinegro acató la orden de su novio y dio ánimos a su Hyung comentándole que traía una pala muy mortal por si se le ofrecía.

En la intimidad de su habitación, se desarmó por completo. Volvió a llorar pues era lo que su corazón necesitaba para limpiar esa amarga sensación que lo carcomía lentamente. TaeHyung no dijo nada; lo abrazó con fuerza y acarició con ternura su suave cabello.

Novio virgen [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora