Polison

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   Se encontraba paseando por las montañas en su coche, haciendo una desviación hacia su lugar de trabajo para tranquilizarse, Nicholas aún no sabía nada...no lo hará hasta ver que las cosas realmente se ponen tensas. Ella miró el cielo y percibió un aire de preocupación dentro de si misma, no era el día lluvioso, sino lo que estaba por venir. Frente a ella saltó de la nada un hombre, la asustó y dió un largo pitido con el claxon, ésta era una zona despoblada ¿En qué estaba pensando? A final de cuentas el hombre no era mas que un solitario indigente, miró por el retrovisor para asegurarse que estuviera bien, caminaba desorientado por la orilla del bosque pero efectivamente estaba bien. Tal vez era un ermitaño , pues hasta muchos kilómetros abajo yacía algún que otro poblado de poca gente.  ''Si alguien cometiera un crimen aquí probablemente nadie se daría cuenta'' pensó, sacudió la cabeza para apartar sus pensamientos y aumentó el nivel de la música, salvo que fué interrumpida por una notificación de mensaje. Ella sonrió , seguramente era Nick preguntándole si había llegado al trabajo bien.

-Mostrar mensaje- Dijo en voz alta, de pronto el mensaje se podía leer por la pantalla del auto, pero ése no era el número de Nick.

                       ''Oye bonita, deberías conducir con más cuidado, entiendo que eres temeraria, pero puedes dañar a alguien o a tí misma, y no quiero que haya alguna cicatriz en tu hermoso cuerpo.   Por cierto, lindo color el que decidiste usar hoy, el granate te va de maravilla

                              -B''

  Ella golpeó el volante, ese hombre estaba realmente loco. ¿Cómo podía estar tan obsesionado con ella después de tantos años? en fin, ella era fuerte. No la derribaría ni siquiera un autobús, pero ¿cómo demonios sabía qué color llevaba y por dónde estaba conduciendo?  eso le provocó escalofríos. Basta de desviaciones por distracción, era mejor conducir por espacios públicos donde todos la vieran . Tampoco se arriesgaría, a decir verdad necesitaba mantenerse fuera de peligro. De un peligro que solamente ella sabía que corría. Aceleró rápidamente por una de las arterias de la ciudad, y en veinticinco minutos ya estaba aparcando frente al edificio.

    Caminaba a paso firme por los pasillos mientras el aire acondicionado le golpeaba la cara.

-¡Buenos dias, jefa...tenemos un dia muy ocupado hoy, hemos recibido cientos de reportes de aerolineas  que desean exportar productos, los del gobierno Aleman nos han otorgado el permiso de sobrevolar la nacion y ahora esta todo en orden.- George, el insoportable asistente de ______ la atiborraba de pendientes cada mañana, a decir verdad era un inutil. Ella le daba una tarea el dia anterior, no la resolvia y luego al dia siguiente lo anotaba como pendientes.

-George, te pedi que organizaras los productos permitidos en este pais de las aerolineas el dia de ayer, y hablare con los almanes para ver algunos asuntos. ¿es todo? Ya son casi las nueve, por favor traeme un  moka latte que lo necesito con mucha urgencia. - continuó a paso apresurado hacia la oficina, cerró la puerta y se giró sobre su silla. La vista a la ciudad era magnifica, y la relajaba mucho. El teléfono sonó, y el interlocutor era Daria, la chica de recepcion.

   -buenos días,  Pemberton, hay alguien que te busca.

-Hola, Daria. ¿Quien es? Te escuchas tan fresca. No saliste de fiesta anoche ¿ah? 

-Decidi no hacerlo, aunque me siento bien hoy. Es un hombre...guapo, oh no...espere. ¡Señor! Lo lamento, _____ ya se dirige hacia arriba.  Es un hombre de tez blanca no tan alto. ¿Ya mencione que es guapo?

-Escucha, no te preocupes. Pero ten mas cuidado con eso, ¿está bien?. -Ella colgó. Estaba muy nerviosa aun por el mensaje de Brandon. ¿y ahora se le ocurria venir? Hacia años aue no lo veía y no sabia como reaccionar. Estaba loco pero, Dios, el tipo era un Dios griego. 

   La puerta se abrio, un enorme arreglo floral escondia el rostro de quien las llevaba. Margaritas...eso era tan hermoso, no negaba que Brandon tuviera buen gusto, además siempre fue detallista.

-Vaya...ahora si que te saltaste la muralla, Brandon. ¿Tan desesperado estás? -Sonrio.

  El arreglo fue a dar al suelo, y ahi estaba...un hermoso ceño fruncido y un cabreo de mil demonios.

-¿Quien jodidos es Brandon? 

Oh-oh. Abrió los ojos como platos, sin embargo no dejo que el panico se sembrara en ella. Asi que se acercó, le planto un delicioso beso en los labios y acaricio su cuello.

-Nicky...es un hombre que ruega por mi atención. Pero ¿para qué? Yo te tengo a ti y siendo honesta - se mordió el labio inferior- me tienes encantada.

-Oye...¿quieres jugar? Me pone durisimo tenerte en tu oficina. Con esa gente por allá en el piso de abajo creyendo que estas trabajando, y yo aqui haciendote gritar. -La tomo por la cintura y la acerco a el,  le desabotono la ajustada blusa, dejando a la vista un hermoso sujetador gris y azul. Nick sonrio. -adoro ese jodido sujetador tuyo.

Esta vez habia esquivado el primer golpe, gracias a la sexualidad descarriada de Nick. Pero eso no le aseguraba guardar el secreto por tanto tiempo, y sin embargo...la mantenia alejada de sus preocupaciones, a estas alturas ya tenia una fiebre que ardia como fogata, y cuando estuvo a puto de bajarse las bragas, la puerta se abrió. Nicholas, quien continuaba vestido se giro a una velocidad sobrenatural sobre sus talones, para encontrarse con la figura delgada y alta de George con un par de lattes en la mano, y una maldita cara de deseo.

-¡Mierda George! -grito _____ intentando cubrirse detrás de Nick.

-¿Qué? ¡¿Te pone ver a tu jefa follar?! ¡Largo de aqui, idiota!- respondio Nick. Para luego ver a George irse a paso apresurado cerrando la puerta. -lagartija. -volvió a _____ quien se acurruc en su cuello ahogada en una carcajada. 

-Me metiste en un lio . -Nick la siguio.

-Yo siempre te he metido en lios, amor. Lamento eso, aunque me encanta. - sonrió y continuaron jugando, a ella no le importaba nada. No mientras estuviera con el.

La maldicion de sus penitencias (Nick Jonas )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora